Inicio hoy un experimento de escritura a modo de diario, en un momento de confinamiento en mi casa en Teusaquillo, localidad de Bogotá (Colombia), por motivos de la Pandemia por el Coronavirus. Aquí empezaré a sintetizar, trazar y orquestar pensamientos, sueños, relatos, lecturas, intuiciones, dibujos, conversaciones y acciones colectivas. Espero que sea inspirador y nutra de opciones en un tiempo donde al tiempo se maximiza el control de los ciudadanos y se erigen nuevas colaboraciones y conexiones más profundas. Quien quiera iniciar un diario, bienvenido. También puedes copiar y remezclar las ideas, son libres de hacerlo. Resulta muy valioso este tipo de escritura en cuanto a la posibilidad no solo de autoconocimiento y autoregulación emocional sino también de memorias vitales, manifiestos, intuiciones y panfleto de imaginación política y radical.
- El insistente y desmedido cubrimiento mediático de la pandemia del coronavirus ha viralizado reacciones variadas que tienen como común denominador el miedo y el aislamiento, tales como establecer barreras frente al otro, romper vínculos, cerrar fronteras, mirar mal al extranjero, disminuir los encuentros, congelar presupuestos y eventos, hasta otras expresiones que lindan con el fatalismo y el apocalipsis, algo que de maneras similares y guardando proporciones, vivimos también hace poco en el toque de queda y en los albores del presente siglo. Recordemos que el terrorismo busca más que bajas físicas, controlar la mente de la población. La otra cara del asunto, y es la que me parece que podríamos pensar juntos y de maneras más estratégicas e imaginativas, es que así como nos une por la fragilidad un evento sistémico y global, así también podríamos alinear desde ya, lo local, nacional y lo global, desde todas las casas, barrios y gobiernos, para fomentar acciones y una agenda en favor de todos, que contribuya al bienestar de miles de millones de personas. Es la consciencia global en su correspondencia y sinergia con acciones locales, la que está puesta en juego y si necesitamos parar, recogernos para mirar mejor lo que es prioritario y valioso para todos: pues hagámoslo de una vez. Otra intuición, es que podemos alinearnos no solo por lo bajo y la supervivencia, sino también por la solidaridad, el altruismo, la empatía, el servicio social y el derecho a una vida plena y saludable. Un hackeo al capitalismo y a la locomotora del progreso y crecimiento; una hackeo al antropocentrismo; un hackeo a la desilusión que rompe el hechizo de las mentiras; un hackeo a las divisiones infundadas y a los etnocentrismos, un hackeo a lo que es para siempre y es ilimitado, a lo siempre joven y bello, sólo vendría al asumir con inventiva e inteligencia este suceso y ver este fenómeno como un despertar global, un entrenamiento colectivo para lo que viene, instando a movilizaciones igualmente locales y globales. También no está de más que podamos globalizar una variedad de problemas y soluciones, coordinar más acciones de impacto global y fomentar estas acciones de urgencia desde los gobiernos nacionales y en escalas locales. Por último, poner en alerta y en acción prioritaria, con coraje y sentido de urgencia, los desvaríos del capitalismo, la democracia, los totalitarismos individuales y colectivos, el desmedido extractivismo, la privatización, la precariedad laboral, los problemas de salud mental, el sexismo y las desigualdades que existen en todo el mundo, a la par con una agenda real y concreta, que sea sostenible en el tiempo, donde todas las personas estén involucradas en asumir plenamente el cambio de prácticas y transformaciones profundas en sus relaciones y espacios cotidianos.
- Además de las verdades y mentiras sobre el sistema que en estos días pueden empezar a circular, unas fundamentales e inalienables, son las que podemos cosechar acerca de nuestras vidas y existencias compartidas...se resetea lo social y millones de almas y demonios surgen en una danza enamorada
- Algo inédito esta empezando nacer. La actual Pandemia la percibo como una oportunidad histórica, tiempo oportuno de autopoiesis de gran alcance para renovar todos los sistemas (psicológico, comportamental, cultural y social), una suerte de jalonazo, (reseteo y testeo) para el surgimiento de una mayor consciencia global y justicia social, experiencia de mayor solidaridad, amor e interconexión entre todos y también nos recuerda nuestra fragilidad como especie...asistimos a un clima de liberación de verdades y mentiras que hemos naturalizado por siglos, de caos que engendran nuevos ordenes, de reinventar los acuerdos, propósitos y trabajos cotidianos de cuidados y sostenimiento de la vida, transitar a otras economías, formas de producción y consumo, formas de energía y de alimentarnos, de justicia y de cuidados, prácticas de educación y gobernanza que sirvan a las necesidades, libertades y bienestar de toda la población y todos los seres sintientes.
- El virus y el pánico nos informa tanto sobre nuestro estado interno global, sobre las contradicciones sistémicas a todos los niveles, como de las reverberaciones insondables de las alternativas y posibilidades que quieren nacer en cada uno de nosotros. Hay algo profundo que quiere surgir a la superficie...
- La familia es un entorno social que en este momento tiende a fortalecerse. Tanto tiempo que dedicamos al trabajo, la producción, el éxito personal, las empresas y a la deuda, a un capital fantasma que viene dejando familias separadas y disfuncionales y sentidos profundos de vida aplazados. Es también el momento propicio para afianzar estos lazos, para compartir y jugar, para soñar, sembrar y cocinar juntos, para vivir tiempos preñados de colaboración y sencillez, de pausa necesaria para rehacer los proyectos aplazados, toda una utopía para la Salud mental global, para la actualización personal e institucional y la sanidad del medio ambiente, que no estaba tan cercana en el imaginario colectivo; igualmente, para saber con quién contamos y quienes cuentan para nosotros, que es lo realmente importante, con que verdades contamos para la transición energética, visceral y espiritual que viene en camino. Recordemos que la familia también son los amigos y parceros con quien intercambiamos sentidos de vida, las afinidades afectivas, los extranjeros, los que piensan y sienten distinto a nosotros, los que están sufriendo, así como también, los elementos que nutren la vida y las especies con las que convivimos. La familia está creciendo y está empezando a abrazar y a cuidar de formas inéditas a todos los seres que habitamos este planeta.
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