martes, 3 de junio de 2008

EL TENSIONAR COMO EXPERIENCIA INVESTIGATIVA

El proyecto de investigación en sus primeros encuentros, ha sido a nuestro parecer la ocasión fecunda para reconocernos como seres en cuestión, seres en la pregunta. Esta cualidad nos ha permitido entrar en una tensión para no salir de ella; por tal motivo, más que responder al interrogante que somos, al interrogante en cuanto investigación, hemos decidido resueltamente entrar y realizar esta travesía afectiva con el vigor necesario para escuchar y entrar en juego.

La tensión, pensamos, es la inclinación fortuita para que en el encuentro nos convirtamos en otros diferentes. Es por eso que decimos que sin tensión no hay ni pensamiento ni menos conversación. A lo mejor, este modo de ser en el mundo, sea nuestra condición como investigadores y aún más como experiencia en el mundo hoy.

Digámoslo así, tensionar ha sido la experiencia de nuestros primeros encuentros, sólo cuando existen diferencias en juego podemos hablar de tensión. Pero qué hemos tensionado. Primero al concepto que surge en nosotros, las intuiciones que nos allegan y se sedimentan lentamente. Segundo, al acumulado teórico del grupo de investigación en Educación y Cultura política, con las categorías y nuevas realidades que sugieren los contextos de las tecnologías de la información y la comunicación. De esta forma nos hemos inclinado a pensar y discutir categorías y experiencias como las de ciudad, nación, lo local, ciudadanía dentro de la dinámica y tránsito a sociedades posindustriales. Dicha idea, nos ha llevado a reflexionar acerca de lo que significan las tecnologías de la información y su incidencia en la construcción de nuevas sensibilidades. Situación que nos remite a la pregunta por la subjetividad y por las nuevas formas estéticas como formas vida y de experiencia cultural que a su vez evidencian diferentes tipos de relaciones de los sujetos jóvenes con lo social, lo cultural y lo político.

De esta manera ha surgido las preguntas en relación ciudad, tecnología, y las diferentes concepciones que de ciudad se han dado desde la modernidad hasta la contemporaneidad, es decir, cómo en su heterogeneidad estructural se ha transformado y al mismo tiempo mantiene viejas culturas, prácticas y estructuras sociales. También nos hemos preguntado por el concepto de apropiación social de las TIC y mirar en ellas ¿Qué caracteriza estas experiencias de apropiación colectiva, qué elemento político emerge de la misma?, o incluso, ¿hay en ellas una dimensión política?, ¿hay en ellas algo más allá de la dimensión privada, encaminadas al desarrollo social y a lo local?. Otra pregunta es por la cuestión de la ciudadanía, en cuanto experiencia hoy de actuar y vivir en la ciudad, asunto que nos ha remitido más bien a los componentes de subjetivación y a las subjetividades políticas, nociones que permiten y permitirían al trabajo de investigación ver la ciudadanía como una categoría dinámica y al tiempo dimensionar el accionar de los sujetos en la construcción de diferentes tipos de relaciones tanto con el estado, con lo social y con los otros.

Esas nuevas configuraciones, las diferentes relaciones que constituyen los sujetos y los colectivos dejan ver la idea de ciudadanía no sólo como una consecuencia de un tipo de relaciones o de estructuras predefinidas sino como una posibilidad, como un acontecimiento que se produce desde prácticas sociales y culturales. Ver de esta manera la ciudadanía, implicaría entenderla desde la relación del sujeto en la cotidianidad, con los otros, con el mundo, con la ciudad, con el Estado y consigo mismo. Pues éste sujeto se encuentra en un contexto en los que se plantean nuevas relaciones entre la cultura, las tecnologías y la naturaleza (cibercultura). Al mismo tiempo, en razón a este tipo de relaciones presentes en nuestros contextos, necesariamente hemos de comprender la política, no de forma a priori, sino como una construcción social, una respuesta al conflicto, donde la cultura es el campo de batalla, es decir, una política desde el acontecimiento.

Por último hemos conversado sobre el problema educativo orientándonos a pensar que en espacios no formales, tal mirada supone reflexionar en cómo las configuraciones de la ciudad dentro de los contextos de las tecnologías de la información inciden en nuevas maneras de aprender, en las formas de acceder a la ciudad, al mundo, a lo cultural y a lo político. Lo que nos interesa es experimentar esa transformación bullente que se está dando fuera de la escuela, donde sujetos individuales y colectivos están, en prácticas sociales concretas, redefiniendo el espacio de lo público, están configurando otros modos de interacción consigo mismos y con el mundo, que sin duda serán fundamentales luego para repensar la escuela, sus dispositivos y formatos, que ciertamente se parecen ser impermeables a dichos cambios.

No hay comentarios: