Es más sensato, responsable y divertido empezar por uno mismo: resolviendo los problemas existenciales más profundos, incluyendo el trabajo con la sombra (adicciones y alergias), los traumas familiares y culturales; cultivando un amor propio, un pensar crítico y una vida relacional floreciente; luego podrías jugar al rol de mediador para los traumas y sufrimiento de tu familia (que es un microcosmos, un fractal de toda la sociedad y que tanto te necesita) y luego, quedando con aliento y fortalecido, escalar tus descubrimientos, verdades, experiencias y medicina a otros niveles locales, nacionales y globales. Esta ruta, además de real, natural y sincera, es un palpitar, un camino de crecimiento, diseño social que puede, por un lado, evitar que lo que quieres para el conjunto de la sociedad no sean mentiras, narcisismo y autoengaños y por el otro, evitar que a los activistas sociales y líderes (que a pesar de sus grandes ideas, estrategias y proyectos y de su gran deseo de cambiar la sociedad) se les cuele tanto egoísmo, tanto sufrimiento no encarado, y por ende, comportamientos sexistas, machistas, arrogantes, dominadores, fanáticos, odiosos, conservadores, populistas y etnocentristas.
jueves, 22 de agosto de 2019
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