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martes, 8 de octubre de 2024

Podcast del Diálogo Arte, Ética y Política (MAEC-UPN)

Este segundo semestre (II-2024) los estudiantes de primer semestre del diálogo de arte, ética y política de la Maec-UPN realizaron 8 maravillosos podcasts con artistas, pedagogos y gestoras culturales. En estos encuentros, se establecieron relaciones con personas creativas y activistas que aportan a la construcción de procesos colectivos en el arte, la educación y la cultura.  Además de experimentar la conversación como una forma de arte, estos ejercicios ayudan a fortalecer las habilidades de comunicación y escucha, fortalecen la atención y la curiosidad, se aprende a valorar el trabajo de los demás y se gestan nuevas redes de aprendizaje por fuera del aula.






Las conversaciones que se realizaron fueron a la artista chilena Casandra Luan, (1) quien contó su experiencia con la gráfica y especialmente el grabado, los viajes formativos y proyectos editoriales como La surca y la huella, mujeres en Chile: hitos ilustrados xilográficamente (1880-1980); otro diálogo muy sugerente fue el realizado al actor y director teatral Sebastián Cruz (2) quien habló de la iniciativa realizada en pandemia Claustro investigativo, una comunidad online para la investigación en artes,  y quien profundizó sobre el papel de la formación en artes en los territorios. Un diálogo muy fecundo con la artista escénica Diana Morales (3) quien expuso sus visiones acerca de la educación, la función social del arte, su participación en el Colectivo teatral Luz de Luna y sus viajes por Latinoamérica. Con David Méndez, del colectivo en Bogotá ART Bezaleel (4) nos llevó a escuchar sus experiencias culturales y pedagógicas, el valor de las personas mayores, la biblioteca comunitaria y su trabajo con las huertas. También se presenta una entrevista a la cantautora y poeta Sereviter (5), Gisella Zorro, quien comparte acerca de la inspiración de sus composiciones, su devenir cantante y escritora y su más reciente trabajo musical llamado Nido de fuego. Una idea final emergente de esta conversación es “pensar la práctica artística como un ser vivo”. Los últimos podcasts fueron a la pedagoga musical Olga Jiménez (6), quien habló del valor de la educación inicial, su trabajo con las rondas en Colombia (en su libro ronda que ronda la ronda) y de la función de los maestros y maestras como líderes de las comunidades; las licenciadas de artes visuales de la UPN  Lina María Hueso y Alejandra Carreño (7) hablaron de sus intuiciones, experiencias en la educación artística y futuros en el ámbito de la gestión cultural y finalmente Luis Gabriel Colorado (8) expuso su iniciativa de círculo de hombres.

Unas conclusiones finales que surgen de esta actividad es que los estudiantes (y en general la ciudadanía) pueden aprender de otros, aprender a formular preguntas, contribuir a crear redes afectivas y de colaboración y documentar procesos de arte, cultura y educación que hacen parte de la memoria colectiva de los territorios. Estas formas de comunicación intentan apropiarse creativamente de las tecnologías y además tienen por foco e intencionalidad crear comunidades más fortalecidas en las que se puedan realizar vínculos más estrechos de intercambio, confianza y co-creación

Enlaces a los podcast:

1. https://drive.google.com/file/d/1WIlNYtyqMKrNSIEgzgFunYIAABPwSl5x/view?usp=drive_link 
2. https://www.youtube.com/watch?v=wZkVVuMnT5E
3. https://www.youtube.com/watch?v=cf04Um4_IDo&embeds_referring_euri=https%3A%2F%2Fwww.canva.com%2F&source_ve_path=Mjg2NjY
4. https://www.youtube.com/watch?v=2X3xNvNWMD8 
5. https://www.youtube.com/watch?v=4tb085c6r74
6. https://www.youtube.com/watch?v=oIh-DYoAfn4
7. https://drive.google.com/file/d/17ItKaEjFtE6CGt2yTB-68Mj23VNCp6zN/view
8. https://soundcloud.com/john-h-fonseca/podcast-circulo-de-hombres?ref=whatsapp-image&p=a&c=1&si=2696f52dffff48c68ff0f5f354e74a88&utm_source=whatsapp&utm_medium=message&utm_campaign=social_sharing 

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jueves, 19 de mayo de 2022

Conversaciones sobre jóvenes, memoria y paz (Ep. 14)

Conversando con Wilson Gómez (Doctor en ciencias sociales, niñez y juventud y Director de la Maestría Territorio, Conflicto y Cultura), sobre la tríada jóvenes, memoria y paz; hablamos acerca de sus primeras experiencias en la gestión cultural comunitaria, sobre el territorio, la amistad y la pregunta por el sentido de lo humano en el mundo. Después de caminar como líder estudiantil y formarse en gestión cultural en Manizales, donde estuvo muy activo en el círculo de pensamiento Ambiental (coordinado por Patricia Noguera), prosigue su formación doctoral, y luego como profesor en la Universidad del Tolima, crea junto a otros amigos la cátedra ambiental Gonzalo Palomino Ortiz (líder ambiental). 

Con “Guicho” y otros amigos, por el año (2002-2004), en la Universidad Nacional, estuvimos encontrándonos semanalmente en “El diseminario”, un espacio donde nos proponíamos entender las raíces del conflicto armado colombiano. Tengo especial recuerdo de este acontecimiento, de aquellos rituales de la inteligencia compartida, como también de las ocasiones de efervescencia de las ideas, de las acciones y publicaciones en espacios universitarios que realizábamos (con Wilmar Osorio, Daniel Benavides, Etna Castaño) como colectivo Magma, Testimonios de cultura. Recuerdo que en esa época tuve un sueño en donde el volcán del Ruiz estallaba y yo me alegraba gozosamente de sentirme vivo con el fluido rocoso incandescente que me cubría y que brotaba de las entrañas de la tierra. Esta fue de las primeras metáforas que brotaron como acontecimiento de la amistad, de la palabra, el pensamiento y el territorio emergente.

Como amigo, intelectual y ciudadano, Wilson siempre ha estado abierto a pensar, a escuchar y a ser generoso con lo que intuye y con lo que sabe. En este encuentro aprovechamos para explorar una síntesis de su investigación doctoral, así como también sobre las memorias de los estudiantes caídos en Colombia, las violencias contra los jóvenes, reflexiones sobre el proceso de la paz, el rol de la empatía, la memoria y del arte.




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martes, 26 de abril de 2022

Conversación sobre las Ritualidades y Expediciones en la Educación. (Ep. 3)

En este 3 episodio, enmarcado en la serie de diálogos sobre la educación - que hace parte del experimento que estamos co-creando, como Universidad del Futuro - conversamos con Ángela Niebles-Gutierrez (profesora de la Universidad Austral de Chile, investigadora y practicante de Biodanza), acerca de las ritualidades y expediciones en la educación. En este viaje del pensamiento y de la amistad, se describen parte de sus trayectorias vitales, sus comunidades de aprendizaje y actuales experiencias y expediciones ecobiogeopedagógicas (que hacen parte de sus susurros de su tesis doctoral)...el diálogo asimismo oscila, en las relaciones sexo-género, el viaje interior y por el territorio, las espiritualidades y la ancestralidad.




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domingo, 17 de abril de 2022

RE-construcción de la educación en clave de consciencia global

Necesitamos urgentemente un gran consenso social sobre lo que implica un cambio profundo en la educación. Veamos por qué. Es un lugar común escuchar hablar a educadores, políticos y líderes acerca de la importancia de la educación en tres frentes: para transformar la conciencia de las personas, fomentar una sociedad sostenible y resolver los grandes problemas de nuestro tiempo. No obstante, para transformar de maneras profundas la educación, no son suficientes las buenas intenciones, ni tampoco solo transformaciones en nuevos temas, conocimientos, discursos, asignaturas, cátedras, metodologías y pedagogías; somos conscientes que requerimos además de mejores diálogos como sociedad y una organización de la sociedad civil robustecida, un pensamiento sistémico (metamoderno) que nos permita observar todo el ecosistema de aprendizaje donde nos desenvolvemos. 

Una primera idea respecto al cambio educativo, es que necesitamos volver a imaginar la educación en todos los niveles y entre todos, yendo más allá de la escolarización, como se suele reducir habitualmente… intuimos que después de la deconstrucción, viene una reconstrucción radical, es decir, volver a soñar y prototipar las nuevas propuestas, narrativas, iniciativas, institucionalidades, conversarlas entre amigos…ir hacia una nueva integridad, más arriesgada y sensata, que incluye la magia e inocencia de los niños, la experimentación de la juventud y la prudencia, temple y sabiduría del adulto.

Inicialmente, una idea crucial que necesitamos poner esfuerzo, atención y financiación, es la de construir en todos los territorios una cultura del aprendizaje desde la primera infancia hasta la tercera edad (en donde aprender sea algo muy sexy y atractivo) y que tenga como intencionalidad hacer sentir vivos, curiosos y conectados a las personas y  que a su vez tal actitud de asombro e intercambio colectivo constante, permita activar la inteligencia colectiva de toda la sociedad. 


Debido a los problemas actuales de salud mental, pérdida de biodiversidad y libertades, racismo, sexismo, calentamiento global, surgimiento de autocracias y aumento de las desigualdades en el mundo (especialmente en el Sur-Global), requerimos un rediseño completo de la educación en todas las escalas, contextos y niveles.  Necesitamos asumir estas tragedias y complejidades actuales, no solo con visiones nihilistas y críticas, sino con todo el cuerpo y la imaginación social reconstructiva…con mejores mapas de conocimiento para navegar la incertidumbre, diálogos emergentes y mayor apertura mental. Estamos sintonizados con Richard Rohr, quien expresa que “la mejor crítica de lo peor es la práctica de lo mejor”. 

También, es cada día más evidente la desconexión personal y social, la pérdida de atención y confianza en las instituciones, la fragilidad de los vínculos sociales, tiempos turbulentos en donde emergen con mayor fuerza los traumas históricos (y personales) ocultos; en este panorama de caos y al tiempo de emergencia, es donde se hace fundamental el despliegue de nuevas narrativas, de una integración más profunda de lo que ha sido excluido en la educación, empezando por la entrada del cuerpo, la alfabetización emocional, el auto-conocimiento, la vivencia del arte y lo sagrado (a partir de integrar las visiones, prácticas y psico-tecnologías de las espiritualidades de todo el mundo), la reflexión sobre el género, el amor, el erotismo, la muerte y lo que significa estar vivos, la importancia de las economías y ecologías solidarias y del bien común, con el fin de reinventar las ritualidades cotidianas y también la apertura al aprendizaje sobre los conocimientos amplios de la gran historia (un enfoque genuinamente transdisciplinar, de cosmología, biología, psicología, ciencias sociales y arte)… síntesis de las mutaciones cosmológicas (Swimme), socio-culturales (Gebser, Freinacht), psico-espirituales (Wilber, Fowler, Commons) y de las diversas formas en la historia de organización social (Lent, Harari, Stockes) que permita a los estudiantes y nuevas generaciones ubicarse mejor en los grandes patrones de conocimientos y paradigmas (como arquitectos unificadores y co-creadores) y en nutrir una meta-narrativa inspiradora e integradora que ofrezca dirección, sentido y propósito a la existencia y al cambio social y cultural en curso.

Una idea fundamental para la transformación de los sistemas educativos, es mejorar los servicios básicos de atención integral y ampliar los derechos sociales que proporcionan salud y bienestar a toda la población, tales como la calidad de los vecindarios, los espacios de encuentro, la ampliación de espacios para el arte y la cultura, el fortalecimiento de las economías locales y de una red de entidades locales (bibliotecas, museos, salas de cine, galerías, casa de la cultura, espacios para el arte, laboratorios ciudadanos y redes de apoyo), que apoyen y hagan sostenibles los aprendizajes de toda la sociedad.

También precisamos urgentemente contribuir a que las familias tengan mayor educación, mejor acceso a información de relevancia sobre el desarrollo, apego seguro, la crianza de los hijos y mayor tiempo libre para el enriquecimiento cultural. Aquí es donde la Renta Básica Universal podría ser de utilidad social, combinada con el despliegue de otro conjunto de políticas orientadas a la dignidad de toda la población. Sumado a esto, es clave configurar escenarios públicos abiertos para el juego, el arte, el intercambio intergeneracional (entre niños, jóvenes, etnias, clases sociales, clases creativas y personas mayores), fomentando dinámicas de proyectos de aprendizaje a escala real (local y global) donde converjan diversidad de públicos y redes de ciencia ciudadana (evitando la conformación etárea tradicional de estudiantes organizados por edades y cursos). 

Es sugerente para que esta transformación educativa sea de más largo alcance, que cuando un estudiante salga de bachillerato o de la universidad, no solo tenga claridad respecto a sus intereses personales, el reconocimiento de sus talentos, oportunidades laborales, sino también que participe eventualmente en una iniciativa ciudadana o movimiento social. Contribuir a esta conexión con el campo social, desde edades tempranas, significaría involucrar a los jóvenes en una parte del micelio de transformación cultural. Para hacerlo real, el Estado financia y podría organizar pasantías a modo de residencias para brindar elementos de decisión sobre el movimiento ciudadano o una organización emergente en la que los jóvenes pongan sus destrezas, capacidades y conocimientos. En el caso específico de Colombia, que entra en un tiempo de implementación de los acuerdos de Paz, los bachilleres o profesionales recién graduados podrían participar en una estrategia en las escuelas, barrios e instituciones educativas para democratizar aprendizajes, visiones y prácticas para el fortalecimiento de la paz con distintos tipos de población.

Esta política contribuiría a fortalecer la identidad profesional y a potenciar la esfera institucional emergente. Asimismo, estas propuestas, ayudarían a mejorar la educación, la democracia, el fortalecimiento de los bienes comunes, la crianza compartida y a la par, se fomentaría un ambiente seguro de aprendizaje de estilo más participativo, co-creativo e innovador en las escuelas y en las ciudades. 

Finalmente, parte del trabajo de los activistas por la educación integral, de orientación metamoderna, es decir, activistas en pro de pedagogías y didácticas con consciencia global, es trabajar por una educación abierta, libre y empoderadora de las comunidades. El gran desafío de la educación es la creación de comunidades regenerativas, donde florezcan las personas, se potencien las conexiones con lo vivo y donde se susciten las conversaciones para traer el futuro más bello, armonioso y sostenible a nuestras vidas y comportamientos cotidianos.


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jueves, 23 de diciembre de 2021

La Casa: un acto de Amor


Teníamos unas raíces que crecían bajo tierra para alcanzar al otro y,

 cuando todas las bellas flores se nos cayeron de las ramas, 

descubrimos que éramos un solo árbol, no dos

Louis de Bernières

Hacer nuestra casa ha sido un acto sincero de amor, un canto de libertad e interdependencia, gesta de reciclaje, trabajo físico y colectivo, imaginación, esfuerzo, inocencia, improvisación, confianza y mucha entrega. 

Esta acción de habitar-construir-ensoñar la casa, nos ha ocupado todo este año y tal vez un poco más, y nos ha llevado a percibirla 
no solo como un espacio para que vivamos juntos placenteramente, sino para que allí aniden diferentes formas de vida, se regodee la familia no humana por El Valle del Amor, danzando, cantando, polinizando, embelleciendo y jugando,... inspirando para que el amor, Eros, que mueve al universo, las montañas, corre por cauces y atrapa silencios, converse y se mantenga vivo, fresco, sensual y asombrado. 

Hacer una casa en el oriente, nos invito a ver de nuevas maneras occidente, a mirar su legado y sus crisis con imaginación y actitud reconstructiva. Es todo un arte de nuestro tiempo mirar al otro lado que no miramos con aprecio, una oportunidad de mirar lo opuesto, la sombra, observar el alimento complementario con nuevos ojos, contemplar con igual de atención e intensidad la alborada y el ocaso; también esta construcción de nuestra casa es fruto de las crisis sistémicas que vivimos en los últimos años, una certeza en medio de la incertidumbre y el desencanto, que nos ha inclinado a tejer polos opuestos complementarios: oriente - occidente, el norte con el sur, lo puro con lo sucio, lo rural y lo urbano, lo viejo con lo nuevo, lo individual y lo colectivo, la ciencia y la espiritualidad, abrazando lo paradójico y sinsentido con lo que está brotando en forma de esperanza, en ruta de seguir construyendo la metáfora territorial, el crisol de los sueños, un “lugar de vientre bueno”, “Choachí”, “Ruchical”, “el púlpito”, “la montaña compartida”, “la casa de Hadas”, “El Valle del Amor”, pariendo un nido donde se escucha el palpitar de la vida, las historias, las músicas, donde se aprende a pensar como un ecosistema y se tiene el hábito de recoger y depositar los aprendizajes en una nube en el cielo, con el propósito fecundo para que lluevan bosques de alegría, semillas de abundancia, aroiris de plenitud para todos. 


Hacer una casa entre nubes, una casa en el cielo, también se asemeja a hacerse de una nueva identidad, mas aérea, cambiante y amplia, también asienta paulatinamente una nueva manera de percibir, caminar, sentir, amar y trabajar, de concretar un sueño, extender la gratitud con los ancestros y los micelios familiares, entre lo vivo y y lo muerto, lo divino y lo profano, la memoria y el olvido. 
En todo el proceso de construcción, la relación con los trabajadores, vecinos y habitantes se nos ha ofrecido como una bella oportunidad de trazar un camino real para la dignidad de todos, la confianza y el no juicio, igualmente todo un viaje, una película estilo “road movie”donde te descubres viajero y enraizado, cada vez más aplomado pero a la vez más ligero y sutil, más enamorado de la sencillez y la simplicidad de las cosas pequeñas y misteriosas de la existencia.

Hacer la casa en un lugar sin camino, es abrirlo a cada instante, un espacio para entretejer las paradojas, reinventar la patafisica (la ciencia de la soluciones imaginarias) y algo que ha sido fundamental: propiciar la cercanía y vecindad de relaciones con percepciones, historias y temperamentos diferentes entre los integrantes de la vereda. La construcción de una casa en territorio rural, de difícil acceso, implica además un esfuerzo mayor, un desapego del confort, resetear el sedentarismo y falsas comodidades de la vida en la ciudades, la vida privatizada y endeudada, sin tiempo; replantear y ver con distancia la tan elogiada y narcisista sociedad del conocimiento y todo un intento de desmonopolizar la atención centrada en los aparatos tecnológicos digitales y redes sociales, que tan zombies nos ha vuelto, que nos mantienen preocupados por buscar el reconocimiento y la auto gratificación constante en los demás y que además ha tornado los bienes comunes y la democracia en una ficción, alejada de nuestra cotidianidad. 

La casa de Hadas en El Valle del Amor”, está ubicada en la vereda el púlpito, en las montañas de Choachí - Colombia, cerca al páramo de Cruz Verde, es un espacio hecho y sigue siendo un sueño, un futuro en el surco del presente, una materialidad-símbolo entre dos que son uno y uno que son enjambre, colonia, manada, coro, multitud, red, cosmos,...la casa de Hadas en El Valle del amor es un lugar donde circula la vida, y la creatividad, territorio abierto a los aprendizajes del bienvivir, donde se cuidan los silencios, una danza y oscilación entre lo rural y lo urbano, lo tradicional y lo moderno, lo personal y lo transpersonal, y en donde se procura cada mañana la respiración, la contemplación, los merodeos, el despertar de una espiritualidad encarnada y sentida, y donde cada vez con más atención y ecuanimidad, se restauran los vínculos, las amistades y las relaciones con todos los territorios, ecosistemas y seres sintientes.


La casa, ademas de huerto celeste, segunda piel, una nave para viajar al interior, descubrimos hace poco que en la noche se nos ofrece como una suerte de observatorio astronómico para ser aéreos, cosmopolitas, atisbando lo fugaz, lo inmenso y la naturaleza profunda del tiempo. La casa es un lugar íntimo y abierto, donde se cocciona el presente y el futuro y se siente que se está afuera y adentro al mismo tiempo. En ese sentido, es que decimos que su habitar, envuelve un acto profundamente erótico y espiritual. 

Percibo que hacer a pulso la casa, a muchas manos, me ha cambiado, me ha sanado, me ha hecho pensar más sistémicamente las cosas, me ha hecho sacar dentro de mi, nuevos personajes que no conocía, valorar otras fuerzas, algunos oficios subvalorados por la cultura industrializada, además ya siento la naturaleza y la savia de los árboles correr por mis venas, la naturaleza vive y resuena dentro de mi y poco a poco me voy convirtiendo en un nómada con raíces en el cielo, un aprendiz de todas las formas naturales, rediseñando la educación, compostando las historias y aprendizajes, visitando con humildad las aulas vivas y nuevos antiguos oficios para sorprenderme, alfabetizándome en la hospitalidad y en la bienvenida, comprendiendo la sabiduría de la medicina de la tierra, leyendo el clima y las estrellas, encarnando el poder restaurador de las plantas, la belleza de las formas simétricas y mímesis entre los insectos y las flores, la generosidad de los árboles, la fecundidad de la hojarasca y la veleidosidad del paisaje, reconociendo la cualidad fractal y evolutiva de la vida, de los hongos y sus simbiosis como micorrizas y líquenes, percibiendo el eco de la orquesta natural, los cantos de las aves, la presencia de las montañas y sus pequeñas serenatas diurnas. 


Les contaré para terminar tres anécdotas que me han tatuado en todo este proceso de levantar morada enamorada, la primera: la casa antes de ser habitada por nosotros, la familia humana, fue previamente bautizada en festín con mierda de vacas, huellas de zorro cangrejero, copulación de insectos, es decir, las trazas de lo vivo y lo salvaje la perfuman y penetran a cada instante. En este vaivén de formas vivas, hace unos días llegaron mientras degustábamos el paisaje, un combo de garzas, que se pasearon muy plenas para saludar, alimentarse y seguir su viaje. 

La segunda anécdota bella y llena de magia, fue la concepción de la casa, que se decidió en un instante furtivo, era el 31 de octubre del 2020, en plena pandemia, un día de los brujos, de los muertos, en donde sentados juntos en la montaña María y Yo, llegó una información, una lluviecita de certeza que nos silenció, y nos llevó a afirmar la buena nueva de irnos a construir una casa en la montaña. Era un parto natural, no hubo dubitaciones, miedos y prejuicios, fue una información que nos bañó, un acuerdo silencioso en un contexto de un diálogo amplio, que nos recordó lo rico que es estar dulcemente enamorados y como una meditación en un espacio natural donde habitan las interrelaciones, la presencia expandida, la verdad y la belleza y el rumor de lo infinito nos puede llenar de certezas e inundar de semillas el espacio futuro que esta dentro de nuestra relación amorosa. Me recordó la fuerza del alma, la chispa de lo divino, que cuentan muchas de las tradiciones espirituales. 


La tercera historia mágica es difícil expresarla con palabras. Cada quien tiene que caminarla, degustarla, soñarla y colorearla. No hay que buscarla por que se da en todo momento, solo estar ahí presente. Ese tercer momento mágico está ocurriendo en este instante mientras lees estas historias de la casa sembrada en la montaña compartida, en el valle del amor. 

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lunes, 15 de febrero de 2021

Festejo-Ritual 40 árboles

"Los árboles son el esfuerzo interminable de la tierra para hablar con el cielo que los escucha"

(Tagore)

Todos somos como árboles, con un cuerpo, una mente y un espíritu que nos conecta por el aire y bajo tierra. Nuestro sustrato es profundo, nuestro árbol genealógico tan antiguo como las estrellas. Al parecer somos firmes y estáticos, pero lo que se mueve bajo nuestros pies, lo que subyace a nuestros pasos, trae algo del rumor de la montaña, de los manantiales, los lagos, el aire, el murmullo de los escarabajos, los rayos de Sol, los minerales y millones de insectos que aportan a nuestra salud y propagación como especie. Somos generosos por naturaleza, damos sombra, alimento, frutos, semillas, somos nido para muchas aves, seres humanos y millones de especies. Somos como la casa de las abuelas, amplia y amorosa, dando y recibiendo lo que muchas familias dispensan. Cuando un vecino está enfermo, proporcionamos una corriente infinita de abundancia para su regeneración, nuestra inteligencia es tan maravillosa, que una parte pequeña de nuestro cuerpo, un esqueje, puede reproducirse ad infinitum. Nuestra memoria está tallada por el canto de muchas aves, somos testimonio de una música inigualable y una orquestación maravillosa. En en el bosque cada movimiento tiene su color, y cada especie su función en una cadena asombrosa de interdependencias. La Muerte aquí tiene una gran función para la vida, nuestra huella trae bienestar para todos y nuestras raíces aéreas la inspiración, el olor a bosque el recuerdo de los amantes, todo aquí es un concierto que anima a muchas comunidades: alquimia de intensa transformación. Siendo los árboles una maravilla de la evolución, el fulgor del clamor de los bosques, quiero ofrendar esta siembra al amor incondicional, a la salud de todas las especies, la transformación del dolor en iluminación, la serenidad, La Paz interior, la alegría y el asombro, a la diversidad de especies que estamos trayendo e invitando a este valle del amor, al perdón entre las familias, a la escucha y la comprensión, a la creatividad y la realización de nuestros sueños, al servicio social que podamos cada día dar; ofrendo esta siembra al cese de las luchas de poder, al extractivismo, la tala de bosques, la codicia, el narcisismo y la envidia, que son tan nocivas para nuestros bosques, ofrendo esta siembra a quienes no se fueron, no se han ido, sino que están aquí con nosotros, inspirando este ritual de siembra. Ofrendo esta siembra para que limpiemos, hagamos pagamento, dejemos ir lo que no sirve, lo que pesa y desfigura nuestra humanidad y demos cobijo, enraicemos toda la belleza que está a punto de nacer. Hoy sembrando en este festejo y ritual, somos los parteros que estamos dando un poco de aliento, amistad, jovialidad y de reciprocidad al mundo.




























Festejo y ritual de cumpleaños
Montaña Compartida
(Choachi-Colombia)
13 feb. 2021


Gracias a mi hermosa compañera María José Salgado Jiménez por el empeño, el amor, la producción y la co-creación en esta maravillosa Minga...A los árboles por su belleza, Gracias a Panamorarte por la Torta, a los Mingueros y amigos por la buena energía y disposición y a los que estuvieron presentes y atentos con el amor y el gran corazón...



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miércoles, 24 de febrero de 2016

Territorio do Brincar (Territorio de juego)

El proyecto Territorio do brincar es un proyecto de investigación e intercambio de saberes que estimula una reflexión sobre cómo podemos aprender los maestros de los juegos que realizan de maneras libres y espontáneas los niños. Cómo es la cultura infantil que se gesta en los encuentros de los niños, a través de un viaje por diversas regiones de Brazil para captar la diversidad de expresiones, gestos, convites, juegos y conspiraciones creativas de los niños y las niñas.

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martes, 17 de noviembre de 2015

Canto de amor en tiempos de guerra

Cada época tiene sus clases y no podemos dejar que la lección que nos presenta este momento histórico se nos vuele. Necesitamos elevar un canto de amor, comprensión y una meditación global y no dejar que los medios de comunicación,  los extremos y la polarización de ciertos sectores obstruyan la verdadera liberación que podría producir un fenómeno tan destructor como la guerra y la venganza. El sufrimiento que se levanta en todo el planeta es bien complejo pero responde a un pasado colonial y de intromisiones en donde muchos países se disputan cruentamente las riquezas del territorio, un deseo de conquista y privatización de los bienes comunes. Las guerras preventivas, la legítima defensa, los falsos positivos, la ambición por monopolizar, son tal vez pretextos para invadir un territorio, para acabar con la libertad y la vida…. territorios en los que percibimos una siembra de mucho terror en las últimas décadas. Detrás de la guerra, viene el miedo, la desconfianza, la venganza, el terror, el dolor y una herida muy grande para todos. La violencia trae más violencia, no se puede apagar el incendio con más fuego. El deseo de apoderarse de las riquezas del país es algo que pasa en nuestro continente y que necesitamos comprender entre todos el sufrimiento, la causa de esta visión equívoca para saber qué tipo de acción podemos emprender para aliviarla. Necesitamos igualmente empezar a confiar y a cuidar aquellas cosas que nos hacen ricos y felices, cuidar nuestras riquezas y activar espacios en donde seamos una humanidad más respetuosa y amorosa. La sombra que nos cobija, puede llevarnos a iluminar unas nuevas prácticas y una nueva vida, que constituyan una ética global y una responsabilidad compartida como habitantes de la tierra, como familia universal. Tomar decisiones para concretar el tipo de vida que queremos vivir y lo que produce bienestar para todos.


No podemos dejar que los engendros que han dejado las últimas guerras de principios de siglo XX y con las que inicia el XXI se multipliquen más. El terrorismo, el fanatismo, las ideologías extremas, el extractivismo son muestra de que algo está fallando como seres humanos y como sociedad. Que el proyecto de empobrecer unas comunidades a costa del vigor de otras, de que el fin justifica los medios, que el esperpento de totalitarismo es algo que debe llegar pronto a su fin. Necesitamos empezar a construir una ética global, de cuidado, respeto, colaboración, empatía y telepatía,  tejidos de amor y de ciudadanía que permitan sentir y construir el territorio, activar la conciencia para el despertar de bienes comunes y de acciones que donde estemos mengüen tanto sufrimiento.

No es saludable tan pronto buscar culpables, cuando el espíritu que florece llama a un esclarecimiento de la visión. Que en la tierra se iluminen los corazones de todos para que hagamos lo que hagamos genere un bienestar colectivo y que perfume el origen de nuevas generaciones. La curación ante tanta maldad, vendrá cuando veamos con claridad de donde surge tanto sufrimiento, la semilla para la felicidad.

“Cuando una persona sufre menos, nosotros sufrimos menos… si alcanzamos un discernimiento colectivo, eso nos ayudará a ver el camino mutuamente benéfico que conduce a la cesación del sufrimiento, no solo para una única persona, sino para todos…También la violencia es una forma de sufrimiento. La violencia es una energía que quiere destruir, hacer daño a otra persona porque se atrevió a hacerte sufrir. El deseo de destruir está en todo el mundo. Existe en nuestra sociedad y en cada uno de nosotros. El terrorismo es  ese deseo llevado al extremo. En la base del terrorismo hay una percepción equivocada, violencia, ansiedad y desasosiego” (Thich Nhat Hanh)

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