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viernes, 1 de abril de 2022

Problemáticas de la vida y la sociedad en contextos virtuales

En mi trayectoria como investigador, educador y ciudadano, me ha interesado indagar e involucrar en mis proyectos el uso creativo de tecnologías, reconociendo el potencial estético y pedagógico de las redes, las expresiones de ciencia abierta y ciudadana, la cultura de código abierto, la transmedialidad, el pensamiento de diseño (hackathones) y el poder de la inteligencia colectiva, entre muchas otras cualidades de la revolución digital. 

Pasadas ya dos décadas de inmersión en la cultura digital y de uso masivo de la web (lo que podríamos llamar su infancia), ha llegado el momento de hacer un análisis más matizado y concienzudo, que junte mayores perspectivas, eso sí, sin perder de vista la riqueza y virtudes, pero sí señalando algunos problemas y atascamientos respecto al uso de las redes sociales y de las tecnologías de la información y la comunicación. 

En el 2013 publicamos un libro llamado Ciberciudadanías: cultura política y creatividad social, un trabajo en alianza entre dos grupos de investigación de universidades públicas colombianas (la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad del Valle), donde explorábamos la interfaz entre educación y movimientos sociales, artísticos y culturales que realizaban apropiación social de tecnologías y como fruto de este estudio, surgió un libro, alianzas con activistas, nuevas reflexiones y didacticas y hace 15 años este blog, que he mantenido como una especie de diario sobre mis experiencias, proyectos e intereses en ámbitos como el arte, la ciencia, la educación integral, el cine, la filosofía, la cultura digital y la política. 

Ya que han sido mucho más elogiosas las publicaciones que he realizado acerca de las potencialidades de lo tecnológico en la educación y la cultura y mucho más entusiasta de usarlas creativamente en las prácticas educativas e investigativas, quisiera enumerar algunas problemáticas actuales evidentes que percibo en las vidas mediatizas en el contexto personal, relacional y cómo afectan los sistemas en que habitamos, con el propósito de instar a una conversación más amplia, serena e informada. Si conoces otras situaciones en las vidas virtuales que nos atan y atascan y limitan nuestras libertades, me encantaría conocerlas. 

Espero que esta lista de 20 problemáticas acerca de los usos de las redes y tecnologías, nos lleve a conversar no solo sobre lo peor, sino que a partir de estos puntos, nos permitan acentuar y enfocar la mirada sobre qué principios éticos y filosóficos, valores, prácticas, tecnologías y formas de organización, pueden ayudarnos a navegar por la cultura digital de mejor maneras, que nos enriquezcan, nos conecten de maneras más profundas con los otros y con las problemáticas de nuestro tiempo, que nutran nuestras vidas compartidas, incluso que aporten mayores sinergias para la comprensión y la transformación colectiva expresadas en nuevas formas de agencia y participación local/global:

Ver a las personas y a la información en fragmentos.

Identidad enfocada en manifestar los aspectos positivos de la experiencia

Interrupción constante de la atención (voluntad) y distracción de nuestros propios objetivos (de lo que queremos aprender).

Comunidades de personas con intereses y gustos similares que hace que se fortalezca la identidad tribal.

Incapacidad de la mente de digerir tanta información (saturación de información y tránsito entre un tema y otro sin profundizar, tratado con mucha superficialidad).

Desconexión de las necesidades de nuestros cuerpos y el valor de la importancia de las relaciones.

Aceleración de nuestros ritmos cotidianos (escasez de tiempo)

Automatización de muchos trabajos y precarización laboral (auto-explotación).

Plataformas que modelan comportamientos con base en nuestra información. 

Cada vez parecemos comportarnos más como máquinas.

A menudo la superficialidad en temas, el narcisismo y el cese de nuestras conversaciones profundas, multi-perspectivas y sentidas.

Debilitamiento de la democracia, las relaciones de amistad y de los espacios culturales de intercambio.

Polarización y mente tribal. Puntos de vista fijos y extremos y reacciones rápidas y muy emotivas. Y afirmaciones que prevalecen en espacios en línea tales como "Yo tengo razón, tú estás equivocado"

Dificultad de escuchar puntos de vistas distintos.

Ilusiones de falsa popularidad y éxito.

Teorías falsas, desinformación y posverdad. (socavamiento de la verdad).

Confundir el activismo político y el pensamiento crítico con el clicktivismo.

Manifestación de la ira colectiva y descarga de emociones muchas veces utilizando un chivo expiatorio como objeto de acusación.

Obsolescencia programada de artefactos tecnológicos y exceso de basura electrónica.

Adicción a la pornografía, aumento de la envidia y comparación excesiva con la vida de los otros.


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lunes, 4 de mayo de 2020

Sobre las narrativas conspiranoicas

El estilo paranoico de pensamiento, encarnado por los adalides de la posverdad, tanto negacionistas (Darío Acevedo, Alvaro Uribe, Trump, Maduro, Bolsonaro) y conspiracionistas (en su mayoría afines a la extrema izquierda o derecha, desencantados de las instituciones, los medios, la ciencia y escépticos de las relaciones interpersonales), nos mantienen distraídos de las verdades más profundas que acunan en nuestra historia personal y social, en nuestros intentos, en las verdades que emergen en las interacciones en comunidad, de lo que puede acontecer en nuestras conversaciones y lo que podemos hacer en este justo momento. Este estilo aunque con el propósito de la válida sospecha, quiere deconstruir y llevarnos a un escepticismo radical, generando en la mayoría de la ocasiones en las mentes individuales y colectivas profundizar en mayores niveles de desconfianza, asunto que inmuniza la posibilidad de transformaciones reales y debilita las capacidades para que surja algo nuevo, una creación singular, la auto-organización local, colectiva, global y solidaria. Este podría ser un ejemplo de cómo el antagonismo radical de los extremos en su odio y enemistad profunda, resultan utilizando las mismas tácticas y sosteniéndose recíprocamente. Como señala el historiador Richard Hofstadter, "el mismo estado de ánimo, pero con un villano diferente". Todo un círculo vicioso y abono para la guerra.

Las narrativas conspiranoicas, aunque parecen a primera vista como versiones alternativas o la otra cara de la información hegemónica y oficial, son bastante útiles para el statu quo. La mayoría de veces su lema y función es reducir la realidad a dos posiciones y polos (los modernos lo exhiben como una lucha entre ganadores vs perdedores); (los míticos o tradicionales entre pecadores vs santos), (los revolucionarios, vencer o morir, capitalismo vs comunismo), los posmodernos (coloniales vs decoloniales; opresores vs oprimidos; conocimiento local vs universal).

En el plano psicológico, estas matrices generalizantes fungen como meros artilugios fantasiosos, proyecciones de psiques ansiosas y desencantadas y expresión de la dificultad de mayores niveles integración: síntomas de fuerte alergia y polarización… por eso se piensa que estas narrativas, más que ideologías, las impulsa en muy buena medida la psicología y el miedo, con consecuencias insanas muchas veces como la depresión, el aislamiento, la división, el desempoderamiento personal y colectivo, que abre el terreno para 3 situaciones: que las cosas sigan igual; quedarnos psico-rígidos con el mismo sistema operativo y finalmente (dado que el mal y el bien se plantean de maneras absolutas) quedarnos frustrados en luchas interminables.


Las teorías conspiranoicas, además de tranquilizadoras y consoladoras, son consecuencia de la pérdida de confianza y el descrédito de la racionalidad científica y el renacimiento de la fe por las creencias religiosas, las ideas pre-racionales  y mágicas como las ideas de la tierra plana, la homosexualidad como enfermedad, la curación de las enfermedades mediante el pensamiento positivo, la maldición de los negros y judíos, la inferioridad de los indígenas y si vamos más lejos, en el pregón que se decía en el siglo XIX que las mujeres intelectuales caerían en la locura,…en el siglo XX tal odio se ve reflejado para muchas personas de pensamiento crítico y orientación de izquierdas, en todo lo que venga de Estados Unidos, o suene a organización empresarial, ciencia, economía, dinero y capitalismo.

Aunque algunas teorías conspiranoicas han corroborado ser ciertas en la historia antigua y reciente y muchas reflejan un rasgo humano fundamental, la necesidad de contar historias, fabricar mitos y relatos, en momentos de pandemias como las actuales que estamos viviendo por el Covid 19, tienen la función de ofrecer soporte y coherencia ante el caos y la incertidumbre. 

Instalo aquí una intuición personal: la mejor manera de  dar coherencia en momentos de ambigüedad y de crisis, como pasa en las enfermedades y muertes de seres queridos, no es fortalecernos con dogmas y consuelos psicológicos, sino re-considerar lo más valioso, preguntarnos por lo esencial,  por nuestras relaciones, por la sencillez y la vida en su conjunto; integrar nuestro más profundo propósito con la intención más creativa y compartirla en comunidades y redes más amplias, que permitan re-organizarnos mejor y de maneras más sabias, compasivas e inteligentes.

Comparto a continuación algunos trabajos representativos de investigadores que han ahondado en las teorías de la conspiración desde diferentes enfoques: en el campo de la historia (Richard Hofstadter y su texto pionero sobre la conspiración del año 1964); en la sociología (Ted Goerzel); en el periodismo (los trabajos de David Aaronovitch y Matthew D´Anconna); en el ámbito de la salud pública y las ciencias políticas (Brendan Nyhan quien investigó sobre el Zika y la fiebre amarilla 2018 en Brasil) y en la psicología (Robert Brotherton quien hizo su tesis doctoral sobre psicología y teorías conspirativas):


El artículo de Brendan Nyhan, The Effects of Corrective Information about Epidemics: Evidence from Zika and Yellow Fever in Brazil, examina la prevalencia y persistencia de las percepciones erróneas y las teorías de conspiración en Brasil e informa los resultados de experimentos prerregistrados que examinan la efectividad de los enfoques actuales para combatir las creencias falsas durante la epidemia de Zika y el posterior brote de fiebre amarilla en el país. Los resultados que se resumen en esta investigación, concluyen que "los esfuerzos para contrarrestar las percepciones erróneas sobre las enfermedades durante las epidemias y los brotes pueden no ser siempre efectivos y, en algunos casos, pueden socavar la comprensión pública de las epidemias…los intentos de refutar las percepciones erróneas y las teorías de conspiración con información correctiva en realidad redujeron la precisión de las creencias de las personas sobre las verdaderas causas y consecuencias de Zika". 

Termina afirmando esta investigación "que en algunos casos, la mejor manera de vencer las percepciones erróneas puede ser evitar desafiarlas directamente…En su lugar, puede ser más efectivo buscar estrategias alternativas que no impliquen una desacreditación directa, como programas educativos para alentar a los padres y a los niños a comprometerse con la información de salud pública"


La conspiración y la negación son dos caras de la posverdad. La posverdad es la política del puro espectáculo. Es muy fácil caer allí, identifique su enemigo más acérrimo y llénelo de insultos, póngale imaginación y ya está en el juego. Todos pueden elegir las verdades como un buffet y también las falsedades. El problema no está en si nos mienten o no, es de sobra conocido las mentiras del sistema, así como también los diseños arbitrarios para la escasez, las tácticas descalificadoras, igualmente sabemos de lo nocivo que son las mentiras que nos echamos a nosotros mismos, la cuestión delicada en mi sentir, son nuestras reacciones emocionales y la parálisis y polarización que generan este tipo de discursos. En vez de hacernos progresar, dar un salto, cambiar comportamientos, paradigmas culturales e imaginar otra sociedad, no hacen volver atrás para consolarnos y ratificar lo que ya pensábamos.

Y para terminar, les comparto la Receta de la infusión paranoica:

1.     Detecte enemigo o el polo más despreciado por usted.
2.     Póngale toques de ira y miedo
3.    Busque en Google con algunos tags que alimenten esta información y este estado de ánimo que confirma los prejuicios que usted ya tiene
4.    Satúrese de esta información… no busque otras fuentes.
5.    Antes de tomar, perciba cómo su alma empieza a teñirse de dos tonos: el que usted ama y el que usted odia.
6.    Sírvase caliente y tómesela de un solo trago.
7.    Compártala con todos sus amigos.

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