miércoles, 4 de junio de 2008

Política en la cibercultura

Tsuyoshi Ozawa, Vegetable Weapon: Saury fish ball hot pot, Tokyo




La confianza en las “nuevas cualidades” liberadoras del entorno cibernético como posibilidad de resistencia política y producción cultural, nos enfrenta a dos polos que tensionan la ficción del cyborg y exacerban su hibridez. Por una parte, las lógicas y marcas contextuales e históricas de los sujetos ligados a otros modos de producción como el fabril o el agrario en nuestra región y que entran en conflicto con la lógica de la producción inmaterial y las transformaciones mentales que las tecnologías de la información propician hoy. Este polo lo podemos denominar el de la memoria y las raíces. Y, de otra parte, las implicaciones de asumir una ecología cibercultural: lo otro, no es sólo humano, es lo viviente y lo animado. ¿Cómo se construyen proyectos en común en este entramado humano-máquina-organismos? Este polo lo podemos llamar el salto nómada al futuro. Salto que produce vértigo ante lo desconocido, ante la ruptura de los paradigmas ontológicos y epistemológicos en que nos hemos movido.

Este impulso del cyborg está más próximo al artista que al del “científico” obsesionado por la “cientificidad” de sus hallazgos. Pero este sujeto no es evidente, más bien como sugiere Guattari (1996:22) convendría hablar de “componentes de subjetivación” cada uno de los cuales trabaja por su propia cuenta, en posición de “terminal” respecto a procesos que implican colectivos humanos, conjuntos socio-económicos, máquinas informáticas en una tensión existencial realizada por medio de temporalidades humanas y no humanas (lo animal, lo ambiental, lo tecnológico), ligadas también a dimensiones institucionales y de clase social que aún regulan la dirección de los grupos humanos. Así la subjetividad se instaura en el cruce de múltiples componentes relativamente autónomos los unos de los otros y, en algunos casos, discordantes, subjetividad que a su vez se traduce en una política ligada acciones y alianzas contingentes de afinidades, más que a grandes proyectos nacionales.

1 comentario:

Ciberculturas-Colombia dijo...

la política es ahora, lo intuimos, el registro polifónico de lo sensible en un territorio común.

Salud.