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sábado, 23 de agosto de 2025

El lugar del miedo en la política

En Colombia nada pasa por casualidad, pero todo se disfraza de accidente. El asesinato de Miguel Uribe, el carro bomba en Cali, los ataques a la fuerza pública, el referendo para dinamitar el Acuerdo de Paz, los buques estadounidenses rondando el Caribe y la retórica de la derecha que insiste en que todo lo que no le convenga huele a narcoterrorismo… parecieran capítulos sueltos, pero en realidad son la misma vieja serie repetida en bucle.

La trama es simple y conocida: cuando el poder se tambalea, se enciende el fósforo del miedo, se resucita el fantasma del “enemigo interno”, se apunta con el dedo al gobierno de turno y se promete, una vez más, que la salvación vendrá de mano dura, Estado mínimo y sermones de seguridad democrática.

El referendo para derogar el acuerdo de paz es, en ese sentido, casi profético: un país que no sabe qué hacer sin guerra se propone votarla de nuevo, como si la violencia fuera un derecho adquirido. Porque para una parte de Colombia, la paz no es un horizonte, sino una amenaza a la mitología que le da sentido: el héroe armado, el enemigo absoluto, el pueblo disciplinado.

Mientras tanto, Estados Unidos vigila desde el Caribe con sus aviones y buques, como quien mira a un viejo socio que no se decide a recaer en la adicción. A Washington le conviene un Colombia obediente, proveedor de excusas perfectas para la guerra contra las drogas y la presión contra Venezuela. Y a la derecha criolla le conviene esa obediencia porque legitima su nostalgia: ser los guardianes de un orden que nunca existió.

El uribismo, por supuesto, ya no es la religión mayoritaria que fue. Está exhausto, golpeado, judicializado, pero no muerto: como todo dogma decadente, sobrevive gracias al miedo. Porque si algo enseña nuestra historia es que el miedo es la gasolina más barata y más duradera que ha encontrado la política colombiana.

Lo trágico es que la democracia, el Estado y la política parecen arrastrarse en la misma extenuación. Y lo irónico es que, justo ahí, en la decadencia compartida, podría abrirse un espacio para algo distinto. Pero para que eso ocurra, Colombia tendría que romper su adicción al eterno retorno del miedo y la guerra.

Quizá la verdadera revolución no sea tumbar al adversario de turno, sino atreverse a imaginar un país que no necesite enemigos para existir. Pero claro, eso exigiría una política distinta… y en Colombia la política siempre prefiere la pólvora a la imaginación.

Y si la escuela, en lugar de enseñar a temerle al error, lo celebrara como laboratorio de futuro? ¿Si nos formara no para ser fieles consumidores de promesas incumplidas, sino arquitectos de realidades nuevas? En vez de domesticar al ciudadano para votar resignado cada cuatro años, podríamos formar comunidades capaces de imaginar y sostener otros modos de vida, más allá de la dicotomía entre miedo y obediencia.

Un interesante giro educativo sería pasar de la pedagogía del miedo a una pedagogía de la imaginación política. Una educación que no se contente con repetir la historia de nuestras guerras, sino que enseñe a ver los patrones que se repiten y escribir los capítulos que todavía no existen. Quizá allí resida la mayor herejía posible en Colombia: educar no para mantener vivo el eterno retorno del miedo, sino para atrevernos a traicionarlo.

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domingo, 27 de julio de 2025

Reflexiones finales sobre el juicio a Uribe

Seguí de cerca, casi en un 90 %, el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe, el primer jefe de Estado en la historia de Colombia en sentarse en el banquillo de los acusados. Durante meses, entre mis labores cotidianas, saqué tiempo para escuchar sesiones largas, densas y muchas veces indignantes. Aunque a veces sentí que insistía demasiado con el tema, lo cierto es que esta experiencia me permitió, como ciudadano, comprender de manera directa y profunda cómo opera la política criminal en Colombia, cómo se entrelazan el poder, la impunidad y el silencio, y por qué este juicio marca un precedente que no podemos dejar pasar.

Themis 

Este juicio me permitió volver a observar con nitidez los entramados corruptos y los modus operandi que han marcado la política en Colombia: una red donde convergen delincuentes, paramilitares, políticos, medios de comunicación, congresistas, abogados, empresarios y narcotraficantes. Se hizo evidente, una vez más, el silencio cómplice de los grandes medios: cuando hablaron del caso, lo hicieron de forma tendenciosa, encubriendo con sombras lo que debería estar a la luz, siempre en sintonía con los intereses del acusado.

El caso Uribe es paradigmático. Refleja la conducta de quien sabe que ha actuado mal, pero se oculta detrás del lenguaje, tanto verbal como corporal; descalifica a quienes lo enfrentan, desinforma a la ciudadanía y se presenta como víctima de una supuesta persecución política. El hecho de que, tras intentar incriminar a Iván Cepeda, terminara siendo él el investigado, es una muestra contundente del funcionamiento de la sombra criminal que lo rodea.

 Innana

Este juicio también dejó al descubierto las formas subrepticias en las que Uribe se comunicaba con Diego Cadena. En las interceptaciones todo parecía transcurrir bajo un tono aparentemente correcto, casi legal. Sin embargo, el desfile de testigos y las pruebas presentadas durante el proceso evidenciaron que todo había sido cuidadosamente planeado. Quedó claro que Uribe fue el determinador de fraude procesal y soborno en actuación penal.

Y este no es más que uno de los tantos casos en los que tiene responsabilidad. Existen crímenes y violencias mucho más graves cometidas durante su gobierno, por los que también debe responder ante la justicia.

Algo que comprendí con mayor claridad en este proceso es que Colombia ya no es la misma de hace 20 años. La gente ha cambiado. Aunque aún hay quienes lo defienden, la figura de Uribe opera como la del “padre protector”: un arquetipo heroico que promete seguridad y erradicar el mal, como en los relatos de las películas épicas. Pero esa imagen no es nueva en la historia; responde a necesidades insatisfechas, apela a las emociones, al inconsciente colectivo y muchas veces a la ignorancia cultivada por décadas de manipulación mediática y miedo. Hoy, cada vez más personas despiertan de ese hechizo y comienzan a ver con ojos más críticos lo que antes se aceptaba sin cuestionamiento.

Quiero resaltar el papel fundamental de algunos medios independientes en este proceso histórico. El trabajo investigativo de Daniel Coronell, con sus transmisiones masivas, logró imponerse sobre los grandes medios tradicionales, aportando claridad y rigor. Igualmente, medios como Cuestión Pública, Vorágine y La Raya desempeñaron un rol clave: investigaron, informaron y abrieron espacios para el análisis público del juicio más importante en la historia reciente de Colombia.

Mi profunda gratitud también a los abogados de las víctimas, Reinaldo Villalba y Miguel Ángel del Río, por su valentía jurídica y compromiso con la verdad. Y, en especial, a Iván Cepeda, cuyo coraje, coherencia y defensa incansable de los derechos humanos nos dan un ejemplo vivo de sensibilidad ética y grandeza política.

Reconocimiento igualmente a dos mujeres fundamentales en este proceso: la fiscal Marlenne Orjuela y la juez Sandra Heredia, por su templanza, claridad y firmeza a lo largo de todo el caso. Gracias a todas y todos quienes han hecho posible que, por fin, la justicia en Colombia comience a pronunciarse ante tanta impunidad.

Independientemente del resultado del 28 de julio —que espero sea una condena para Álvaro Uribe, dada la contundencia del material probatorio y en aras de fortalecer la democracia en Colombia—, lo cierto es que seguimos avanzando. Las generaciones presentes merecen recuperar la esperanza en la justicia y confiar en una verdadera separación de poderes. La masa crítica en el país sigue creciendo. Las pruebas que salieron a la luz, incluso aquellas que no eran centrales al caso, evidencian la responsabilidad de Uribe en la conformación del Bloque Metro, cómo desde su hacienda se desviaba gasolina para financiar a estos grupos y cómo, durante su gobierno, se persiguió, silenció y asesinó tanto a quienes conocían la verdad sobre los crímenes de lesa humanidad como a quienes integraban la oposición. La historia está hablando. Y nosotros también.

La figura del expresidente carga con un oscuro lastre histórico. Más que un deseo de venganza al verlo en una cárcel, lo que está en juego es un acto de justicia que puede abrir el camino hacia la reconciliación. Necesitamos conocer y asumir la verdad, por dolorosa que sea, para garantizar la no repetición. Esto implica también transformar las condiciones psicológicas, educativas y culturales que han llevado a tantas personas a depositar su fe en líderes y políticas que han causado profundo daño al país. Es hora de fortalecer una política más descentralizada, donde la ciudadanía pueda participar de forma más significativa desde sus propios territorios, construyendo colectivamente los cambios urgentes que Colombia necesita.

Post-criptum: 

La verdad cumple un papel fundamental, especialmente en asuntos de justicia, donde esclarecer los hechos es esencial. Sin embargo, sería un error aproximarse a ella solo para ganar debates o alimentar divisiones que enfrentan a la sociedad en bandos opuestos. Conocer la verdad no debería convertirse en una ocasión para la vanagloria, sino en una oportunidad para cultivar prudencia y apuntalar la voluntad hacia otros lugares. No se trata de exhibirla como un trofeo, sino de permitir que su luz despierte en nosotros revelaciones más hondas, que afinen nuestra voluntad, nuestra ecuanimidad y nuestra capacidad de compasión. La verdad, cuando realmente resplandece, no busca atrincherarnos, sino liberarnos de las falsas certezas y abrirnos al misterio compartido de lo humano

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lunes, 9 de junio de 2025

Paradojas trágicas en Colombia

Paradojas amargas y tristes este fin de semana en Colombia. 

El sábado 7 de junio en horas de la tarde el senador Miguel Uribe, mientras hacía alocución en un parque en el barrio Modelia en Bogotá, en el que hablaba sobre la legitimidad del porte de armas por "gente de bien", recibe tiros en un intento de homicidio por parte de un niño de 15 años. Esta situación aterradora sucedía mientras hacíamos con estudiantes de la Maec, tremendo asado, probamos uno de los juegos creados por ellos este semestre y bailábamos salsa y merengue. Al otro día se celebraba el Concierto de la esperanza en la plaza de Bolívar de Bogotá que estuvo repleto de jóvenes y también un día que nos levantó con un temblor mareador con epicentro en Páratebueno.

Mi reflexión es primero que todas las vidas importan, nada justifica la violencia y el asesinato de nadie.  Mi oposición es clara y vehemente a  cualquier forma de violencia política venga donde venga. Triste ver cómo se usan a las personas menores y más necesitadas y traumatizadas para un tipo de crimen como estos y muy doloroso escuchar cómo se usa este hecho para catapultar o denostar a otros actores políticos.

Lo otro que me llama la atención es que la derecha habitualmente centra su discurso en la negación de su adversario, cosa que la izquierda y las fuerzas progresistas vienen aprendiendo y cuando a veces algunos caen en este juego, no deberían engancharse así: los influenciadores políticos deben dar ejemplo y no monopolizar el discurso de resentimiento y odio.

Colombia vive una especie de déjà-vu de los años 80 y 90: la violencia se filtra de nuevo en la arena política, amenazando con revivir una pesadilla de magnicidios. Por eso, es urgente que todos y todas y especialmente líderes de todas las tendencias, incluido el gobierno actual, actúen con mesura, responsabilidad y cordura en su discurso y eficacia en la investigación de los hechos. La polarización maliciosa y la deshumanización del otro exacerban los conflictos.

Una hipótesis que surge es que quienes están detrás de este hecho violento, su propósito es desestabilizar el país y legitimar de nuevo la guerra y el conflicto y la lógica del miedo y la seguridad a toda costa. Política desastrosa que hemos visto en las últimas dos décadas.

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domingo, 9 de marzo de 2025

Sobre el Juicio contra Álvaro Uribe

El juicio que por estos días se realiza al expresidente Álvaro Uribe por soborno de testigos y fraude procesal, está mostrando muchas hebras del conflicto en Colombia y poniendo de manifiesto el modus operandi de diversos actores políticos donde la mentira, la manipulación, la violencia y la maldad resultan configurando un conjunto de estrategias recurrentes, notorias y contundentes. Un juicio que viene en mi concepto aportando elementos para reconocer el entramado violento donde converge el paramilitarismo, el narcotráfico, el crimen, la cárcel y la política y contiene material probatorio suficiente que va más allá del soborno a testigos y fraude procesal por el que se le acusa a Uribe y se acercan a piezas muy importantes del rompecabezas para el esclarecimiento de la verdad y el reconocimiento de los patrones de la violencia política en Colombia. 

Ahora que la verdad está surgiendo, es necesario poder crear espacios colectivos para escucharla, instalar una comisión de la verdad en todas las relaciones, una clase magistral de ética para todo el país. Ambos juicios, el de Diego Cadena y Álvaro Uribe, están nutriendo nuevas comprensiones sobre cómo opera la política perversa y cruenta y por otro lado es un caso ejemplar sobre la legitimidad y pertinencia de la justicia, la importancia en la separación de poderes, el esclarecimiento de acontecimientos que estaban velados  e interrumpidos deliberadamente.

Otro cualidad especial del juicio es que sean conducidos por dos mujeres: la juez Sandra Heredia y la fiscal Marlene Orjuela Rodríguez. Un ejemplo para toda la humanidad y ejemplo de valentía, rigor y entereza.

Escuchar estos testimonios directos implicados en el caso de Uribe y Cadena, recuerdan a su vez el poder de conocer las memorias del conflicto, para tener comprensiones más completas y sistémicas de los conflictos, por qué llegamos hasta donde llegamos. Ver los intríngulis de una política peligrosa, opresiva y cruenta que ha permeado al país.

Sorprende también la insistencia de la defensa en seguir negando y dilatando el proceso y ver también la existencia  de personas que escuchando tales testimonios sigan defendiendo a los acusados, los medios refuerzan la desinformación y la polarización y son sagaces como los políticos en el arte de manipular. 


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lunes, 17 de junio de 2024

Podcast: Imaginación Política

Hace unos meses vengo realizando el podcast  Imaginación Política a través de la plataforma 17 radio México en donde estoy abordando aspectos relacionados con las actuales negociaciones de paz en Colombia entre el gobierno y el ELN, invitando a  delegados de ambas partes, representantes del Comité Nacional de Participación (CNP) y también involucrando profesores-investigadores y líderes sociales que trabajan en distintas regiones en el ámbito de las pedagogías para la paz, la memoria y la justicia.


Hasta el momento he creado 4 episodios:

https://17radio.org/index.php/programas/imaginacion-politica/


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domingo, 26 de mayo de 2024

"Cuando el negro canta, el eco resuena" - Emilsen Pacheco y su Grupo de Bullerengue

Emilsen Pacheco nos deleitó ayer con su grupo de Bullerengue tradicional de San Juan de Urabá con un concierto en el Centro Nacional de las Artes en Bogotá con motivo del lanzamiento de su  3 disco: Cuando el negro canta, el eco resuena. Una tarde maravillosa a ritmo de Bullerengue Sentao, Fandango y Chalupa con canciones como La Mariquita, Voy hablar con Dios, Me pide y le doy, Me gusta la caña de azúcar.


Es cada vez más notorio como la Familia bullerenguera sigue creciendo  encontrándose varias generaciones en torno al tambor, la música y el baile. Al final del concierto Emilsen contó un poco sobre la experiencia de componer canciones señalando que de cualquier situación cotidiana qué nos llame la atención puede volverse motivo de creación. Según él, el compositor "debe ser chismoso", por que si no lo es, sus canciones son pura fantasía... continúa diciendo "siempre estoy como gallo de gallera que se duerme, pero escuchando, la gente piensa que estoy dormido, pero estoy escuchando.....esta es parte de mi inteligencia... me dan papaya y yo agarro".









































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miércoles, 4 de mayo de 2022

Conversaciones sobre Pedagogías Ancestrales (Ep.7)

En el Episodio Nº7, conversamos con Michel Zabala (Dwe Wiby) (Profesional en Estudios Literarios y explorador de la sabiduría de los territorios) en torno al valor de las pedagogías ancestrales: la auto-investigación, la investigación creativa-territorial, la conexión y diálogo con la naturaleza, el valor del asombro y la pedagogía del acompañar. Reconstruimos sus linajes familiares y ancestrales, la experiencia junto a su padre (Germán Zabala), matemático, educador y activista social y su madre (Yolanda Archila), su abuela María Luisa Cubillos, creadora del Instituto Central Colombiano (1940-1985), su trabajo piloto en el Valle del Cauca (en el Parque Natural los Farallones), trabajo con comunidades indígenas y afro, un proyecto educativo en Santander de Quilichao, basado en la tri-etnicidad, y en general, se exploran muchos aprendizajes con sabedores de diferentes culturas ancestrales colombianas (del Cauca, Amazonas y de la Sierra Nevada).

Juan Bautista Ussa Ulluné (Taita y pintor Guambiano)

En el diálogo con Michel Zabala se abren conexiones con el nomadismo pedagógico y se ensueñan las nuevas redes de conocimiento distribuido, lo que éste intuye visionariamente como territorialidades emergentes. Además de compartir historias, anécdotas, sabidurías, se presenta la iniciativa Gwake & Ceiba - Empresa Cultural de carácter pedagógico (que realiza junto a su compañera Paola Ucrós) y algunas herramientas y tecnologías sociales clave de las pedagogías ancestrales, que tienen la virtud de acompañar y enriquecer las propuestas educativas actuales y la formación de las presentes y futuras generaciones. 


En esta lista de reproducción en youtube se compilan los 7 Episodios anteriores. 



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Conversaciones sobre Literatura, Feminismo y Educación (Ep. 6)

En el Episodio Nº 6, conversamos con Luz Marina Suaza “Maín” (educadora, investigadora, antropóloga, escritora) sobre sus historias de vida, proyectos literarios, acciones colectivas feministas y trayectos investigativos. A Maín la conocí cuando cursaba la Maestría en Educación (2007-2009) y trabajaba en el grupo de investigación Educación y Cultura Política de la UPN; allí convergieron intuiciones genuinas, celebraciones, amistades, buen humor y la producción de conocimiento situado acerca de la creatividad social y las ciberciudadanías explorándolo con colectivos de mujeres, jóvenes, artistas e indígenas (Movimiento del Cauca NASA-ACIN)

En este capítulo se entrecruzan relatos e historias acerca del feminismo en Colombia, la literatura (especialmente el trabajo de la escritora colombiana Marvel Moreno), la investigación-creación, la historia de acciones colectivas de mujeres, el valor de la gestión cultural y la importancia de compartir conocimiento. La apertura de su pensamiento, la profundidad de su afecto, junto con anécdotas como las del primer encuentro Latinoamericano y del Caribe que se realizó en Bogotá (1981), sirven como eje, para hilar fino y realizar una conversación muy amena, que lo hace a uno sentirse en casa. Es una inspiración para los amantes de la vida y el conocimiento, el encuentro con mujeres apasionadas que han venido abriendo caminos y trocha para la vida, la equidad, la educación, la justicia y la libertad.

Algunas de sus obras más representativas son Los Árabes en Colombia; En Septiembre Llegó Marvel y su última producción Otros Mundos en Este




Acuarimántima - Porfirio Barba Jacob

I
Vengo a expresar mi desazón suprema
y a perpetuarla en la virtud del canto.
Yo soy Maín, el héroe del poema,
que vio, desde los círculos del día,
regir el mundo una embriaguez y un llanto.

¡Armonía! ¡Oh profunda, oh abscóndita Armonía!....



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viernes, 7 de mayo de 2021

Reflexiones sobre la situación social y política en Colombia

1. 

"Así como cuando tenemos traumas personales, la percepción interna y externa se ve sesgada y las relaciones se ven deterioradas y minimizadas, a nivel cultural, suceden cosas similares, el trauma cultural amplifica las distorsiones en las percepciones sociales" (Hübl, 2020). Estas dislocaciones se manifiestan en expresiones generalizantes y limitadas tales como: “nosotros los buenos, ellos los malos”, “buenos y malos muertos” “así son las cosas”, “deje de ser soñador, aterrice”, “proferimos ser  anti jerarquías pero nuestras ideas son superiores a las tuyas”, “ellos nunca van aprender”, “esos indios tan ignorantes”, “culpa del patriarcado” “eso es el Estado paramilitar” “el mal del capitalismo vs el mal del comunismo" “los hombres son así y las mujeres asá” “estudiantes guerrilleros”, “cerdos policías”, “nosotros contra ellos”, “todos los que marchan son perezosos y quieren todo fácil”, “vándalos antisociales”, estereotipos falsos y limitantes acerca de las personas, culturas y roles de género que nos atrapan en un loop eterno de disputa y confrontación sin salida. Esta división es también la base para la violencia, la exclusión y la deshumanización del otro. Como gesto etnográfico, los invito a leer con curiosidad los tweets de los políticos (de izquierda y derecha) y cotejen esto con la información que circula actualmente en redes sociales: cuál es la foto que sale? identifican el patrón de las publicaciones? cuál es la estructura de sentimiento que movilizan? ¿cuál es la profundidad a la que invitan las reflexiones?

2. 

Cuando vemos la realidad sólo como una cuestión de nosotros los buenos y ellos los malos - nosotros contra ellos - estamos hablando de una visión bastante simplicista y plana que reduce y minimiza la complejidad de la situación coyuntural actual. A menudo es lo usual, lo más rápido, cómodo y  confortable, expiar la culpa sobre los demás. "Esto no tiene que ver conmigo". Lo que la teoría integral informa como etnocentrismo, la creencia inflexible y fanática y sin matices en la verdad de mi grupo, independiente del asunto, sea una hinchada, un grupo religioso, político, un grupo identitario, de clase, género o racial, etc...

En estos días de agudización de los conflictos sociales en Colombia, al dar una vuelta por las redes sociales, se encuentra abundante material de tendencia etnocéntrica, muchas voces y publicaciones que interpretan la situación desde dos posiciones que se excluyen mutuamente y en algunos comentarios y líneas de conversación se enfatiza la incomunicación y la hostilidad. 

No podemos contarles a nuestro hijos y a la gente más joven que lo que pasa en el país, solo tiene estos dos matices, la izquierda vs la derecha, los jóvenes estudiantes dignos vs los cerdos policías, los pobres vs ricos, el neoliberalismo vs socialismo, El Estado vs la sociedad civil; hay que ser más cuidadosos, inteligentes y responsables con lo que narramos y más agudos en la interpretación y soluciones; debemos evitar transmitir análisis tan superficiales e ideológicos, donde se cuela trauma, visión estrecha (2D) y posiciones listas para seguir luchando ad infinitum contra sus propios fantasmas. 

3.

Veamos rápidamente un poco de historia. Con el surgimiento de la perspectiva en el renacimiento, inició una reivindicación por el espacio, lo mensurable y la objetividad; posteriormente, al tiempo que la ciencia se expandía, nos dio una perspectiva más universal del mundo, al observar lo lejano a través del telescopio y lo más cercano de nuestro cuerpo, con el nacimiento de la anatomía; luego a partir de la física cuántica y el cine, ambos contemporáneos, se introdujo la cuarta dimensión: el tiempo; también en la corrientes estéticas y filosóficas contemporáneas, advirtieron nuevas dimensiones de la realidad, en la filosofía (ser y tiempo, el existencialismo, el élan vital, las estructuras de consciencia, los holones), en el cubismo (la multi-perspectiva), en el surrealismo (el inconsciente), en el suprematismo (el vacío), en el dadaísmo (el azar), en el situacionismo (lo pisco-geográfico), en las estéticas relacionales (el ir más allá del arte reificado); lo más curioso es que pasado todo este aumento dimensional, y los grados de complejidad creciente incorporados a través del tiempo, el arte, la ciencia, la biología evolutiva, la cibernética, al momento de analizar los problemas y traumas actuales, tendemos rápidamente arribar a planilandia, a visiones 2D regresivas y en instante tenemos además de dificultades para tener una conversación,  las personas reducidas a meras caricaturas: todo el paisaje complejo bien aplanando.

Un retorno  inconsciente a las visiones etnocéntricas, responsables hoy en día de la mayoría de las guerras culturales. Curiosamente estas visiones 2D han tenido un gran resurgimiento en los últimos años, en tiempos de gran desconfianza por las instituciones sociales, en tiempos de Pandemia e incertidumbre, apareciendo el interés por la tierra plana, los movimientos anti-vacunas, la nueva era y su pensamiento mágico, el guru-centrismo, QANON y MAGA y también cantidad de grupos negacionistas del conflicto armado, del holocausto y cambio climático. En todas estas tendencias, se expresa ese achatamiento y distorsión del espacio-tiempo y una mengua en la profundidad de la percepción: una suerte de pérdida dimensional. Se cuela a su vez mucha percepción dualista en las interpretaciones de lo que sucede y en vez de conectar y mostrar totalidades en interacción, predominan las consignas que nos siguen dividiendo. 

Es necesario introducir en la educación una visión más amplia y sensata, más integradora y sistémica sobre la realidad social, seguir introduciendo nuevas perspectivas; no nos podemos seguir engañando ya que esto posterga las grandes transformaciones que se requieren implementar en todos los sistemas; precisamos seguir aumentando dimensiones, conexiones, complejidad y creatividad (compromiso vital) en horizonte de Cuerpo-Casa-Barrio-Planeta y en todas nuestras relaciones. Recordemos que las relaciones además de ser nuestro terreno fundacional para el arte, son la base esencial de la política y de las transformaciones espirituales.

.

4. 

Viendo la situación política de Colombia y las coyunturas de explosión de traumas históricos, tengo la intuición que la enseñanza de la historia, y las lecciones que aprendemos de la inmersión en ella, no se pueden dar solo desde un plano cognitivo....en lo que respecta a los sufrimientos y traumas históricos, como las Guerra mundiales, Hiroshima, las guerras de liberación nacional, el holocausto, la guerra en Siria, Israel y Palestina, los Ecocidios, la actual deforestación de la Amazonia, los falsos positivos, los campos de concentración Comunistas como el Gulag, el genocidio de la UP y de líderes sociales y campesinos, las violencias de género, el racismo, los crímenes de estado, entre muchos otros, no se puede enfocar en la enseñanza solamente desde un enfoque meramente mental e informativo. Esta modalidad racional, aún cuando somos conscientes de sus beneficios y nos permite perspectiva y escuchar diversas voces sobre un tema de la historia, hay que incluirla y trascenderla, ya que su fuerza transformadora parece ser hoy en día limitada. Hay que recordar que estos acontecimientos y cicatrices anidan y perviven en nuestros cuerpos, por lo que se requiere además relaciones personales, ínter y transpersonales, líneas de tiempo somáticas, ambientes y exploraciones más creativas y holísticas sobre estos traumas; de no hacerlo, a menudo quedan en la superficie, lo olvidamos con frecuencia, se reducen a contrastar por medio de evaluaciones individuales datos y no hay anclas profundas y contenedores amplios que permitan la descarga y la transformación energética, emocional, mental y espiritual de estos dolores profundos.

5.

Estamos siendo testigos de cómo el cuerpo colectivo expone todos sus fantasmas y sombras. Igual que cuando enfermamos, el cuerpo y la mente se desaceleran y nos damos el tiempo para digerir lo que no pudimos en el día a día, igual pasa en los colapsos sociales como los que estamos viviendo, se abre una oportunidad de procesar los huesos duros de roer, los traumas familiares, intergeneracionales e históricos a los que tanto tiempo hemos evitado y rechazado.

6.

En una marcha y un paro, hay muchas motivaciones en quienes acompañan, ciertamente imposibles de censar, no obstante, en sus expresiones y performances, se da una cualidad de su visión, intención, propósito y (in)coherencia....salen a marchar desde los que caminan para descargar la ira contenida, otros porque los amigos asisten con emoción, otros para gritar y exigir cambios políticos, otros más románticos y de pensamiento mágico, que creen que al parar, todo de repente va a cambiar, o que un día en paro, puede hace milagros en la política y transformar positivamente nuestros grandes problemas; otros caminan para manifestar su inconformismo y empatía, para expresar públicamente un malestar y hacer pedagogía social, otros para reclamar dignidad, con la intención de pedirle a los gobiernos más inclusión, respeto y humanidad, otros porque creen que es un deber ciudadano, una forma de hacer política asistiendo a la plaza y declararse en resistencia. 

Las motivaciones son tan variadas en quienes marchan que a veces hace que sea difícil tejer una plataforma de pensamiento y acciones colectivas, una unidad más efectiva y sostenible a largo plazo. Posterior a la marcha, que muchas veces trae un agotamiento físico, a veces vuelve a quedar un tiempo largo quieto, un bache de silencio, meses en olvido y nos distraemos de cómo poder buscar mayor coherencia en todos los sistemas que vivimos. A veces también, tanto ruido creado juntos cuando nos movilizamos, hace difícil la gestación de algo nuevo, la co-creación y la activación de un campo consciente de inteligencia colectiva que sea más que la suma de las partes. Puede también que hayan muchos apegos inconscientes al momento de marchar y liderar, que nos vean que somos comprometidos, ser aceptados por los demás, tener un sentido de pertenencia, sentirse con esperanza, romper los vidrios de la apatía, sentirse cool y alternativo, culpar de todos los males al sistema y gobierno y ejercer el ser político con clicks, compartiendo el orgullo por redes sociales.

Una marcha podría ser una expansión de la coherencia interna y externa de las personas, una posibilidad de actualizar los acuerdos colectivos y manifiestos de la ciudadanía, intercambiando información relevante, haciendo uso de la comunicación segmentada para llegar a toda la población; generar clases abiertas vivas y ciudadanas y mejores diálogos, realizar performances e intervenciones culturales en espacio públicos, apropiarse de las tecnologías para compartir un mensaje claro, inspirador y vital, igualmente puede ser un proceso para hacer acupuntura social en todo los territorios y no solo en la plaza de Bolívar. Después de Ocuppy Wall Street, el 21N, la ocupación ciudadana (la aldea de Paz) y la Minga indígena en la plaza de Bolívar, necesitamos seguir reinventando las formas de pedir y manifestar inconformismos, de reclamar dignidad. Necesitamos acciones en todos los sistemas y más creativas, que se vuelvan campos conscientes donde abunde y amplifique la inteligencia colectiva. Podemos enseñarle a la gente, especialmente a los más jóvenes, que hay muchas maneras de participar en una movilización por la dignidad de los pueblos y transformación de la consciencia colectiva. Hay que revisar nuestras motivaciones antes de salir a marchar, a menudo puede haber muchos apegos inconscientes detrás de nuestros deseos de reclamar dignidad y también necesitamos cada tanto, revisar nuestros prejuicios, la sombra personal, las  visiones de mundo, las teorías y los valores, compromisos y acciones colectivas, plataformas y comunidades para el cambio.

7.

Sin una visión integral, que observe los diferentes niveles de consciencia de la población, los intereses en juego, sin un marco político más actualizado y sistémico y sin un plan de por dónde podría orientarse la innovación social, institucional y comunitaria global, en la vida cotidiana, quedamos caminando hacia los mismos lugares y clichés de la manifestación, una gran fiesta de rebeldía y entusiasmo pero con muy pocas consecuencias en modificar las estructuras, energías y la conciencia social. 

Estamos en un momento dramático y trágico de la historia de COLOMBIA, pero también en un tiempo donde hay mucha esperanza e intuyo que también palpita en muchos de ustedes, que de esta situación caótica, emerja algo mejor para todos, algo ejemplar para la humanidad naciente y las venideras generaciones...un mutuo despertar y un ruta de acción para la próxima generación..."Allí donde está el peligro, crece lo que salva" (Hölderlin). Mi esperanza y compromiso es que todo esto nos lleve a aumentar la empatía y la compasión (reducir el sufrimiento e integrar mejor nuestros dolores), expandir la creatividad y la generosidad y a que toda la sociedad se una en acción, propósito y en comprensión más profunda de sus interdependencias; estamos unidos tanto en lo divino, como en el trauma...es el momento de que empecemos juntos a integrar tanto sufrimiento residual por siglos reprimido e inconsciente. 

Además de limpiar la memoria de los genocidas, tal como viene siendo derrumbada en muchas ciudades de Colombia, también es necesario hacer una higiene interior de nuestros dolores y oscuridades reprimidas, al igual que la reconstrucción de otras arquitecturas visibles (esculturas sociales), e invisibles (lenguaje, cultura, consciencia, creencias y valores) a través de nuestras acciones cotidianas. Es necesario abrazar esta noble y desafiante invitación, derribando igualmente esos muros que hacen que nuestras mentes, corazones y voluntades se cierren; derribar esas esculturas que nos separan. Abramos espacio en nuestro corazón para el criminal como para el santo, tanto para el cuerdo, como para el loco, para el exitoso, como para el fracasado, para el perpetrador como para la víctima. Todos estamos juntos en esto y somos uno. No podemos seguir viendo extraños, el viaje heroico y el nuevo movimiento mundial es Todas las Vidas Importan (All Live Matters).


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viernes, 2 de octubre de 2020

Un recorrido por la diversidad del Caribe colombiano

Me siento muy feliz de haber compartido labor cuidadosa y amorosa con mi hermosa compañera de viaje María José Salgado, honro y celebro el trabajo investigativo y pedagógico de campo, su aporte a la músicas colombianas (con su grupo Curupira, que este año lanza el 7 disco y libro Pa lante, Pa atrá en preventa desde hoy que recoge sus 20 años en escena) el tejido de confianza y dignidad entre músicos de campo y ciudad que ella facilita, además del trabajo en pareja y en familia, lo que pueden nuestros cuerpos cuando están juntos. También me alegro, del maravilloso equipo de trabajo que se conformó para esta entrega...fruto de la alegría, el esmero, la co-creación y la libertad....la cosecha audiovisual que hoy se presenta en facebook live:  contiene el primer video de una serie de 7 videos que documentan la experiencia de inmersión pedagógica en territorios del Caribe Colombiano, fruto del seminario de posgrado que ella lidera: Prácticas y Ensambles del sistema Sonoro del Caribe, de la Maestría en Música Colombianas de la Universidad del Bosque y que fue subvencionado por Premio de investigación y preservación de La Fundación Latin Grammy 2020.

Reconozco que he aprendido mucho del trabajo en equipo, ires y venires, tensiones y alegrías,  saberes e ignorancias, inspiraciones en tiempo de asentamiento, formas de fortalecer nuestra relación, amistad, erotismo expandido, amor y a su vez, estas piezas educativas son un regalo para las futuras generaciones. Agradezco que esta cosecha audiovisual motivó el resurgimiento de Fosa Orbital, su nuevo hijo, Orbital Beats, un espacio que renace y que pronto viene con nuevas entregas audiovisuales alrededor de la música, la creatividad social y el cine. Reconozco que la labor de trabajo audiovisual, amerita un trabajo  arduo, exigente y colaborativo, además de una práctica de ir aprendiendo poco a poco en el camino. El montaje, el sonido, el guión, el color, la fotografía, las locaciones, esculpir en el tiempo, son ámbitos en los que se puede profundizar muchísimo y que se combinan para dar un resultado, una obra, un resultado nuevo y maravilloso. El trabajo audiovisual a mi parecer, representa una alquimia de muchos elementos, dispuestos para degustar, para restituir la dignidad, para hacer pensar y hacerse sentido en los cuerpos de quienes lo perciben. 

La serie que comienza hoy y que conforma este Premio, está conformada por los siguientes producciones audiovisuales:

1. En el primer video, La relación de los músicos tradicionales y la construcción de instrumentos, estarán  como invitados, Jaider Fernández y Emilsen Pacheco, músicos increíbles, y ambos, fabricantes de flauta de millo y tambor alegre respectivamente (Botón de Leyva - San Juán de Urabá)

2. El rol del cantador en las músicas tradicionales. (Barranco de Loba)

3. Las prácticas tradicionales de los instrumentos de viento la flauta de millo y la gaita (Botón de Leyva e Isla Grande)

4. La relación del músico con su entorno y la influencia de este en sus creaciones (Isla Grande y Botón de Leyva)

5. El rol de la oralidad en los procesos de aprendizaje en las músicas tradicionales (Manguelito)

6. Lo lúdico en los procesos de aprendizaje en las músicas tradicionales (Isla Grande y San Juan de Urabá)

7. El proceso de inmersión del músico de ciudad en las prácticas rurales  (Isla Grande y San Juan de Urabá)




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jueves, 5 de diciembre de 2019

La Movilización social de la esperanza. (21N-5D)

Una síntesis de lo que vengo aprendiendo en esta histórica Movilización Social y el Paro Nacional que se sostiene en Colombia.


Cacerobeat- Los sonidos de la Movilización (21 N - 5D)

- La vitalidad y firmeza de los jóvenes y estudiantes.
- La efervescencia creativa y emotiva en los espacios públicos.
- El reconocimiento de las sombras personales y el poder de la escucha, el perdón y la reconciliación.
- La importancia de estar bien, hacer las paces con vecinos, amigos y familia.
- La fuerza de la confianza, la dignidad universal, no partidista y etnocéntrica.
- La mediación de conflictos precisa y ágil de ciudadanos y recientemente realizada por la Guardia Indígena.
- La inutilidad y lo pernicioso de la violencia, la culpa y la venganza para crear justicia social; 
- Una mayor consciencia de la cotidianidad, de la ira y el enojo, de los intercambios y consumos; 
- El valor social del arte y la cultura, la música, la danza, las conversaciones (el no saberlo todo) y la empatía.
- Las coordinaciones en tiempo real a través de redes y tecnologías, las manifestaciones creativas y culturales de la población a través de carteles, Memes, coros, arengas, performances, rituales, asambleas, conciertos y tácticas de no violencia. 
- El surgimiento (y reiteración cada vez más cruenta) de estrategias engañosas, fake news, falsos positivos, desinformación e intimidaciones por parte del gobierno. 
- La pluralidad de voces que precisan ser escuchadas e integradas con dignidad en las políticas, leyes y en los planes de vida y de desarrollo. 
- La solidaridad, la cordialidad y un mayor contacto visual y afectivo con la gente de los territorios. He --- El poder de lo que nos une, la creación colectiva, la sincronización ciudadana y la autorganización de los liderazgos, de los sueños y de miles de colectivos.

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jueves, 31 de octubre de 2019

Uribe y la Sombra

El caso de Alvaro Uribe, sus mentiras, encubrimientos y como busca eludir la responsabilidad y la justicia, nos permite mostrar con mucha nitidez el funcionamiento de la "Sombra". Esta esta relacionada con el engaño, un nexo con la mentira y con aspectos que reprimimos inconscientemente de nuestro ser, que rechazamos o que nos apegamos radicalmente, mecanismos de defensa como la proyección y la negación. Un ejemplo, que como veremos, en sus tácticas generales, no es un comportamiento exclusivo de él, sino que puede extenderse a muchas otras personas, como Tú y como Yo, la cuestión es que la Sombra es más grande, nociva y con mayor posibilidad de daño en personas que se les ha violado su dignidad, humillado y en sujetos heridos, egocéntricos, envidiosos e hipócritas, que encarnan traumas profundos: personas homofóbicas, machistas, pederastas, psicópatas, clasistas, racistas, adictas, negacionistas, terroristas y xenofóbicas. Veamos pues como operan estas estrategias. Uribe, lo sabemos, es un personaje adorado y odiado por muchos, se mantiene defendiendo y desviando la culpa en los otros. En lugar de admitir los cargos por los que se le imputan y decir la verdad - que tanto bien le haría a la sociedad, a la justicia y al posconflicto - el se autoengaña y da muchas salidas en falso, asimismo miente a los demás y a la sociedad y no asume responsabilidad por sus acciones. Su deseo de reconocimiento externo, lo hace creando miedos, deshumanizando y eliminando a su oposición, inventando falsos positivos y posverdades que circulan con mayor resonancia y éxito por las capas de la población con menor acceso a la información y aquellas de talante más conservador. Trata siempre de ponerse como víctima e inocente... no acepta por lo que se le juzga y más bien decide montar la guerra y la cacería frontal a sus contradictores. Siempre necesita un mal que combatir y popularizarlo para introducir su sed de venganza. Creo que la Sombra es un tema central en la Política, que nos permite ademas de hablar de nosotros mismos (nuestra vulnerabilidad), de la psicología profunda y observar, como en el desarrollo y crecimiento y en general en nuestras relaciones se cuelan inconscientemente muchas veces estas tácticas y comportamientos. Por otra parte, dando un salto a otra orilla de la reflexión, me pregunto, que es lo que hace que su partido el CD y sus ideologías empiecen poco a poco a decrecer: primero, una respuesta coyuntural, es el pésimo gobierno de Ivan Duque, y sus políticas retardatarias y regresivas que vienen incrementando la violencia, las desigualdades en la población, afectando los derechos sociales y ambientales y coartando las libertades; por otro lado, está la investigación que le abrió la Corte a Uribe hace unas semana, sumado al descrédito por la alta criminalidad y sevicia de muchos de sus allegados y por último, es influyente el incremento de la consciencia de la población y de una generación joven votante más despierta e informada que participó en estas elecciones.

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jueves, 31 de mayo de 2018

El Cambio es Ahora

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I.
Somos muchos los que estamos desde diferentes perspectivas diseñando escenarios reales para la transición a una Colombia Humana. Somos conscientes de que necesitamos seguir amplificando donde nos encontremos las olas de la transformación, la responsabilidad, la generosidad, la ternura y el cuidado. Aun cuando acechan fuerzas regresivas que tienden a debilitar nuestra potencia y paz, sombras que aún serpentean por los recodos de la tierra, seguiremos construyendo un sueño colectivo de un país más justo, incluyente, saludable, ecológico, solidario y en paz....vivimos entregados con alegría a cuidar las semillas que portan el cambio y son la presencia y el corazón de nuestro futuro. Se respira hoy un aire de dicha, de las montañas camina un cauce que canta, danza un aliento, la presencia del espíritu hace posible un canto de esperanza, un fuego que crece y esta encendido en cada corazón y en donde se hacen uno el cielo y la tierra. La política requiere de la espiritualidad y lo espiritual de la política, así nos necesitamos unos a otros para seguir tejiéndonos cósmica mente, con la palabra, el pensamiento, las acciones, en la bondad y en la imaginación sentida que hace sostenible nuestra casa y la felicidad de los que compartimos esta gotica azul llamada tierra...Este universo que eres tu

II.
Más allá de las diferencias y preferencias por candidatos y partidos los invito a que nos estrenemos el carnet de ciudadanía planetaria. No es justo, ni sano seguir en divisiones infundadas...todos buscamos estar bien, disfrutar de un alimento sano, agua, aire puro, una casa, una economía sostenible, salud, educación, amor, tiempo para crecer, participar en comunidades que nos inspiren a sacar todos nuestros potenciales. No nos enredemos en confusiones partidistas...El cambio es ahora.. No juguemos más a los partidos, ni a los polos opuestos, a cualquier tipo de radicalismo o fanatismo, necesitamos un nosotros tan amplio y resonante que albergue nuestro dolor y nuestra dicha...nuestras limitaciones, nuestras similitudes y diferencias, nuestra creatividad, voluntad e inteligencia. Que nos integre a todos ..a los ancestros y a los que vienen...un nosotros que inspire a las próximas 7 generaciones.... honremos hoy a esta gran familia.

III.
 El problema de la visión posmoderna fue que tras el velo del todo vale y el discurso de la pluralidad, la diversidad y la deconstrucción, dejó al mundo sin jerarquías...Todo demasiado plano. Los posmodernos pueden ver el círculo pero son incapaces de ver la esfera. Eso mismo está pasando en Colombia, con los que camuflan su orgullo y su fe posmoderna en el voto en blanco. Debemos poner con prudencia y sabiduría todo en su justo lugar,...unas visiones son mejores que otras, con mayor apertura democrática, benefician más a todos y son más sensibles a las realidades actuales y a las necesidades de las futuras generaciones. Tenemos el reto de tejer la unidad en medio de tanto odio y violencia, que como he sentido en las ultimas semanas, no sólo provienen de fuentes externas, de los otros, de los actores armados, sino que están inmersas en las relaciones, la familia y en las personas. Yo mismo me he puesto a prueba conversando en la calle con personas de ultra derecha y conservadoras...Pero siento que es mas fácil comprenderlos a ellos (a quienes son fanáticos, vanidosos, orgullosos y egocéntricos) que ellos comprendan otros puntos de vista que no se hallan en el radar de su consciencia (como el cuidado de los páramos, el cese del extractivismo, el tránsito a energías limpias, la inversión en primera infancia y educación...El fortalecimiento de la economía interna, el agro, la apertura e inclusión de muchos sectores para construir juntos el país). Tenemos un reto inmenso de aprender a escuchar y conversar serenamente con lo que no nos gusta, de aprender de las situaciones que nos producen alergia.

El desafío que tenemos por delante es madurar en las conversaciones, valorar entre puntos de vista divergentes sin necesidad de imponer o convencer...aprender hablar y escuchar, comprender cada quien desde que visión de mundo habla y vive su cotidianidad. Es una oportunidad para dar un salto sin precedentes en el ámbito de la cultura política, ejercer con dignidad y creatividad las acciones cívicas conducentes al cambio, movilizar acciones de transformación de las instituciones, empezando por la familia...e ir escalando la paz en todos los territorios.







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