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sábado, 7 de junio de 2025

Mi historia con la radio o el relato de un alma en resonancia

En los albores de mi infancia en Cali, cuando el tiempo era murmullo y juego y la vida se abría ebria en aromas a mango y chontaduro, resonaba en mi casa las voces encendidas de los narradores de fútbol. Eran transmisiones radiales que una mujer joven ponía a todo volumen mientras hacía oficio. La casa vibraba con la pasión de los diablos rojos en su  época de oro cuando jugaba Gareca, Falcioni, alternábamos con el juego callejero del metegol y en una Navidad a finales de los ochenta, recuerdo que ya empezaba a lucir las pantalonetas apretadas del Pipa de Ávila, que me hacía encarnar la agilidad del 7, la velocidad del relámpago y la finta imaginaria. 

En esta experiencia que les cuento, el fútbol se abrió primero como escucha sonora y luego como deporte practicado con intensidad al final de mi bachillerato en los andenes en el Olímplico y más disciplinadamente en Ferroclub. Pienso ahora que la radio tuvo que ver mucho en mi iniciación al fútbol, pasé a ser fan de “la mechita” y luego volante de creación y central en la 1C en la Universidad Nacional de Colombia y del equipo Once Caldas. Por poco me convierto en futbolista profesional, pero el asombro, la curiosidad, el arte, la filosofía y la pasión por la patafísica y el conocer me jalaron a la Universidad.

Los sonidos del mundo natural también tejieron su urdimbre en mí y orquestaron mi forma de ser: los pájaros, los grillos, las cucarachas, el sonido de los chiminangos, las aguas del Río Pance, el parque de la Caña como escenario de juego y asombro, la música de Henry Fiol y el Grupo Niche, Ismael Rivera, Fruko y sus tesos, los Latin Brothers, Héctor Lavoe, La selecta, Oscar de León, La Fania, Guayacán, El Gran Combo… eran los músicos que surcaban por los barrios de Cali día a día.

A principios de los años noventa nos trasladamos a Pereira, y allí, como un niño transitando hacia su adolescencia descubrí la magia de una grabadora con una larga y espigada antena. El ritual nocturno consistía en pararme sobre la cama y, cual chamán, buscaba frecuencias lejanas, emisoras de otros países, voces ajenas que llegaban como murmullos de estrellas. A veces, entre la estática, se colaban conversaciones telefónicas que la antena sintonizaba como secretos del aire. No importaba comprender lo que escuchaba; lo clave estaba en el asombro y en sentir que el lenguaje se estiraba como un puente entre mundos.

Así aprendí a tener cierto gusto por las historias misteriosas y complejas, y fue en un programa de la Universidad Tecnológica de Pereira a principios del siglo XXI, donde escuché por vez primera hablar de agujeros negros, la cuadratura del círculo, la astrofísica, la mecánica cuántica y  Aristarco de Samos con su visión heliocéntrica del mundo… un espacio para navegar  otros mundos. En ese momento atestigüé el poder oracular de la radio.

En mi adolescencia, escuchaba frecuentemente Radioactiva, los riffs de Nirvana, el grunge como grito existencial y el metal como rito iniciático. La Cortina de Hierro era mi iglesia pagana, y en los fines de semana escuchaba Soda Stereo, Caifanes, Aterciopelados, Police, Pink Floyd, Led Zeppelin, Metallica, Iron Maiden, Ekhymosis, Green Day y un largo desfile de espíritus eléctricos.  Como buen coleccionista en formación y el gusto por la música, pirateaba los casetes de mi madre. Lo que hacía con ellos es que les daba nueva vida, dibujaba sobre el anverso de ellos, les ponía nombres, los marcaba con mi tinta interior. En los casetes que iba ensamblando, vivían las voces de la emisora cultural Remigio Antonio Cañarte y sus maravillosos programas, ecos de jazz, funk, Piazzolla, Al Di Meola, Víctor Jara, Violeta Parra, y las músicas colombianas hermosas que mi madre aún escucha cada mañana como si fueran parte de su oración cotidiana.

Luego vino el internet y comencé a buscar sonidos del mundo: músicas errantes, voces nómadas y ritmos de otros continentes. Así nació Fosa Orbital, nuestro espacio musical en la 98.5 fm UN Radio entre 2008 y 2010. Allí divulgamos lo encontrado en el viaje musical que compartía con mi primo Leo: afrobeat, blues, reggae, electrónica, cumbia, dub, flamenco, hip hop, drum&bass, funk, nuevas músicas colombianas. Por el programa pasaron Carolina Botero de la Fundación Karisma donde habló de la importancia del las licencias Creative Commons, se lanzó el segundo disco de Meridian Brothers, Este es el Corcel Heroico que nos Salvará de la Hambruna y Corrupción, hacíamos fiestas en bares y la musicalización y remix de la película “el hombre con la cámara” de Dziga Vertov y sellamos esta primera década del siglo bailando en el gran toque de Mad Profesor y también un festejo descomunal en el Iberoamericano de Cultura en Medellín donde estuvo Silvio Rodríguez, los Van Van, Fito Paéz, Susana Baca y recuerdo muy bien fue cuando conocí a Emilsen Pacheco y al gaitero Paíto Sixto Salgado.

La magia de la radio se transformó en la navegación errática del internet y en la compulsión por las descargas piratas y por bitorrent. Pero el deseo no murió. Por una parte, conocí el impacto de Radio Sutatenza como modelo edu-comunicativo en Colombia, Radio Victoria de mi amigo Alejandro Araque, Radio Libre, Altair, Noís Radio, el programa perdidos en el espacio de Chile y profundicé en una suerte de etnografía en mi tesis de Maestría con Martín Giraldo fundador de Radio Cápsula, interesado en aquel tiempo en la librecultura el streaming y las músicas electrónicas. Con las brasas de Fosa Orbital hicimos programas independientes, pequeñas constelaciones de sonido y una última expedición en el estallido social rodando el documental Cacerobeat. 

La radio y sobre todo la consciencia de lo sonoro regresó como pulso vital en tiempos de encierro y pandemia. En medio de aquella pausa evolutiva, en el 2021 comencé a hablar con amigos y amigas educadores, investigadores, artistas y activistas  que inspiraban nuevas formas de educación, comunicación y cultura. Y así regreso de nuevo a los micrófonos, esta vez como creador y locutor de nuevos espacios: las video-conversaciones con la Udelfuturo (130 episodios); el programa radial Pázala Voz del CEPAZ en la UPN; el podcast Imaginación Política en 17 Radio; el podcast de la Revista Pensamiento, Palabra y Obra; podcast Resonancias Viajeras que realizo con el parcero Fito y ahora continua el viaje como líder de un semillero del CEPAZ donde el arte, la paz y la comunicación convergen.

Para el segundo semestre estaremos proponiendo un curso de Narrativas Sonoras para la Paz en alianza entre Cepaz y la Unidad de Víctimas. El propósito: dar dignidad a las voces de las víctimas del conflicto armado, sus sueños, proyectos, hacer del sonido una semilla, una medicina, una plataforma de memoria y esperanza de futuro. También estaré liderando el semillero del CEPAZ arte, comunicación y culturas de paz, en el que estaremos produciendo junto con estudiantes de la UPN dispositivos didácticos y lúdicos para la construcción de paz y experimentando con producciones radiofónicas y sonoras.

Así me siento y escucho hoy, como un habitante entre ondas, un peregrino de frecuencias, un nómada en la fosa orbital, un amante del eco y de la interferencia. En cada transmisión, en cada grabación, sigo escuchando el murmullo del universo que me sigue susurrando asombro y misterio.






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sábado, 26 de abril de 2025

Podcast Pázala Voz (CEPAZ-UPN)

Estaré este miércoles 30 de abril en la Feria del Libro en Bogotá (FILBo 2025)  en en el Panel Narrativas Sonoras para la paz y el sábado 10 de mayo 5 pm lanzando un libro sobre Estéticas de la re-existencia que escribimos con el grupo de Arte y Formación para la Paz de la Fac. Bellas Artes de la UPN. 

Aprovecho para contarles que este primer semestre en la pedagógica radio realicé 6 programa radiales en Pázala Voz, programa del CEPAZ, Centro de Educación para la Paz, la Memoria y los Derechos Humanos de la UPN. Los temas abordados en los episodios fueron los siguientes: 1. Apuestas presentes del CEPAZ con Miguel Franco director del Centro. 2. Educación para la paz con el profesor José Manuel González. 3. Arte, Juegos y Construcción para la paz (en el que invertimos los roles y fui yo el invitado) 4. Prácticas de Resistencia desde el sur Global con la profesora Yésica Cortés, Daniel Enrique Barrera y Cristian Camilo. 5. Arte y paz con la profesora Laura López Duplat 6. Transmisión en la plaza de Bolívar acompañando el Día Nacional de la Memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto armado con el profesor y escritor Fernando González

Fernando González y Andrés Fonseca (integrantes CEPAZ-UPN)

Para escuchar todos los episodios dar click en este enlace: https://radio.upn.edu.co/podcast/pazalavoz/

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martes, 12 de noviembre de 2024

Honrando la memoria de mi Tío Nando

Hace 7 días murió mi gata Violeta y 7 días después mi Tío Fernando, dos noticias muy estremecedoras y aunque habita una nostalgia profunda, también me recuerdan la gratitud de los momentos vividos, la finitud de toda vida, las transformaciones que se ciernen en estos momentos de fragilidad, la oportunidad de saldar cuentas y mejorar y estrechar las relaciones familiares y especialmente algo que ha venido rondando por mi mente, la urgencia de reconstruir como familia y cultura otra ritualidad para despedir a nuestros seres queridos, ya que la que tenemos por ley y tradición, es muy fría, tiene un tono triste, masivas (públicas), industriales y carente de brillo y espíritu y dificulta la posibilidad de vestir a quienes descansan con canto, flores, alimento, música, fiesta, historias y relatos. Con la alegría que recibimos la vida, así podríamos también despedirla.
Les cuento que mi Tío Nando me quería mucho, él me acompañó muchas veces a verme jugar fútbol cuando yo jugaba en la selección de la Universidad Nacional y en la 1C del Once Caldas, le encantaba tanto verlo como jugarlo. Recuerdo verlo a él en el equipo de la Fundición Fonseca en la Rochela como delantero patiar esa zurda con una potencia tremenda y hacer unos goles desde lejos con mucha comba.
Compartíamos mutuamente el gusto por la fiesta, la música, la percusión, el groove y la alegría en los encuentros. Fernando era la alegría de las fiestas en la familia paterna, con su buena selección de salsa, boleros, música caribeña y colombiana...recuerdo que muchas veces llevaba los Bongós, maracas y guacharaca para que los tocáramos... un día memorable, en una celebración del cumple de la abuelita Rosa, me uní con la guitarra e improvisamos a muchas voces la guajira Guantanamera.

Una de la pachangas que más recuerdo eran las que se hacían en la terraza donde la abuelita (quien paso por contar que era su consentido), las rumbas de fin de año en Santagüeda, en las ferias y una especial que junto a mi primo Leo en diciembre nos hicimos en las calles de la ciudad Manizales, yendo y viniendo y tomando con amigos. Ese día nos amanecimos cantando en el cable y una fiesta inolvidable y que admiré por haber aguantado todo el voltaje.
Nando disfrutaba mucho la vida social, una vez lo acompañé al centro de la ciudad a hacer unas vueltas y saludaba hasta el perro de la esquina, era toda una aventura y deriva que podía cambiar de repente y resultar tomando pintadito y buñuelo. Era un hombre no tan amante de la disciplina del trabajo como sí de la conversación, la vida social y la guachafita.
Tio Nando, gratitud por todo el amor brindado y por tu ser y tu lugar en la familia. Todos ahí parecemos jugar y brillar con un arquetipo singular como lo hace cada jugador en un equipo. Aún cuando en todos nosotros habitan luces y sombras, este es el momento para aprender a ver cómo viven y se equilibran ambas en nosotros y cómo transformarlas en caldo de cultivo para nuestras propias transformaciones y metanoias.
Siento que en estos momentos especiales donde lloramos, nos conmovemos, nos permiten ver y sentir la vida de modo diferente. Qué privilegio es reír y llorar, nacer y morir. Hoy no se admite la arrogancia, la frialdad, la crueldad, la distancia, el chisme tendencioso, las posturas inamovibles sino que entramos en otro registro y percepción de más apertura, vitalidad y reconciliación. Hoy quiero trabajar todas nuestras confrontaciones, asperezas y saldarlas de una vez por todas. Te invito a que tú también lo hagas y te des la oportunidad de perdón, limpiar el resentimiento y permitirnos los nuevos comienzos...para que cuando muramos nosotros (recordemos que como dice el Héctor Lavoe, "todo tiene su final") podamos morir tranquilos, sin penas, aflicciones, deudas pendientes y poder ser recordados con alegría, belleza y por la humanidad y trato que nos dimos a nosotros mismos y a los demás.
Ya no podemos ser los mismos que éramos antes de estos sucesos, esto nos advierte muchas cosas que a mí me dan ganas de trabajar por cultivar otras ritualidades en la educación, la conversación y la vida cotidiana, ser vida y fuente de inspiración, seguir tejiendo redes de aprendizaje en la udelfuturo, profundizar en mi ser inmanente y trascendente, ser micelio, laguna, montaña, ser amplio y generoso y de amor incondicional, cumplir nuestros sueños más amados y dejar una semilla que pueda ser sembrada por todos los que vienen.
Te seguiré recordando en cada fiesta, cultivando todo el amor que me has dado a mi y a toda la familia.

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martes, 5 de noviembre de 2024

Para Violeta

Violeta o Chepes de ché bebé fue una gata muy libre y salvaje, recorría a diario los techos de Teusaquillo, con amigos, conocidos y novios que invitaba a casa, con predilección por los de color negro y tomar el sol en el cénit del día. Inventé con ella un ritual cuando me despertaba e iba a la ducha y era que me acompañaba, me estiraba un tapete rojo invisible, caminaba con garbo y al salir esperaba que le regara con mi pie algunas gotitas de agua sobre su espalda ...ella en muchas ocasiones susurraba sonidos de felicidad. Esta acción la repetimos infinitas veces y después ella se disponía a comer. Muchas veces comprendí que le gustaba que la acompañáramos a comer mientras la consentíamos. Era también una gatita muy mimada y muy comprensiva y en los momentos en que estaba uno con dolencias y enfermo, se enroscaba sobre el cuerpo y se convertía en una compresa de sanación, ronroneaba melodías de placidez y sus ronquidos eran expresión de plenitud. Le enseñé también "la cuevita" que consistía en hacerle una carpa con la cobija para que entrara y se calentara...dormía plena. Las últimas veces ya viejita se nos cayó por un agujero de la casa contigua a la nuestra y nos tocó pedir rescate a los bomberos...fueron horas y horas para lograr llegar a una casa abandonada y un reto, pasada la media noche, para meterla al guacal.




Violeta llegó a casa en una cajita cuando Iara María estaba en el colegio en primaria, y se le presentó en el bosque, una flaquita negra hermosa, nosotros no queríamos pero al verla nos enamoró. Una gatita que no tuvo hijos, pero aborto muy pequeña varios en Choachí...cuando la llevábamos a la finca se escondía debajo de la cama los primeros días y después de varios días salía muy sutilmente a explorar el entorno. Un día me trajo de regalo un ratón, otras veces mariposas grandes, yo intentaba ser receptivo y comprender estos regalos, en los últimos meses, se volvió incontinente y al principio lo vimos mal, no volvió a dormir con nosotros, se iba uno o dos días, pero ya en las últimas semanas supongo que era una forma de comunicarnos lo mal que se estaba sintiendo. 

Desde hace por los menos 3 años ya no comía pepitas duras sino blanditas, riñones de pollo, corazones y su plato preferido, la trucha y la pechuga picada chiquito ya que sus dientes y sus encías hacía que le molestara tremendamente comer. 

Aprendí muchas cosas compartiendo 13 años juntos, una era la importancia de tomar el sol, hacer la pausa y la siesta, la música la escuchaba con atención y parecía gustarle cuando cantaba, tocaba guitarra y cavaquinho,...fue en general una gata muy saludable, para lo callejera que fue, recuerdo una vecina que le enviaba alimento por una cuerda a los gatos del barrio y para ella muchas veces fue la despensa de alimento. 

Otra anécdota que recuerdo fue cuando estaba en un árbol afuera de la casa y si no fuera por los maullidos y la cohorte de gatos esperándola abajo - ya que estaba en celo - que notamos su presencia y salimos al rescate con comida y ahuyentado a los gatos que la esperaban con ansia loca. 

Violeta, gracias por tu compañía, por tu belleza, tu calidez y todo tu amor para toda la tribu de la familia. Dos días antes, en el día de los muertos, nos disfrazamos un alebrije, una dragona y un mago, y su último día vimos un pájaro naranja asombroso en la ramita de un arbusto y dos de los gatos negros que no había vuelto a ver salieron al encuentro para despedirte. Gratitud por todo tu amor.

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lunes, 17 de junio de 2024

Podcast: Imaginación Política

Hace unos meses vengo realizando el podcast  Imaginación Política a través de la plataforma 17 radio México en donde estoy abordando aspectos relacionados con las actuales negociaciones de paz en Colombia entre el gobierno y el ELN, invitando a  delegados de ambas partes, representantes del Comité Nacional de Participación (CNP) y también involucrando profesores-investigadores y líderes sociales que trabajan en distintas regiones en el ámbito de las pedagogías para la paz, la memoria y la justicia.


Hasta el momento he creado 4 episodios:

https://17radio.org/index.php/programas/imaginacion-politica/


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sábado, 24 de febrero de 2024

La esperanza como memoria del futuro

He sido una persona que ha contado en la vida con muchos privilegios, y esta situación, además de mi carácter, me ha permitido una confianza sólida, una disposición entusiasta y optimista ante la vida: me gusta ver el lado bueno de las cosas y ver que todo puede cambiar - de hecho, todo está cambiando instante tras instante. No obstante, recientemente he explorado con más detalle que esta disposición a primera vista positiva, la de ser optimista, puede en algunas ocasiones jugarnos malas pasadas, ya que el otro polo (que evitamos ver y reconocer), las cualidades negativas intrínsecas de la vida, a menudo las arrojamos lejos de nosotros, con pésimas consecuencias sobre todo cuando estamos en situaciones estresantes y conflictivas. 

He constatado que esta distancia con lo negativo, que es usual en personas optimistas, a menudo se introyecta como sombra, como una suerte de veneno que nos amarga y torna hostiles, llevándonos a expulsar la oscuridad de maneras indirectas, como se expresa mucho en la agresividad pasiva y la ironía destructiva. A las personas optimistas nos cuesta expresar el dolor, ante el conflicto optamos por la distancia, experimentada como desconexión emocional, congelamiento disfrazado de “aquí no está pasando nada”…y este miedo asumir los problemas, es bastante tóxico cuando se mezcla con actitudes como la evasión, la incapacidad de una confrontación sana y el establecimiento de límites.

Expuesta la confesión, vemos que paradójicamente, la negatividad, la desesperación, la tragedia, lo monstruoso y la ansiedad - nos cuentan nuestros mayores, filósofos y la experiencia personal - son vectores de cambio, transformación, movimiento y gestación cultural. Para dar un paso más, me gustaría hablar de un virtud muy importante para nuestro tiempo, la esperanza (en contraposición con el optimismo), a veces exangüe por tantos discursos nihilistas y excesivamente edulcorados que se vuelven evangelios cansados de nuestra época.

Para comenzar, hagámonos esta pregunta: ¿en qué o en quién está puesta nuestra esperanza? Para mi la esperanza está puesta en todo aquello que atendemos (amamos) y en lo que estamos comprometidos cotidianamente (urdimbre) en algo que estamos construyendo (trama), no solo con discursos e imaginaciones, sino en donde estamos poniendo el cuerpo, las entrañas y los sueños con resolución, creatividad y coraje. “Podemos saber que alguien tiene esperanza no investigando su vida interna sino observando lo que hace”, igual que pasa con las personas que se enuncian como ateas y no creyentes, podemos saber cuáles son sus deidades y aspectos sagrados, observando qué actividades priorizan, qué conjunto de cosas, valores, rituales y prácticas establecen como significativas y en las que invierten su tiempo…

Ahora bien, profundicemos un poco más y traigamos algunos puntos de reflexión del crítico cultural Eagleton sobre la esperanza. Este filósofo afirma que tanto el optimismo como el pesimismo son estados de ánimo, ambos fatalistas…el optimismo a veces ingenuo, es facilista, no se toma la desesperación en serio y es propio de las clases dominantes. El pesimismo, por otro lado, es cínico, dramático y apocalíptico. Tanto en el que cree que todo va cambiar para bien, como aquel que no, son ejemplos de personas poco comprometidas con la esperanza como vitalidad, fuerza política y espiritual. La esperanza por ser una disposición y una virtud, es algo que podemos entrenar diariamente, …sabemos que para que pase algo profundo y significativo en nuestras vidas, no basta con la intención, la oración y la consciencia, tenemos que tener disciplina, constancia, coraje e imaginación, además de un conjunto de aspectos tales como esclarecer (trascender e integrar) nuestros deseos y limitaciones, clarificar nuestras narrativas y también acompañarnos de personas y redes que nos desafíen y nos inspiren. Otra manera en que podemos expandir la esperanza es contemplando la naturaleza, comprendiendo la historia desde perspectivas transculturales y de larga duración, fomentando diálogos constructivos, comprendiendo más comprehensivamente qué es ser humano y una cierta dosis de desapego, paciencia, no-saber, imaginación moral y humildad.

La esperanza es la memoria del futuro, la encarnación de los presente-potenciales más vibrantes en nosotros. Tanto lo pasado y sus efectos, como el futuro, en cuanto potencialidad, existen como fuerzas en donde constantemente gravitamos. Los pesimistas y optimistas comparecen en el escenario como conservadores, no quieren asumir riesgos, tienen miedo al fracaso y son frecuentemente expresiones moralmente dudosas y formas éticamente insostenibles; solo aquellos que tienen esperanza mantienen una relación más afirmativa y jovial con su tiempo, son los ángeles-demonios de la historia que sobrevuelan con una sonrisa, los pies bien anclados en la tierra y jugando en el entretejido de raíces que están en el cielo… la esperanza está relacionada con la política y es un acto ético esencial de quienes día a día quieren hacer del mundo algo mejor. 

La esperanza se nos abre y despliega cuando tenemos una actitud de curiosidad y de aprendizaje, perseverancia en el propósito, nos enfocamos en la construcción de nuevas reglas y cuando vemos al otro como un misterio y a la vida como un regalo. La esperanza es el acto de reciprocidad cuando nos entregamos con intensidad en el mundo. Espero y tengo esperanza también porque he sido capaz de trascender el deseo de controlarlo todo. 

Observemos algunos enemigos de la esperanza. En la cultura actual, carente de tiempo, nadie espera y todo lo queremos demasiado rápido, afectando el bienestar emocional y la sexualidad…otro enemigo de la esperanza es cuando ponemos en personas, dioses e ídolos la esperanza, asunto que perjudica nuestra agencia y voluntad. Finalmente la esperanza se nos diluye, cuando prorrogamos las cosas, tenemos súper ambiciones, cuando pensamos en los problemas sociales como cosas irresolubles, cuando pensamos que hay vida después de la muerte, o en otros casos cuando pensamos que podemos liberarnos del cuerpo y vivir en una amalgama con lo tecnológico,… pienso la singularidad y lo poshumano, como una esperanza ilusoria, un consuelo metafísico, una falsa ideología y un miedo a nuestra propia finitud. Hay muchos enemigos de la esperanza en nosotros y la cultura y solo podrán tenerla quienes no tengan miedo de perder.

En síntesis, la esperanza nos conecta al universo de la ética, la política y la espiritualidad, resuena con el deseo, lo inconsciente, el valor, la verdad, la confianza, el tiempo, la finitud y las formas cómo vivimos. Como señala  Gabriel Marcel en una potente analogía, “la esperanza es al alma como la respiración al organismo vivo”, así que a cuidarla y mostrar su relevancia para todas nuestras relaciones, las prácticas de construcción de conocimiento y la praxis política, asumiendo el imperativo ético, de que todo puede ir peor, pero con las ganas de estar en las canchas, jugando, imprimiendo vitalidad en cada acto que damos… como expone el escritor Václav Havel, la esperanza no es “la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independiente de cómo resulte”.

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jueves, 19 de mayo de 2022

Conversaciones sobre jóvenes, memoria y paz (Ep. 14)

Conversando con Wilson Gómez (Doctor en ciencias sociales, niñez y juventud y Director de la Maestría Territorio, Conflicto y Cultura), sobre la tríada jóvenes, memoria y paz; hablamos acerca de sus primeras experiencias en la gestión cultural comunitaria, sobre el territorio, la amistad y la pregunta por el sentido de lo humano en el mundo. Después de caminar como líder estudiantil y formarse en gestión cultural en Manizales, donde estuvo muy activo en el círculo de pensamiento Ambiental (coordinado por Patricia Noguera), prosigue su formación doctoral, y luego como profesor en la Universidad del Tolima, crea junto a otros amigos la cátedra ambiental Gonzalo Palomino Ortiz (líder ambiental). 

Con “Guicho” y otros amigos, por el año (2002-2004), en la Universidad Nacional, estuvimos encontrándonos semanalmente en “El diseminario”, un espacio donde nos proponíamos entender las raíces del conflicto armado colombiano. Tengo especial recuerdo de este acontecimiento, de aquellos rituales de la inteligencia compartida, como también de las ocasiones de efervescencia de las ideas, de las acciones y publicaciones en espacios universitarios que realizábamos (con Wilmar Osorio, Daniel Benavides, Etna Castaño) como colectivo Magma, Testimonios de cultura. Recuerdo que en esa época tuve un sueño en donde el volcán del Ruiz estallaba y yo me alegraba gozosamente de sentirme vivo con el fluido rocoso incandescente que me cubría y que brotaba de las entrañas de la tierra. Esta fue de las primeras metáforas que brotaron como acontecimiento de la amistad, de la palabra, el pensamiento y el territorio emergente.

Como amigo, intelectual y ciudadano, Wilson siempre ha estado abierto a pensar, a escuchar y a ser generoso con lo que intuye y con lo que sabe. En este encuentro aprovechamos para explorar una síntesis de su investigación doctoral, así como también sobre las memorias de los estudiantes caídos en Colombia, las violencias contra los jóvenes, reflexiones sobre el proceso de la paz, el rol de la empatía, la memoria y del arte.




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sábado, 5 de febrero de 2022

Los 7 Pecados capitales

La primera vez que fui a cine, eran tiempos de adolescencia, vivíamos en Pereira a finales del año 1995. Ese año además que se conmemoraba el centenario del cine, estaba en cartelera la película Seven, los 7 pecados capitales de David Fincher, un thriller policial, emblemático en la historia del género, donde recuerdo que actuaba Brad Pitt, un actor adorado por las chicas en aquel tiempo y también desfilaban por la pantalla grandes actores de Hollywood... evoco de esa experiencia, la cantidad de emociones que circularon por mi cuerpo en tan poco tiempo, además el ir con mis amigos daba un toque de inquietud y anhelo por las exhibiciones de escenas sexuales que en esa época brotaban espontáneamente, pero muchas veces eran reprimidas; también recuerdo que en la película se presentaban muchos simbolismos, tramas que había que conectar y escenas grises donde llovía mucho y era para mi poca la costumbre de estar en una sala oscura, aislado y en silencio demandando tanta atención y el loop del gorgojeo de la lluvia logró en mi un estado de ensueño - curiosamente en una película de mucho suspenso y acción - asunto que hizo que en varios momentos pestañeara reiteradamente hasta que fui profundizando en otro film. Ahora que lo pienso, una película es como un sueño y el montaje cinematográfico como un pestañeo. No se que relaciones hayan entre el surgimiento del cine y el psicoanálisis, inventados paralelamente cien años antes de vivir mi primera experiencia de cine. 

Mientras escribo esta anécdota, se forja una nueva relación y coincidencia que antes no había conectado y se refiere a que 15 años después, es decir, en el año 2010, cuando inició mi carrera como profesor de artes en la UPN (un asunto qué nunca imaginé, ser profesor y menos de arte), empiezo mi primer proyecto pedagógico experimental sobre los 7 pecados capitales. Fue tanta la entrega y compromiso imaginativo y perfomativo con este proyecto de aula, e igualmente lo convocadas todas las estudiantes que participaron ante el tema provocador que se estaba desarrollando, que la micro-investigación-creación realizada en grupos llevó a ganarnos un premio y reconocimiento en un encuentro de Artes de la Universidad y también realizamos una exposición abierta donde había expresiones de body paint, fotografía, audiovisuales, literatura, poesía, hasta hubo un tatuador mostrando su arte que fue una acción en el campus muy polémica...con el apoyo de una amiga diseñadora diseñamos un volante y entre todos mandamos a estampar camisetas para lanzar en esta fiesta de los sentidos. Desde esa experiencia pedagógica fundacional, mis experiencias como profesor siempre involucran la dinámica de proyectos, trabajo en grupos, microinvestigaciones, interdisciplinariedad, el uso del cine como pretexto para profundizar en temas candentes, polémicos y contemporáneos, exposiciones abiertas y una red de piezas de comunicación que den identidad digital del proyecto. 

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viernes, 26 de febrero de 2021

En el lecho sonrío

 ...viajando de paseo con mi hermano por el oriente de Cundinamarca, límites entre Guayabetal-Quetame, nos encontrábamos en las inmediaciones de un lecho de un río, unas aguas cálidas y transparentes. Bajábamos por unos cerros de explorar el sonido de los pájaros, el color de los suelos y la presencia de unas esculturas de unos árboles que nunca antes habíamos visto. Estábamos muy sorprendidos por la belleza del lugar. Pasando por los recovecos de este territorio, unos niños nos saludaron con un gesto corporal que parecía una invitación a jugar.  Vimos el encuentro como una bienvenida a su vereda, así que conectamos con ellos, se veían habitantes contentos, seres salvajes y libres. Fue maravilloso ver como mientras jugábamos, los rayos del Sol se filtraban por el follaje de un bosque rodeando a los niños por un arcoíris hermoso y de repente, un perro que salió de la nada, jugaba dando brincos dentro del agua. No era claro si era yo el único que veía tal colorido, o era parte del juego y todos lo sentían. Transcurrido un corto tiempo, nos despedimos de ellos y chocando las manos y guiñando los ojos en complicidad maravillosa, nos dispusimos a seguir bajando la ladera sin afanes, miedos y el halo de desconfianza propio de las personas de la grandes ciudades. Esta primera conexión hizo que toda la experiencia se llenara de una magia sinigual. Pasando por unos senderos arcillosos y ya atardeciendo, decidimos con mi hermano refrescarnos en el río...estaba fresco como la mañana y por allí jugueteaban oropéndolas, tucanes y unos pájaros de pico rojo y cuerpo azul con blanco que desconocíamos y hacían un sonido como una flor abriéndose en el interior. El río levemente nos llevaba bajo los mantos de un bosque frondoso y a pesar de no saber a dónde nos conducía, íbamos felices observando libélulas, mariposas, mariquitas, colores del cielo y formas en las nubes. Iba todo escurriendo paz, hasta que el flujo nos llevó a una tienda donde estaba un gentil hombre y una bella mujer. Preguntaron para dónde íbamos, nosotros titubeamos y decidimos dejar que la conversación fluyera sin finalidad, más bien buscando seguir el hilo que los niños nos dieron para trenzar. Compartimos aguja e hilo, silencios y asombros y al vernos tan presentes con ellos, nos compartieron historias, chistes, una que otra broma y paisajes que rodeaban el lugar.


Fue hermoso observar que la sensualidad de la mujer al hablar no tenía la intención de coquetearnos, sino que era una manera de hacernos sentir, para que disfrutáramos del lugar con el erotismo a flor de piel. Era una invitación a sentir y a percibir, no a colonizar el lugar y el juego con su cuerpo, la forma de enamorarnos y de abrir nuestros corazones. La mujer de 24 años, vestida con un overol blanco y reluciente, con ojos radiantes y piel morena, unos aretes verdes y naranja que redondeaban su rostro, nos contó de unos arroyos, lagos y de un rápido en donde salíamos volando a ras del río 3 km río abajo a mucha velocidad. Al llegar de esta experiencia, quedamos con la piel extasiada y la risa marcada, dándonos cuenta que no solo era el salto lo emocionante, sino el caminar por el río, los sonidos del lugar, lo fluido del recorrido y habitar un paisaje extraterrestre que nos hacía sentir como estar inmersos en una obra de Gaudí. Posteriormente, nos sentamos, descansamos, y la comunidad en la noche se reunió para compartir, allí hubo fuego, canto, danza, historias, chistes y música. Conocimos los líderes del lugar, los niños y niñas, abuelos y abuelas, agricultores, parteras, músicos, educadores, choferes, cocineros, insectos y curanderos. La noche fue espléndida, se sentía como giraba la tierra, la media luna nos seducía con su sonrisa y la temperatura ideal para compartir fermentos del lugar acompañado de las vivencias del día: todos aprendiendo de todos. Apenas empezaba la Aurora, todos se abrazaban, agradecían y salían para sus casas a descansar y a seguir soñando con el lugar, dando a luz como las parteras a todas las especies que allí habitaban. Al despertarme me sentí contento y a Dios jugando en mi cuerpo. 

 

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domingo, 11 de agosto de 2019

Recuerdos de infancia

Celos

Cuando pequeño simulé tener un pie más largo que el otro como estratagema por los celos que me dio el nacimiento de mi hermana.

Magia en la primera infancia

Cuando vivíamos en Cali, mi hermano me estaba enseñando magia metiéndose un grano de maíz por una oreja y sacándola por la otra. Al empezar a practicar muy contento y ver que no salía, terminé con lágrimas en los ojos, una bata azul y acostado en una camilla rodeado de muchos doctores. Fue mi primera recuerdo de un hospital.

Performance


Recuerdo que en Pereira estaba asomado en la ventana con mirada de niño regañado, me habían prohibido salir hasta no hacer tareas; al verme unos amigos más grandes que solían sentarse en la "bancamear", me retaron a que si me pasaba por el filo de la ventana, me darían 100 pesos. Yo aproveché que no podía salir, para llamar más la atención y hackear la frontera impuesta. Este fue uno de los performance que más recuerdo y además pago.

Castigos

Hace poco conversando con Laura, un bella prima, me compartía una anécdota que yo había olvidado. Cuenta que su mamá le contaba que cuando yo estaba pequeño, usaba un truco bien particular cuando era castigado; la estrategia consistía que cuando no me dejaban salir, jugaba más intensamente en casa, cuando me prohibían el balón, pintaba, cuando me prohibían una cosa me entretenía en otra. Casi nunca me aburría porque encontraba deliberadamente otra acción atractiva, lo hacía con fruición e ironía, para enardecer a mi mamá y también para salir al paso, hackeando la frontera. Lo que ahora veo con mayor claridad y perspectiva, es que estas tácticas eran a lo mejor mis primeras andanzas en el hacktivismo.

Mi primer almuerzo

Recuerdo que un día cuando mi mamá repartió la responsabilidad de la hechura del almuerzo, el compromiso de realizarlo una vez a la semana, tuve una genial y minimalista idea, no se de dónde me llegó, pero los sorprendí un día con un delicioso y fresco plato: leche con banano pa todos.

Arte e inspiración

Los mejores artistas son para mi los que avivan tu espíritu creativo. Recuerdo que uno de mis maestros en la escritura fue Proust, no se como llegué a "En busca del tiempo perdido" estaba yo estudiando en la Universidad y era una experiencia maravillosa sentir en todo el cuerpo cuando lo leía, lo que sucedía cuando tocaba unas rocas, el beso de su madre antes de acostar, las imágenes y recuerdos al saborear un café con pan o de tomar deliberadamente el camino más largo, toda una aventura poética, hacía de algo cotidiano algo maravilloso e inolvidable, lo curioso es que era tan magnética su escritura que siempre volvía al inicio y no pasé de unas cuantas páginas. Confieso que a pesar de que no lo he leído mucho sigue siendo muy influyente en mi vida y es parte de mi autobiografía pedagógica que algún día escribiré.

Restaurante Crisandcar

Recuerdo que cuando niños jugábamos los domingos con mi hermanos al restaurante Crisandcar, este nombre hacia referencia a la mezcla de los nombres de los 3. Teníamos una carta suculenta y le llevábamos el desayuno a la cama a Mamá y Papá. Era un acto simbólico y muy amoroso. El menú admitía repetición y semana tras semana volvíamos a jugar.

Beso

...cuando nos besamos por primera vez, sentí como entramos en una oscuridad tan llena de luz, burbujeante y bioluminiscente, enmarcada por un silencio estéreo y polifónico, una luz cenital nos cobijaba en la mitad de un escenario sin límites, un vaso de agua servido a la mitad y muchas estrellas palpitando en todo el cuerpo.

Entrevista laboral

En una entrevista laboral que me hicieron hace unos años para un cargo muy atractivo en el Ministerio de Educación, que tenía como objeto producir contenidos digitales para el programa Historia Hoy, me pasó algo muy cómico. Al momento de empezar la rueda de preguntas, cuando hice carrizo y con unas botas que había lustrado esmeradamente el día anterior, para estar brillante, detecté un montículo grande de popó de perro que cubría todos los surcos de la suela. Inmediatamente el olor impregnó toda la sala, los entrevistadores se miraban entre ellos, agitando la cabeza con suspicacia, parecía el alborozo cuando los pájaros en la tarde regresan a sus árboles; desvíe la atención de todos respondiendo a una pregunta que no recuerdo, pero lo que viene a mi memoria es que fui muy crítico con los programas que realizaba la institución. Respondí enunciando enfáticamente y de modo sincero algunas cuestiones y centré la atención de todos, aprovechando la contundencia y el despiste para bajar subrepticiamente el pie como todo un gimnasta profesional. Al salir de la entrevista con los otros colegas, alguno de ellos se le ocurrió la idea de que tomáramos un taxi entre todos, ya que íbamos con afán y en direcciones similares. Previo a subirnos al carro, les conté que necesitaba hacer una diligencia urgente, ellos sin dudarlo me acompañaron y fuimos todos a la berma, para refregar contra el pasto semejante bollo, mientras nos contábamos las percepciones de la entrevista. Ya desprendido el objeto intruso, tomamos el taxi. A los cinco días fui informado que había sido seleccionado para tan promisorio cargo.

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jueves, 1 de agosto de 2019

Sanación de las heridas


Premio:
(2018). 3 Premios Macondo: Mejor fotografía, vestuario y dirección de arte

El cine de William Vega que hace unos años me sorprendió con la Sirga (2012)...este año lanza un film maravilloso llamado SAL. En ambas pelis este director pone a hablar el paisaje exterior (la laguna de La Cocha y el desierto de la Tatacoa, respectivamente), con el mundo interior. Ayer que la vi, salí sintiendo la importancia de una dosis de olvido, no todo puede ser memoria, recuperación, anhelo de encontrar una verdad en el pasado....ya que esta puede secar las aguas que siempre están fluyendo. A veces el énfasis en el pasado puede hacer que la búsqueda sea vana...en uno de los planos holísticos del film, me hizo recordar el Mito de Sísifo...el hombre arrastrando con esfuerzo un recuerdo que pesa (moto), que lo ata y en la que da un paso y se devuelve dos. La otra cuestión es el asunto de la sanación de las heridas, y del cuidarnos mutuamente, que la película plantea como intuición para trascender a la desolación, para salir de las encrucijadas de los traumas arraigados en cada generación y que son parte de la herencia epigenética de la sociedad colombiana.

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martes, 4 de octubre de 2011

Resumen de las Sesiones del II Encuentro de formadores de teatro Bogotá. 2011

Estuve participando como maestro orientador en el II Encuentro de actualización pedagógica de formadores de teatro Bogotá con en un proyecto que agenciaron IDARTES y Secretaría de Educación (CEPAS).

El proyecto tuvo como iniciativa movilizar la memoria y las experiencias significativas de los maestros de teatro con el propósito de sistematizar y documentar sus metodologías, obras, proyectos y trayectos artísticos. A continuación les comparto el resumen de las sesiones y los invito a visitar el blog http://memoriasteatrobogota2011.blogspot.com/ que documenta el trabajo realizado.

Resumen sesiones IDARTEs

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martes, 3 de junio de 2008

RAM_city



..."Si este territorio es una ciudad es porque trazar su mapa es todavía hacer la psicogeografía de lo colectivo, de lo común, de lo público, porque los trazados que en este espacio se articulan comprometen aún y por siempre el destino constelado de los afectos y el conocer, la vida de los hombres y mujeres que lo habitan, que en él se encuentran y se reconocen y se constituyen en la interrelación en lo común, como atragantados aún del deseo incolmable de que su vida sea todavía algo más, algo aún más intenso y libre, justo y real. (Brea, 2007: 246)

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