miércoles, 18 de marzo de 2020

Memorias Pandemia Parte I

Inicio hoy un experimento de escritura a modo de diario, en un momento de confinamiento en mi casa en Teusaquillo, localidad de Bogotá (Colombia), por motivos de la Pandemia por el Coronavirus. Aquí empezaré a sintetizar, trazar y orquestar pensamientos, sueños, relatos, lecturas, intuiciones, dibujos, conversaciones y acciones colectivas. Espero que sea inspirador y nutra de opciones en un tiempo donde al tiempo se maximiza el control de los ciudadanos y se erigen nuevas colaboraciones y conexiones más profundas. Quien quiera iniciar un diario, bienvenido. También puedes copiar y remezclar las ideas, son libres de hacerlo. Resulta muy valioso este tipo de escritura en cuanto a la posibilidad no solo de autoconocimiento y autoregulación emocional sino también de memorias vitales, manifiestos, intuiciones y panfleto de imaginación política y radical.
  1. El insistente y desmedido cubrimiento mediático de la pandemia del coronavirus ha viralizado reacciones variadas que tienen como común denominador el miedo y el aislamiento, tales como establecer barreras frente al otro, romper vínculos, cerrar fronteras, mirar mal al extranjero, disminuir los encuentros, congelar presupuestos y eventos, hasta otras expresiones que lindan con el fatalismo y el apocalipsis, algo que de maneras similares y guardando proporciones, vivimos también hace poco en el toque de queda y en los albores del presente siglo. Recordemos que el terrorismo busca más que bajas físicas, controlar la mente de la población. La otra cara del asunto, y es la que me parece que podríamos pensar juntos y de maneras más estratégicas e imaginativas, es que así como nos une por la fragilidad un evento sistémico y global, así también podríamos alinear desde ya, lo local, nacional y lo global, desde todas las casas, barrios y gobiernos, para fomentar acciones y una agenda en favor de todos, que contribuya al bienestar de miles de millones de personas. Es la consciencia global en su correspondencia y sinergia con acciones locales, la que está puesta en juego y si necesitamos parar, recogernos para mirar mejor lo que es prioritario y valioso para todos: pues hagámoslo de una vez. Otra intuición, es que podemos alinearnos no solo por lo bajo y la supervivencia, sino también por la solidaridad, el altruismo, la empatía, el servicio social y el derecho a una vida plena y saludable. Un hackeo al capitalismo y a la locomotora del progreso y crecimiento; una hackeo al antropocentrismo; un hackeo a la desilusión que rompe el hechizo de las mentiras; un hackeo a las divisiones infundadas y a los etnocentrismos, un hackeo a lo que es para siempre y es ilimitado, a lo siempre joven y bello, sólo vendría al asumir con inventiva e inteligencia este suceso y ver este fenómeno como un despertar global, un entrenamiento colectivo para lo que viene, instando a movilizaciones igualmente locales y globales. También no está de más que podamos globalizar una variedad de problemas y soluciones, coordinar más acciones de impacto global y fomentar estas acciones de urgencia desde los gobiernos nacionales y en escalas locales. Por último, poner en alerta y en acción prioritaria, con coraje y sentido de urgencia, los desvaríos del capitalismo, la democracia, los totalitarismos individuales y colectivos, el desmedido extractivismo, la privatización, la precariedad laboral, los problemas de salud mental, el sexismo y las desigualdades que existen en todo el mundo, a la par con una agenda real y concreta, que sea sostenible en el tiempo, donde todas las personas estén involucradas en asumir plenamente el cambio de prácticas y transformaciones profundas en sus relaciones y espacios cotidianos.
  2. Además de las verdades y mentiras sobre el sistema que en estos días pueden empezar a circular, unas fundamentales e inalienables, son las que podemos cosechar acerca de nuestras vidas y existencias compartidas...se resetea lo social y millones de almas y demonios surgen en una danza enamorada
  3. Algo inédito esta empezando nacer. La actual Pandemia la percibo como una oportunidad histórica, tiempo oportuno de autopoiesis de gran alcance para renovar todos los sistemas (psicológico, comportamental, cultural y social), una suerte de jalonazo, (reseteo y testeo) para el surgimiento de una mayor consciencia global y justicia social, experiencia de mayor solidaridad, amor e interconexión entre todos y también nos recuerda nuestra fragilidad como especie...asistimos a un clima de liberación de verdades y mentiras que hemos naturalizado por siglos, de caos que engendran nuevos ordenes, de reinventar los acuerdos, propósitos y trabajos cotidianos de cuidados y sostenimiento de la vida, transitar a otras economías, formas de producción y consumo, formas de energía y de alimentarnos, de justicia y de cuidados, prácticas de educación y gobernanza que sirvan a las necesidades, libertades y bienestar de toda la población y todos los seres sintientes.
  4. El virus y el pánico nos informa tanto sobre nuestro estado interno global, sobre las contradicciones sistémicas a todos los niveles, como de las reverberaciones insondables de las alternativas y posibilidades que quieren nacer en cada uno de nosotros. Hay algo profundo que quiere surgir a la superficie...
  5. La familia es un entorno social que en este momento tiende a fortalecerse. Tanto tiempo que dedicamos al trabajo, la producción, el éxito personal, las empresas y a la deuda, a un capital fantasma que viene dejando familias separadas y disfuncionales y sentidos profundos de vida aplazados. Es también el momento propicio para afianzar estos lazos, para compartir y jugar, para soñar, sembrar y cocinar juntos, para vivir tiempos preñados de colaboración y sencillez, de pausa necesaria para rehacer los proyectos aplazados, toda una utopía para la Salud mental global, para la actualización personal e institucional y la sanidad del medio ambiente, que no estaba tan cercana en el imaginario colectivo; igualmente, para saber con quién contamos y quienes cuentan para nosotros, que es lo realmente importante, con que verdades contamos para la transición energética, visceral y espiritual que viene en camino. Recordemos que la familia también son los amigos y parceros con quien intercambiamos sentidos de vida, las afinidades afectivas, los extranjeros, los que piensan y sienten distinto a nosotros, los que están sufriendo, así como también, los elementos que nutren la vida y las especies con las que convivimos. La familia está creciendo y está empezando a abrazar y a cuidar de formas inéditas a todos los seres que habitamos este planeta.

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