Qué se de mi nombre?
Que no lo elegí, que me fue entregado.
He visto cómo un nombre puede dar vida…
o arrebatarla.
El nombre borrado es una herida en la memoria,
un desgarro que arranca a alguien
de la posibilidad de ser llamado.
o arrebatarla.
El nombre borrado es una herida en la memoria,
un desgarro que arranca a alguien
de la posibilidad de ser llamado.
En los campos de concentración,
la despersonalización pasaba por quitarle el nombre y reducir la cualidad a un número.
En las guerras, en las fosas comunes,
el cuerpo sin nombre es un NN:
un desaparecido,
una ausencia sin eco.
la despersonalización pasaba por quitarle el nombre y reducir la cualidad a un número.
En las guerras, en las fosas comunes,
el cuerpo sin nombre es un NN:
un desaparecido,
una ausencia sin eco.
Pero también…
el nombre es caricia,
es diminutivo de infancia,
risa compartida.
Cuando era niño, algunos tíos y tías me llamaban:
Arrés…
Barriguita…
Andresito de Coral…
Negruro…
Otros me dicen Negro.
Aunque no soy negro de piel,
sí lo soy de corazón.
el nombre es caricia,
es diminutivo de infancia,
risa compartida.
Cuando era niño, algunos tíos y tías me llamaban:
Arrés…
Barriguita…
Andresito de Coral…
Negruro…
Otros me dicen Negro.
Aunque no soy negro de piel,
sí lo soy de corazón.
Como canta la Ponceña:
El día que nací yo,
nacieron tres cosas bellas:
nació el sol,
nació la luna,
y nacieron las estrellas.
Mi amada me llama de formas secretas.
Allí mi nombre se vuelve canto íntimo,
ternura y música vibrante.
En muchas tradiciones,
el nombre verdadero es alma.
Nombrar es crear, invocar y recordar el origen.
Y sin embargo,
no todo cabe en un nombre.
Hay algo que se escapa al ser llamado y nombrado.
¿Qué queda entonces por fuera del nombre?
Lo que no tiene palabra.
El silencio como un modo de nombrar.
El misterio que se guarda
detrás de cualquier sonido.
¿Cómo nombrar el temblor
que antecede a mi voz?
¿Cómo ponerle nombre
al rostro que tuve antes de nacer?
Hay presencias que se resisten,
que solo se dejan sentir,
nunca pronunciar.
El nombre es eco,
pero el misterio es fuente.
El nombre me trae de regreso,
pero lo innombrable me abre al horizonte.
que solo se dejan sentir,
nunca pronunciar.
El nombre es eco,
pero el misterio es fuente.
El nombre me trae de regreso,
pero lo innombrable me abre al horizonte.
Allí,
donde el lenguaje se disuelve,
intuyo que soy más vasto
que mi propio llamado.
Soy eco,
soy ficción,
soy singularidad.
Soy lo que resuena
cuando alguien me llama.
donde el lenguaje se disuelve,
intuyo que soy más vasto
que mi propio llamado.
Soy eco,
soy ficción,
soy singularidad.
Soy lo que resuena
cuando alguien me llama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario