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sábado, 23 de agosto de 2025

El lugar del miedo en la política

En Colombia nada pasa por casualidad, pero todo se disfraza de accidente. El asesinato de Miguel Uribe, el carro bomba en Cali, los ataques a la fuerza pública, el referendo para dinamitar el Acuerdo de Paz, los buques estadounidenses rondando el Caribe y la retórica de la derecha que insiste en que todo lo que no le convenga huele a narcoterrorismo… parecieran capítulos sueltos, pero en realidad son la misma vieja serie repetida en bucle.

La trama es simple y conocida: cuando el poder se tambalea, se enciende el fósforo del miedo, se resucita el fantasma del “enemigo interno”, se apunta con el dedo al gobierno de turno y se promete, una vez más, que la salvación vendrá de mano dura, Estado mínimo y sermones de seguridad democrática.

El referendo para derogar el acuerdo de paz es, en ese sentido, casi profético: un país que no sabe qué hacer sin guerra se propone votarla de nuevo, como si la violencia fuera un derecho adquirido. Porque para una parte de Colombia, la paz no es un horizonte, sino una amenaza a la mitología que le da sentido: el héroe armado, el enemigo absoluto, el pueblo disciplinado.

Mientras tanto, Estados Unidos vigila desde el Caribe con sus aviones y buques, como quien mira a un viejo socio que no se decide a recaer en la adicción. A Washington le conviene un Colombia obediente, proveedor de excusas perfectas para la guerra contra las drogas y la presión contra Venezuela. Y a la derecha criolla le conviene esa obediencia porque legitima su nostalgia: ser los guardianes de un orden que nunca existió.

El uribismo, por supuesto, ya no es la religión mayoritaria que fue. Está exhausto, golpeado, judicializado, pero no muerto: como todo dogma decadente, sobrevive gracias al miedo. Porque si algo enseña nuestra historia es que el miedo es la gasolina más barata y más duradera que ha encontrado la política colombiana.

Lo trágico es que la democracia, el Estado y la política parecen arrastrarse en la misma extenuación. Y lo irónico es que, justo ahí, en la decadencia compartida, podría abrirse un espacio para algo distinto. Pero para que eso ocurra, Colombia tendría que romper su adicción al eterno retorno del miedo y la guerra.

Quizá la verdadera revolución no sea tumbar al adversario de turno, sino atreverse a imaginar un país que no necesite enemigos para existir. Pero claro, eso exigiría una política distinta… y en Colombia la política siempre prefiere la pólvora a la imaginación.

Y si la escuela, en lugar de enseñar a temerle al error, lo celebrara como laboratorio de futuro? ¿Si nos formara no para ser fieles consumidores de promesas incumplidas, sino arquitectos de realidades nuevas? En vez de domesticar al ciudadano para votar resignado cada cuatro años, podríamos formar comunidades capaces de imaginar y sostener otros modos de vida, más allá de la dicotomía entre miedo y obediencia.

Un interesante giro educativo sería pasar de la pedagogía del miedo a una pedagogía de la imaginación política. Una educación que no se contente con repetir la historia de nuestras guerras, sino que enseñe a ver los patrones que se repiten y escribir los capítulos que todavía no existen. Quizá allí resida la mayor herejía posible en Colombia: educar no para mantener vivo el eterno retorno del miedo, sino para atrevernos a traicionarlo.

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lunes, 9 de junio de 2025

Paradojas trágicas en Colombia

Paradojas amargas y tristes este fin de semana en Colombia. 

El sábado 7 de junio en horas de la tarde el senador Miguel Uribe, mientras hacía alocución en un parque en el barrio Modelia en Bogotá, en el que hablaba sobre la legitimidad del porte de armas por "gente de bien", recibe tiros en un intento de homicidio por parte de un niño de 15 años. Esta situación aterradora sucedía mientras hacíamos con estudiantes de la Maec, tremendo asado, probamos uno de los juegos creados por ellos este semestre y bailábamos salsa y merengue. Al otro día se celebraba el Concierto de la esperanza en la plaza de Bolívar de Bogotá que estuvo repleto de jóvenes y también un día que nos levantó con un temblor mareador con epicentro en Páratebueno.

Mi reflexión es primero que todas las vidas importan, nada justifica la violencia y el asesinato de nadie.  Mi oposición es clara y vehemente a  cualquier forma de violencia política venga donde venga. Triste ver cómo se usan a las personas menores y más necesitadas y traumatizadas para un tipo de crimen como estos y muy doloroso escuchar cómo se usa este hecho para catapultar o denostar a otros actores políticos.

Lo otro que me llama la atención es que la derecha habitualmente centra su discurso en la negación de su adversario, cosa que la izquierda y las fuerzas progresistas vienen aprendiendo y cuando a veces algunos caen en este juego, no deberían engancharse así: los influenciadores políticos deben dar ejemplo y no monopolizar el discurso de resentimiento y odio.

Colombia vive una especie de déjà-vu de los años 80 y 90: la violencia se filtra de nuevo en la arena política, amenazando con revivir una pesadilla de magnicidios. Por eso, es urgente que todos y todas y especialmente líderes de todas las tendencias, incluido el gobierno actual, actúen con mesura, responsabilidad y cordura en su discurso y eficacia en la investigación de los hechos. La polarización maliciosa y la deshumanización del otro exacerban los conflictos.

Una hipótesis que surge es que quienes están detrás de este hecho violento, su propósito es desestabilizar el país y legitimar de nuevo la guerra y el conflicto y la lógica del miedo y la seguridad a toda costa. Política desastrosa que hemos visto en las últimas dos décadas.

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viernes, 9 de septiembre de 2022

Guerra y Paz: educación es convivencia

Este ensayo comparte algunas reflexiones generales sobre la guerra, la paz, las formas de expresión de la agresión y la hostilidad, la importancia de una perspectiva sistémica (una mirada multidimensional a los procesos de paz), comparto también experiencias personales de la violencia, la importancia de la Comisión de la Verdad, causas y patrones del conflicto, la importancia de la sombra y la sanación colectiva y finaliza planteando preguntas para conversar sobre pedagogías orientadas a la construcción de paz.

Como sabemos por el arte, la literatura, los mitos y la historia personal, la guerra nos ha acompañando por milenios, ha sido compañera de viaje en los tiempos que llevamos como humanidad. Existe una atracción rara y extraña con ella, un poder de seducción que nos insta a controlar, dominar, ganar a como dé lugar, justificando agendas de apropiación, de exterminio, control determinado por racionalizaciones exageradas y construcción de prejuicios distorsionados. Además de traumas históricos colectivos de larga duración, en nuestra historia personal, familiar y social podemos atestiguar registros dolorosos de la guerra y del conflicto armado. 

La guerra y los traumas que genera, es algo que se siente en el cuerpo, en las tripas, en los pensamientos (conscientes e inconscientes), en la historia, en las familias y hace presencia en los territorios en que vivimos. Por más que queramos alejarla, y cambiar el canal, ella siempre está ahí presente como máscara, síntoma, como conjunto de traumas intergeneracionales, dolores no procesados y digeridos y cuerpos congelados; la guerra también ha sido una estrategia poco imaginativa para salir ante un conflicto, una experiencia que trae por consecuencia, contraernos, disociarnos, mentirnos, alejarnos unos de los otro y perder la empatía, la conexión profunda con nuestro cuerpo, la realidad y la dignidad de los demás.

Hay diferentes tipos de guerra y de violencia, que van desde formas físicas, psicológicas y otras que se expresan a través de guerras culturales. Hay también diferentes formas de agresión, unas más evidentes y otras más sutiles: la agresividad física, la tortura, la esclavitud, la extinción, el asesinato, la hostilidad, la discriminación, el acoso, el piropo agresivo, la deshumanización, el matoneo, la malicia, el chisme tendencioso, la manipulación emocional, el juicio severo, el auto-sabotaje, el control y la dominación, la envidia, el avergonzamiento y un gran repertorio de usos del lenguaje que fomentan la exclusión y el poder de unos sobre otros.

Dibujo por Andrés Fonseca (2022)

Tenemos también distintas expresiones de violencias estructurales, que emergen de la dominación, la privatización de lo común, de prácticas y procesos de cercar la abundancia y de generar artificialmente escasez. Violencias ecosistémicas causadas por la deforestación, la pérdida de biodiversidad, el monopolio creciente de la riqueza colectiva, sobrepesca y sobre-producción de plásticos; violencias por psicopatías, alienación, suicidios y el aumento de desigualdades. Violencias de género, racistas y especistas; tenemos también violencias dentro de las familias y las parejas, violencias de género a las mujeres, hombres y comunidades trans; violencias estatales, paramilitares, guerrilleras, bandas multicrimen, guerras infructuosas contra las drogas, sistemas alimentarios nocivos, agricultura industrializada, impactos severos de los combustibles fósiles en el clima mundial, prácticas violentas de extractivismo… también existe violencia informativa, deterioro de la atención, fracking de los sistemas mentales, publicidad engañosa, desinformación, auge de la posverdad, algoritmos e IA al servicio del control, el surgimiento de autocracias y de nuevos fascismos en el mundo, así como la violencia económica ejecutada a través de la deuda, la usura y la concentración desmedida de la riqueza; 

Como percibimos en los párrafos anteriores, son muchas las formas de violencia, el punto clave es observar y comprender, tal como nos informan las perspectivas sistémicas e integrales, que tanto las violencias individuales, como las colectivas, las internas como externas, están conectadas. Lo curioso es que estamos lejos de que sus interdependencias sean comprendidas por la mayoría de personas. Redescubrir esta conexión entre todos los tipos de violencia (formas de agresión y hostilidad), es quizá uno de los actos pedagógicos profundos de estos tiempos de construcción de paz y convivencia.

Cuando estamos agobiados por historias traumáticas y dolorosas del pasado, no podemos desarrollar una consciencia plena de nuestros potenciales como seres humanos, ni menos podemos compartir nuestra belleza y dones que tenemos con los demás, es una experiencia que nos quita energía, caldo de cultivo para el aumento de los prejuicios, las mentiras y nos priva de cualquier futuro posible. Una potencia mundial de la vida, consigna potente que viene instalando el Pacto Histórico, el actual gobierno de Colombia, necesita una reflexión en profundidad en todas las escalas y cómo se manifiesta la violencia en nuestras vidas, a la par también, cómo aumentar nuestra capacidad de agencia y de inteligencia colectiva, aumentar la confianza en nuestras relaciones y desplegar el saber como un dispositivo para la convivencia.

Para iniciar esta reflexión acerca de la paz integral y los legados de la guerra, voy a iniciar por tomar 4 experiencias traumáticas y situaciones de dolor que recuerdo en mi vida personal: La primera que tengo conocimiento es la historia de mi tío abuelo, asesinado en tiempos del Frente Nacional y víctima de la polarización extrema de liberales y conversadores. La segunda, el padre de mi compañera, desparecido y asesinado por el DAS en el 92. También en los 90s, un tío fue víctima de la extorsión y de intento de secuestro y mucho más reciente, el episodio de un amigo, uno de los grandes filósofos de Caldas, quien fue detenido por rebelión.

  • Hace unas semanas se realizó en Manizales la conmemoración del centenario del natalicio del Músico Ramón Cardona García (1922-1959), un gran líder y visionario de la música en la ciudad (Ramón es tío de mi padre Humberto Fonseca y hermano de mi abuela Rosalinda Cardona). La anécdota cuenta que el 28 de junio de 1959, día en que se dirigía con su coro a un concierto en Ibagué, en inmediaciones del Alto de la Línea, detuvieron el bus unos bandoleros y al escuchar que Ramón era líder del conservatorio, lo confundieron con líder del conservatismo y fue asesinado.
  • Otra historia que recuerdo, es la de mi tío Augusto, que de regreso de Supía-Caldas, fue detenido por la guerrilla, para extorsionarlo y pedir dinero, mi tío, debido a la experiencia traumática quedo inmóvil por el miedo y tuvo que ser alzado y casi cargado para llevarlo hasta un punto en el monte y liberarlo. 
  • Gustavo Salgado, el padre de mi compañera, que fue desaparecido y asesinado por el DAS en 1992, en un tiempo de ejecución de defensores de derechos humanos, líderes y personas activistas. Después de muchos años como desaparecido, en pleno proceso de la JEP, salió a la luz pública las formas como medicina legal fue parte de la trama de desaparición, reiterar las tramas asesinas de los militares y esta es una situación terrible de dolor, que pasa de una generación a otra.
  • Un amigo filósofo de Manizales lo detuvieron después de salir de su cátedra en la universidad, hace unos años con orden judicial, por motivos de rebelión y supuesta participación como líder intelectual de grupos armados, Fue una noticia muy impactante ya que con él compartimos activismos estudiantiles y muchos cafés en la cafetería de la nacho, para hablar y conversar sobre coyunturas políticas del país.

Estas 4 historias del conflicto que les presento son abrumadoras y han dejado profunda huella en mi y en mi familia y nos hacen preguntarnos, en clave de reconstrucción social, por la responsabilidad de todos los ciudadanos del mundo y especialmente de los habitantes de Colombia, para hacernos partícipes de una paz integral y que los traumas que deja la guerra no sigan dirigiendo nuestras agendas, relaciones y formas de vida.  Aquí viene un punto importante, y es que dado que la violencia genera desconexión y patrones de alienación muy profundos en el cuerpo y en la cultura, la sanación consiste en el trabajo creativo y comunitario de abrir y devolver la conexión, la integración de las partes fragmentadas dentro de nosotros mismos.

La guerra del conflicto armado, advierte el actual Informe de la Comisión de la Verdad, lleva más de 60 años en Colombia y ha dejado millones de víctimas, dolores, cicatrices, pérdidas, incluso muchas de ellas civiles, familias desterradas, mujeres violentadas, jóvenes reclutados, seres que han perdido sus infancias, procesos de expropiación de tierras, orfandades, dinámicas de corrupción y narcotráfico, naturalezas convertidas en cementerios y proyectos sociales transformadores truncados. 

Muchas de las causas de la violencia histórica en Colombia son múltiples y complejas y tiene como patrones recurrentes, estrategias como la deshumanización del otro, la estigmatización de las personas, la rigidez ideológica, la naturalización del conflicto, la polarización extrema, la ignorancia, las violencias de género y reproductivas, el racismo sistémico, la desinformación de los medios, los proyectos sociales incumplidos por el Estado, la impunidad, la fragilidad de la democracia, la injusticia y en general la ausencia de políticas estatales robustas, integrales y descentralizadas orientadas a la equidad, la justicia y la paz de todos.

Una pregunta que nos hacemos actualmente los educadores, líderes sociales y trabajadores de la cultura, es nuestro papel como constructores de paz y cómo podemos orientar  en las aulas y a través de las prácticas pedagógicas, experiencias formativas en clave de laboratorios para la construcción de ciudadanía y convivencia. Es en este horizonte que nos preguntamos por las estrategias pedagógicas y políticas que necesitamos empezar a definir y diseñar entre todos y en distintas escalas, desde los domicilios existenciales, las relaciones familiares, en la formulación de currículos, en los espacios de deliberación pública y en diversos escenarios políticos, para hablar y cocrear la sociedad que todos queremos orientada hacia el buen vivir, la paz integral y la seguridad integral de toda la población, iniciando por aquellas poblaciones que han sufrido mayores violencias, exterminios y discriminación en la historia reciente del país.

Cuando hablamos de la paz, desde una perspectiva integral, nos estamos refiriendo a varias cosas: desde los mundos interiores de las personas, los estados emocionales asociados a la vida cotidiana y los comportamientos, hasta el acceso libre y abierto a la información, las buenas relaciones, los derechos sociales, los bienes comunes, el capital socio-cultural, las formas de gobierno y participación ciudadana y el papel de las instituciones sociales (escuela, familia, medios de comunicación, colectivos y Estado).

Reiteramos que la paz no es solo ausencia del conflicto, la paz, según el informe de hallazgos y recomendaciones de la Comisión de la Verdad, no es solo el silencio de los fusiles, sino “la creación de condiciones para la libertad humana”,..“La paz no se hace en esos casos solo con acuerdos políticos entre las partes enfrentadas, sino también desde abajo, abriendo espacios para la reconstrucción de procesos locales o de lazos colectivos”. Sumado a esto, creo que la paz está vinculada con la dignidad, la equidad, la integridad, la salud, la justicia social y la prosperidad colectiva, por esto es que vemos importante un enfoque  integral, para reconocer las dimensiones interiores, individuales y colectivas que hacen posible no solo seres más coherentes y equilibrados emocionalmente, mejores relaciones entre vecinos,  sino sociedades más pacíficas. Recordemos que esta visión integral es preciso articularla cuando hablamos de paz o de guerra, y nos invita tener a todas estas dimensiones en cuenta (y en sus interacciones) al momento de formular prácticas integrales de vida, iniciativas pedagógicas y definir políticas sociales.

Advertimos que la apropiación de todos los recursos transmediales que nos ofrece la Comisión de la Verdad, no pueden convertirse como contenidos en una cátedra más en los colegios, como las cátedras sobre ciudadanía, medio ambiente o de paz, ya que muchos de ellos son experimentos formales con buenas intenciones, mezcladas en dinámicas y ambientes de aprendizaje anacrónicos....tal vez, lo que necesitemos es preguntarnos por el ecosistema de prácticas integrales (epistémicas, corporales, sociales, ecológicas y culturales) que podemos desplegar para ponernos en camino de la paz integral y esto supone intercambios más constantes y creativos entre maestros, redes y  agentes culturales de todos los territorios, para crear escenarios de deliberación pública y así facilitar procesos de abundancia educativa y democratización de pedagogías para la paz. 

Uno de los retos para la construcción de paz, en mi concepto, está también en orquestar la sabiduría de los territorios, maximizar las oportunidades de educación para toda la población, democratizar los bienes comunes y la abundancia educativa, convirtiendo las problemáticas globales complejas, en aprendizajes para toda la especie. La abundancia educativa, es un concepto potente que leí hace poco en el libro “Education in a time between worlds” de Zachary Stein, donde desarrolla una visión sistémica de la educación y se describen algunos milagros sociales, a modo de derechos sociales y cambios en la sociedad para hacer posible otro tipo de educación. La abundancia educativa, surge entonces del fortalecimiento de la amistad, de la reconstrucción de la memoria, de las redes comunitarias y la auto-organización de la sociedad civil, es decir, del entrelazamiento de agentes del cambio, líderes, visionarios, educadores, trabajadores sociales, empresarios, investigadores y gestores culturales.

Sanación colectiva

Necesitamos comprender urgentemente quienes intentamos crear procesos de sanación colectiva, a través del arte y la educación, en comprender cómo opera el trauma (histórico, intergeneracional y personal) y la sombra en nuestras vidas. Este conocimiento posiblemente debe convertirse en un bien común, que al comprenderlo en profundidad puede ayudarnos a facilitar ambientes seguros y confiables para desempaquetar de la mochila, el material inconsciente que todos portamos. Parte de la curación o de la sanación, tiene como efecto y consecuencia viajar más ligeros, crear mayor capacidad interior para comprender y sentir lo ocurrido y estar más presentes para que el futuro que anida en nosotros se exprese en plenitud. 

Una últimas reflexiones y unas preguntas para compartir. El conflicto no es algo a eliminar, es la manera como se manifiesta el acto creativo, lo que catapulta las transformaciones de consciencia, una forma cómo el deseo se manifiesta... el conflicto es una oportunidad para crecer, nos muestra las áreas que en nuestras vidas merecen más atención. El conflicto, la guerra y la violencia paradójicamente, también han llevado a nuevos derechos, a profundizar cambios culturales y formas nuevas de agencia, instituciones y tecnologías.

Preguntas para la conversación:

- Cómo podemos reconocer la oscuridad, el mal y la violencia, nuestra capacidad de destrucción, como parte de nosotros mismos para poder aprender a integrar sus lecciones y transformarnos de maneras más radicales y profundas?

- Si nos cuesta ponernos como victimarios, y a menudo, asumir la responsabilidad por nuestra capacidad de violencia y de nuestros errores, alcanzamos ser conscientes de las tácticas y hostilidades que realizamos con nosotros mismos, con los ecosistemas y también con los demás?

- Cuando se reconoce la verdad, podemos iniciar el camino de recuperación, la sanación y la transformación. Cómo sería una movilización social para abrazar la verdad personal, familiar y cultural? ¿Con qué estrategias y metodologías contamos para hacer memoria e integración sistémica de los procesos que hemos vivido?

- ¿Cómo podemos apropiarnos de las herramientas que nos proporciona la virtualidad y las Tics, para desplegar el proceso de integración de las experiencias dolorosas, pero también de aquellas donde la vida se ha potenciado y enriquecido?

- Con qué herramientas artísticas y psicosociales contamos para el reconocimiento de los patrones de violencia que hemos padecido, que nos permitan a su vez, reconocer las formas de apego seguro, crianza, educación y desarrollo moral?

- ¿Qué rituales de duelo colectivo nos ofrecen las culturas ancestrales y las tradiciones místicas del mundo, que nos permitan poder llorar nuestros muertos? 

- Cómo hablar de la muerte y aumentar nuestra consciencia de ella, para aumentar nuestra vitalidad y nuestra consciencia de la finitud, de los límites y de nuestra mortalidad. Cómo sería crear un ambiente de aprendizaje para la meta-cognición y la consciencia de las muertes/nacimientos en el transcurso de nuestras de vida?

- Si la primera víctima de la violencia es la empatía, cómo podemos empezar a crear ambientes de aprendizaje donde aumente la empatía de toda la población, haciendo crecer el círculo de atención y cuidado de las gentes por los demás, las especies y por el planeta?

- Cómo crear una sociedad de la escucha sin juicio, ambientes donde nos escuchemos con mayor curiosidad y apertura, para crear un conocimiento compasivo?

- ¿Cómo podemos los educadores ofrecer modos de pensamiento más sistémico para comprender las causas de la paz y de la violencia, y salir de la encrucijada del enemigo interno y de los binarismos de nosotros los buenos y ellos los malos que como sabemos perpetúan ciclo viciosos de la violencia?

- Dado que el trauma rompe la relación, las capacidades de confianza y conexión con los demás, la percepción de la realidad, cómo diseñar ambientes de paz de acuerdo a los procesos de desarrollo de los participantes, una educación contextualizada, espacios para la conexión emocional, la regeneración de los vínculos y de construcción de comunidades, colectivos y espacios para la participación cívica?

- Cómo participar en la creación de nuevas  normas y sistemas sociales y económicos que permitan a los cuidadores, personas mayores, niños y jóvenes, mayores derechos sociales, tiempos y espacios para fomentar la relación, el juego, el aprendizaje intergeneracional y la creación cultural?

- Qué herramientas conoces para mapear tanto nuestra identidad como los espacios sociales, que ayuden a fortalecer la confianza, la abundancia educativa y una cultura de paz? Qué herramientas pueden ayudar a profundizar en los procesos de reconocimiento, sintonización y expresión emocional? Qué pedagogías conoces que alimenten y fortalezcan la salud mental de toda la comunidad educativa….

- Qué pedagogías conoces y prácticas para la mediación de conflictos con tu pareja, entre amigos, vecinos y en la escuela?

- Qué prácticas de higiene interior realizas como maestro en la cotidianidad? Cómo haces como educador para evitar el agotamiento y sistemas nerviosos desbordados por las dinámicas de la escuela?. 

- Cómo articular a las prácticas de enseñanza, la experticia de sabedores, personas mayores y conocimientos de las comunidades locales que existen en tu territorio?

- Cómo estás articulando en tus espacios educativos los grandes problemas de nuestro tiempo, y a través de qué narrativas, metodologías y proyectos?

- Cómo restaurar la dignidad de todos, la dignidad de las comunidades a las que perteneces y también cómo honrar la dignidad en tus prácticas pedagógicas?

- Cómo podemos empezar a explorar la naturaleza del sufrimiento (explícito, es decir, el directo, como también el residual) y ponernos en camino del bienestar? Qué prácticas pedagógicas conoces para despolarizar las actitudes, creencias rígidas y estereotipos que alimentan narrativas de separación y violencia simbólica? 

- Qué proyectos conoces en tu territorio, localidad, barrio o comunidad que inspiren nuevos procesos de paz y de convivencia?






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viernes, 1 de abril de 2022

Problemáticas de la vida y la sociedad en contextos virtuales

En mi trayectoria como investigador, educador y ciudadano, me ha interesado indagar e involucrar en mis proyectos el uso creativo de tecnologías, reconociendo el potencial estético y pedagógico de las redes, las expresiones de ciencia abierta y ciudadana, la cultura de código abierto, la transmedialidad, el pensamiento de diseño (hackathones) y el poder de la inteligencia colectiva, entre muchas otras cualidades de la revolución digital. 

Pasadas ya dos décadas de inmersión en la cultura digital y de uso masivo de la web (lo que podríamos llamar su infancia), ha llegado el momento de hacer un análisis más matizado y concienzudo, que junte mayores perspectivas, eso sí, sin perder de vista la riqueza y virtudes, pero sí señalando algunos problemas y atascamientos respecto al uso de las redes sociales y de las tecnologías de la información y la comunicación. 

En el 2013 publicamos un libro llamado Ciberciudadanías: cultura política y creatividad social, un trabajo en alianza entre dos grupos de investigación de universidades públicas colombianas (la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad del Valle), donde explorábamos la interfaz entre educación y movimientos sociales, artísticos y culturales que realizaban apropiación social de tecnologías y como fruto de este estudio, surgió un libro, alianzas con activistas, nuevas reflexiones y didacticas y hace 15 años este blog, que he mantenido como una especie de diario sobre mis experiencias, proyectos e intereses en ámbitos como el arte, la ciencia, la educación integral, el cine, la filosofía, la cultura digital y la política. 

Ya que han sido mucho más elogiosas las publicaciones que he realizado acerca de las potencialidades de lo tecnológico en la educación y la cultura y mucho más entusiasta de usarlas creativamente en las prácticas educativas e investigativas, quisiera enumerar algunas problemáticas actuales evidentes que percibo en las vidas mediatizas en el contexto personal, relacional y cómo afectan los sistemas en que habitamos, con el propósito de instar a una conversación más amplia, serena e informada. Si conoces otras situaciones en las vidas virtuales que nos atan y atascan y limitan nuestras libertades, me encantaría conocerlas. 

Espero que esta lista de 20 problemáticas acerca de los usos de las redes y tecnologías, nos lleve a conversar no solo sobre lo peor, sino que a partir de estos puntos, nos permitan acentuar y enfocar la mirada sobre qué principios éticos y filosóficos, valores, prácticas, tecnologías y formas de organización, pueden ayudarnos a navegar por la cultura digital de mejor maneras, que nos enriquezcan, nos conecten de maneras más profundas con los otros y con las problemáticas de nuestro tiempo, que nutran nuestras vidas compartidas, incluso que aporten mayores sinergias para la comprensión y la transformación colectiva expresadas en nuevas formas de agencia y participación local/global:

Ver a las personas y a la información en fragmentos.

Identidad enfocada en manifestar los aspectos positivos de la experiencia

Interrupción constante de la atención (voluntad) y distracción de nuestros propios objetivos (de lo que queremos aprender).

Comunidades de personas con intereses y gustos similares que hace que se fortalezca la identidad tribal.

Incapacidad de la mente de digerir tanta información (saturación de información y tránsito entre un tema y otro sin profundizar, tratado con mucha superficialidad).

Desconexión de las necesidades de nuestros cuerpos y el valor de la importancia de las relaciones.

Aceleración de nuestros ritmos cotidianos (escasez de tiempo)

Automatización de muchos trabajos y precarización laboral (auto-explotación).

Plataformas que modelan comportamientos con base en nuestra información. 

Cada vez parecemos comportarnos más como máquinas.

A menudo la superficialidad en temas, el narcisismo y el cese de nuestras conversaciones profundas, multi-perspectivas y sentidas.

Debilitamiento de la democracia, las relaciones de amistad y de los espacios culturales de intercambio.

Polarización y mente tribal. Puntos de vista fijos y extremos y reacciones rápidas y muy emotivas. Y afirmaciones que prevalecen en espacios en línea tales como "Yo tengo razón, tú estás equivocado"

Dificultad de escuchar puntos de vistas distintos.

Ilusiones de falsa popularidad y éxito.

Teorías falsas, desinformación y posverdad. (socavamiento de la verdad).

Confundir el activismo político y el pensamiento crítico con el clicktivismo.

Manifestación de la ira colectiva y descarga de emociones muchas veces utilizando un chivo expiatorio como objeto de acusación.

Obsolescencia programada de artefactos tecnológicos y exceso de basura electrónica.

Adicción a la pornografía, aumento de la envidia y comparación excesiva con la vida de los otros.


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martes, 15 de marzo de 2022

Puntos a reflexionar sobre la Invasión Rusia a Ucrania

Este ensayo está pensado como material complementario de conversación para los estudiantes del curso que oriento en la Maestría Docencia Mediada con las TICs de la Universidad de San BuenaventuraDidácticas para la Paz y la Convivencia. En él se abordan algunos puntos que considero centrales para reflexionar sobre la actual invasión de Rusia a Ucrania, con el fin de ofrecer un encuadre más amplio y complejo de lo que está pasando, tomando diferentes perspectivas de las ciencias sociales y del periodismo independiente y como colofón del documento, ofrezco prácticas, ejercicios e iniciativas que pueden escalarse en varios espacios de la realidad íntima/local y global/política para fomentar los acuerdos, la comunicación no violenta y la paz.


En la educación posgradual, específicamente programas de educación y de formación de maestros, estamos cada vez más convencidos que necesitamos integrar estos acontecimientos mundiales en la conversación con los estudiantes, en clave de la formación humana y política y también para darnos el tiempo de digerir las experiencias, instar procesos de pensamiento crítica y para co-inspirar nuevas  pedagogías y didácticas en todos los niveles de la educación.


Antes de entrar a profundizar en esta reflexión, que amerita toda nuestra atención y empatía, hacemos una llamado para solidarizamos con todas las víctimas de la violencia y aprovechamos para reafirmarnos como agentes de verdad, belleza y constructores de paz. Nuestra intención es la comprensión más profunda y la paz en todos los niveles de la vida.


Lo que parece estar en juego en la ambición geopolítica de Putin (y también de otros gobiernos autoritarios en curso) es la visión imperial (propia de la política de la eternidad), empoderada por los combustibles fósiles, el extractivismo, la concentración y abuso del poder y la riqueza, el encumbramiento del militarismo y el machismo (el modelo patriarcal del padre protector y el líder fascista), la manipulación informativa y emocional y la gigantomaquia mítica y colonizadora.

 

Una de las críticas que más resuenan sobre la actual invasión de Rusia a Ucrania, es que aún cuando inició hace más de 8 años, ha tenido recientemente mucha más visibilidad y rechazo (y medidas de presión por parte de muchos países) que otros genocidios y problemáticas de desigualdad, violencia y guerra de larga duración que han ocurrido en otros continentes como Asia, África y América Latina.  Parece que en otras guerras ha habido mucho silencio, no existían tantas tecnologías de comunicación en tiempo real y es una fortaleza que la sociedad y la ciudadanía se vuelva cada día más intolerable a este tipo de actuaciones violentas por parte de gobiernos.



Foto. Historia del Caballo Verde. 
Agujero blanco producciones y taller de los hermanos Castro

 

Debido a las redes sociales digitales, existe un aumento de más testigos y consciencia de lo que acontece en el mundo y al mismo tiempo, y de una manera paradójica, también se da el fenómeno de que se experimenta menos tiempo para digerir las noticias y una mayor propagación para noticias falsas. En tiempos de crisis y guerras asimismo es usual ver aparecer en la escena pública un enemigo claro a quien culpar, para liberar la ansiedad o legitimar cruzadas colonizadoras, táctica que estudió el antropólogo René Girard en su reflexión sobre el papel en la historia del "chivo expiatorio". 

 

Es bastante importante al momento de hacernos una imagen amplia de lo que está sucediendo en la actual guerra, y sobretodo cuando lidiamos con problemas sociales complejos, escuchar todos los puntos de vista y profundizar en ellos y no quedarnos solo con las posiciones y emociones que se generan a primera vista, dado que es fácil caer en identidades tribales que polarizan más los ambientes de conversación y crean climas de hostilidad, propicios para la descalificación, la agresividad y la circulación de desinformación. 

 

Aún cuando me considero inexperto en los asuntos en política internacional y en específico en asuntos de historia de la Europa del Este, la mayoría de análisis que he leído en el último mes (realizados por académicos, investigadores y periodistas, estudiosos del conflicto Rusia-Ucrania), son conscientes de la invasión violenta de Rusia, así como también de los abusos al derecho internacional humanitario, de los mitos usados para legitimar la guerra, y del anhelo de expansión soviético promovidos por la cleptocracia Rusa y un modelo autoritario que se viene posicionando sobretodo en la última década. Pero no solo señalan a Rusia como solo el del problema, sino que Estados Unidos y la OTAN, como en todo conflicto, también tienen responsabilidades, por acción u omisión con lo que está pasando.


Algunos críticos señalan también que, aunque es necesario tomar posición informada y no meramente ideológica y definir con fuerza los abusos de poder de Rusia, también expresan que Occidente (específicamente Estados Unidos y OTAN) no tiene derecho a reclamar superioridad moral, dado que ha participado sistemáticamente en invasiones más cruentas en otros pueblos. Pero aún cuando es necesaria una postura contundente ante las injusticias y la guerra, no basta solo con la ira, el odio, tomar posiciones ideológicas o posturas afines al relativismos de las ideas. Hablaré de esto más adelante.

 

Un resumen general de los análisis actuales sobre la guerra, exponen como denominador común, que el gobierno Ruso ha logrado una centralización exacerbada del poder y de la riqueza, que ha sido construida a través del terror, la represión, los combustibles fósiles, las alianzas y coaliciones con los más ricos y el despliegue de mentiras (en una ruta totalitaria tipo Stalin), junto una filosofía sostenida y actualizada (Iván Ilyn) por mitos antiguos soviéticos de expansión imperial y colonización de territorios. Muchos también aseguran que esta avanzada significaría en corto tiempo la caída de Putin, su aniquilamiento, que así ganen ahora, ya tienen el futuro perdido. 

 

Para muchos, el Kremlin es una suerte de estado mafioso amparado en las industrias fósiles (que tanto daño le hacen al planeta), inclinados en mantener a la población controlada y desinformada y en variadas ocasiones actuando violentamente, reprimiendo a la población y en alianza con paramilitares como el grupo Wagner. Recordemos que Rusia invadió a Georgia, Siria, ha subyugado a gobiernos de África Central y Malí, Kazajstán y Asia Central.

 

Este auge del totalitarismo en Rusia, no se ha construido milagrosamente de la noche a la mañana, sino que ha sido posible por una serie de estrategias tales como las limitaciones al acceso de la información, el control de los medios, la construcción de noticias falsas; violencia contra personas LGBT; cambió constante de leyes (como la duración del gobierno de 4 a 6 años), limitaciones a la democracia, eliminando elecciones de gobernadores y de alcaldes en las ciudades y la aprobación de un conjunto de leyes que han limitado los derechos de los partidos políticos. El gobierno de Putin, lleva más de dos décadas en el gobierno (y quiere extenderse mucho más) y ha usado como armas políticas la represión, el encarcelamiento y envenenamiento de la oposición, el cierre de instituciones educativas (como la pérdida de licencia de la Universidad de San Petersburgo), por tener tendencia progresistas y feministas. En el 2008 Rusia invadió Georgia y en el año 2014 la Invasión a Ucrania, lo que se conoce como la anexión a Crimea. 

 

Finalmente, y algo bien curioso que me llama muchísimo la atención, es que a través de la retórica anti-occidental, Putin ha sido capaz de unir a sectores de la izquierda y de la derecha, llevar su mensaje a las poblaciones urbanas y rurales, regímenes capitalistas y socialistas; también es capaz de integrar su cristianismo ortodoxo y la afinidad con gobiernos de corte autoritario en Latinoamérica, asunto que hace que muchas personas con cierta ingenuidad política (anti-imperialismo de tontos) se sientan afines a él, dado que supuestamente encarna lo opuesto a la hegemonía imperial estadounidense y próximas a las ideologías del comunismo. Seamos claros, la Rusia de Putin no representan ninguna alternativa "progresista" al capitalismo, afirman Pierre Dardot & Christian Laval. Esta actitud radical de odio y de estilo anti-occidental, es hipócrita y de doble moral, ya que se ha confirmado su tendencia al monopolio de riquezas, y al apoyo y simpatías con Donald Trump, así como también se ha revelado que su gobierno ha estado promoviendo ciberataques y falsas noticias para denostar a los demócratas (a través de comentarios sexistas a la candidata demócrata Hillary Clinton), alterar elecciones, agenciar noticias probrexit y facilitar ataques que rompen con la soberanía de regiones que limitan con su país.

 

Somos conscientes que es urgente por el bien de la democracia, y en una escala personal e interpersonal, reducir la polarización que está avivada en la sociedad. A menudo la polarización es una expresión de traumas que encarnamos y no somos conscientes de ellos; empecemos a dejar de dividir entre nosotros vs ellos, entre izquierda y derechas, entre víctimas dignas e indignas y entre violencias justas y otras que no lo son. Algo que podría ayudar a romper con las lógicas rígidas y muchas veces ideologías del pensamiento polarizante, es dejar de prestarle solo atención a seres que encarnan gobiernos tiranos como Trump, Putin, Maduro, Bolsonaro, Uribe, como los malos del paseo y por el contrario, enfocar con mayor precisión a la comprensión de las tácticas que usan estos líderes autócratas y a los sistemas y cosmovisiones que los nutren y los presiden… Al parecer, estos líderes, son la punta del iceberg, el síntoma de un sistema económico y político que se construye para sostener la corrupción y la desigualdad económica. Démonos cuenta también, como en pequeñas escalas y, guardando las proporciones, en nosotros se replican, acuna y avivan, sin ser conscientes de ellos, muchos de los comportamientos fascistas, autoritarios y negadores de la verdad que tan a menudo queremos atacar y desterrar. 

 

Aquí un listado de prácticas que pueden contribuir a reducir los grados de polarización de la sociedad:

 

10 ideas y prácticas para reducir la intensidad de la polarización:

  • Hablar con personas diferentes
  • Dejar de dividir entre víctimas dignas e indignas, entre violencias justas y otras no. 
  • Cambiar el clicktivismo por conversaciones más amplias y profundas
  • Evitar generalizaciones simples y reduccionistas.
  • Discernir la información, aprender a digerir lo leído y evitar propagar información falsa
  • Hacer trabajo de sombra o terapia de la polaridad.
  • Introducir síntesis entre campos científicos diversos; cuidar y valorar la ciencia, el conocimiento y la verdad, además de formar a las personas en ecologías de conocimiento y en el uso de visiones integrales y sistémicas.
  • Fomentar el humor, la curiosidad y el arte.
  • Mirar en qué estamos de acuerdo, en lo que podemos construir juntos y no solo enfatizar en la diferencias.
  • Hacer más preguntas complejas que respuestas simples y priorizar las síntesis (constructivas) a las antítesis (deconstructivas).

El fascismo es exquisitamente demoniaco, le encanta seducir para engañar, utilizar su conocimiento refinado para propósitos crueles, le gusta conquistar el poder, colonizar las mentes, pelear y ganar, controlar todo (incluso la verdad histórica), les encanta el sacrificio; quiere que todo arda, tiene una predilección por odiar un grupo y enaltecer a otro (preferencias por los que ostentan el poder militar, lo fuerte, lo heroico y patriótico), las acciones de encender, quemar, explotar, el ser intenso, el heroísmo, la dificultad de olvidar y transformar las heridas y dolores, y por ende de perdonar, la necesidad y fascinación del enemigo interno, siempre tiene un chivo expiatorio; el ser fascista despotrica de la reflexión, es muy emocional, odia además lo suave, prefiere lo gore, lo duro y lo brutal. Un fascista nunca reconoce que se ha equivocado prefiere morir con su verdad parcial que hace pasar como total.

(Esta idea está inspirada en la lectura de un artículo de Hanzi de sobre el fascismo https://metamoderna.org/the-partial-glory-of-fascism-what-we-can-learn-from-the-far-right/ 


 

Como lo expresé anteriormente, es tan grande la polarización que existe en la sociedad, que la estrategia de Putin de mostrarse anti-occidental, en un gobierno de corte autoritario y capitalista como el Ruso (y que ha debilitado en los últimos años la democracia y ha impulsado una agenda de expansión imperialista), ha generado complicidad en personas progresistas y en ciertos gobiernos de izquierda. Para muchas personas afines al pensamiento crítico, pecan de ingenuidad en creer en el canal de noticias RT, como un medio veraz y alternativo, aun cuando de muros para afuera este medio es hábil en mostrar las desigualdades y violencias y un discurso anti-Estados Unidos, pero de puertas hacia adentro, son incapaces de mostrar las tácticas violentas que realiza el gobierno ruso a la oposición, los fakes news, el apoyo de Trump a Putin, los golpes y ataques a las instituciones, y mucho menos en señalar la virulencia de la oligarquía y de reconocer la censura de la libertad de expresión que se vive dentro del país. 

 

Intuimos que si queremos sobrevivir a la guerra, necesitamos empezar por reducir los grados de polarización que nos enfrentan unos otros, donde la táctica es buscar a toda costa que unos ganen y otros pierdan; es muy útil reconocer nuestra propia capacidad de violencia, mayor capacidad por mantener la paradoja y paralelo a esto, es perentorio como política global, fomentar el desarrollo interior y cultural de la población, específicamente andamiaje institucional para el apego seguro, sanación colectiva de traumas, mayor desarrollo emocional e intelectual, así como mayores habilidades de empatía, generosidad, creatividad, capacidades de conversación y trabajo con múltiples perspectivas.


En otra escala del asunto, es necesario crear nuevos órganos internacionales que medien estos conflictos entre Estados, desarrollar y fortalecer un sistema global de seguridad internacional y una mayor profundización en los procesos de democratización de todos los países. Evitar optar por tomar la vía rápida (tanto la vía ideológica anti-imperialista como la anti-rusa, (trascender la posguerra), porque se pierde mucho sobre lo que realmente está pasando y más que ser parte de la solución se sigue siendo parte del problema. Por otra parte, es preferible democracias fallidas y por construir, que las dictaduras totalitarias. Somos conscientes que ni Rusia ni China, ni tampoco Estados Unidos, representan alternativas y modelos a seguir, ambos son expresiones monstruosas del capitalismo, por lo tanto debemos conformar un frente global de articulación de democracias y una nueva internacional cosmopolítica (aquí el Sur-Global debe articularse y posicionarse en coalición como una fuerza global importante). Finalmente tenemos que reconocer que los pueblos tienen libre albedrío, auto-determinación y no son como muchas veces se quieren mostrar títeres de imperios. Según afirma el activista ucraniano Taras Bilous: " la izquierda internacional no debe ver a los ucranianos solo como víctimas: nosotros también tenemos nuestros propios puntos de vista sobre lo que nos gustaría que fuera nuestro país y estamos dispuestos a luchar por ello".


Hanzi Freinacht, en una publicación reciente en Médium, afirma que Rusia apoya a otros gobiernos de corte autoritario en varias partes del mundo e insinúa "que si el autoritarismo pierde su bastión en el hemisferio norte y uno de sus mayores agentes mundiales, es probable que el mundo se convierta en un lugar más democrático y cooperativo".

 

Queda la esperanza que entre más dure la guerra más desencanto habrá en la sociedad rusa (recordemos que habrá elecciones en el 2024),... ojalá este conflicto no desencadene una tercera guerra mundial, sino que sea un cambio hacia mayor descentralización del poder, una transición a energías renovables, fortalecer las instituciones sociales, mayor profundización en las libertades civiles y una bienvenida a una gobernanza global más transparente y democrática. 


Comparto a continuación, algunas referencias importantes del campo de los medios alternativos y de las ciencias sociales (tales como sociología, historia, filosofía y líderes sociales) que invitan a comprender la invasión de Rusia a Ucrania:


The world is unpredictable and strange. Still, there is hope in the madness por Rebecca Solnit: https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/mar/05/world-is-unpredictable-and-strange-climate-crisis-ukraine  

The antisemitism animating Putin’s claim to ‘denazify’ Ukraine por Jason Stanley https://www.theguardian.com/world/2022/feb/25/vladimir-putin-ukraine-attack-antisemitism-denazify  

Why Vladimir Putin has already lost this war por Yuval Harari: https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/feb/28/vladimir-putin-war-russia-ukraine

Conversación entre Yuval Harari y Masha Gessen https://www.youtube.com/watch?v=mh1mSGEISyc&t=1253s 

La defensa de la libertad frente al auge del totalitarismo por Timothy Snyder. https://www.youtube.com/watch?v=uE4wTxljGaE  

Activando nuestro sistema inmunitario global por Thomas Hübl

https://www.youtube.com/watch?v=HjcolzFbGOw   

Qué piensan los rusos de la guerra en Ucrania - Entrevista a Lev Gudkov

https://eleconomista.com.ar/internacional/que-piensan-rusos-guerra-ucrania-n51381

10 Action Points on Russia-Ukraine por Hanzi Freinacht

https://medium.com/@hanzifreinacht/10-action-points-on-russia-ukraine-984cc1e4f39b

Primate Politics and Vacuum Bombs por Daniel Pinchbeck https://danielpinchbeck.substack.com/p/primate-politics-and-vacuum-bombs?s=r

The Putin Doctrine por Angela Stent. https://www.foreignaffairs.com/articles/ukraine/2022-01-27/putin-doctrine

https://www.opendemocracy.net/es/democraciaabierta-es/carta-izquierda-occidental-desde-kiev/

The war in Ukraine and the Global South por Taras Bilous https://commons.com.ua/en/vijna-v-ukrayini-ta-globalnij-pivden/ 

El anti-imperialismo de los tontos https://vientosur.info/eclipsar-al-pueblo-a-base-de-desinformacion-siria-y-el-antiimperialismo-de-los-tontos/ 


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