miércoles, 18 de marzo de 2020

Una breve historia de la identidad

Cuando era niño mis padres, amigos y hermanos me acompañaron en la canalización de mi energía y poder a través del deporte y los juegos, estos ejercicios me llevaron a cultivar la autodisciplina, la autonomía y la diversión; cuando fui adolescente, era curiosamente muy tímido pero a la vez muy arriesgado... puse el cuerpo en peligro en variadas ocasiones a través de retos y lo que llamábamos los gorros, un juego que invitaba a fortalecer la confianza mediante desafíos físicos que implicaban saltar y superar obstáculos en diferentes medios, recuerdo que el que comandaba el grupo, era el que proponía el reto...,experimenté el poder también de la vergüenza y de burlarme de otras personas, del narcisismo y el poder del desafío, de las primeras colaboraciones para divertirnos...luego vino el poder aprender de maneras autónomas y autodidactas escuchando programas de ciencia en la radio cultural de Pereira, Remigio Antonio, donde borraba los cassettes de rock que ya no escuchaba o los que estaban en la baúl de mi mamá, para capturar historias fantásticas, de matemáticas, física y astronomía, muchas de ellas ininteligibles, pero las que sentía mucho aprecio, asombro y placer. La literatura, la filosofía, la música, la investigación, la pedagogía y la historia del arte me acompañaron intensamente en los albores del presente siglo, para llevarme a un viaje seductor e intelectual y de mucho descubrimiento por la belleza, las historias, la creatividad y que me permitieron ampliar mi sentidos, mapas y herramientas para comprender, ser más libre pensador e inspirarme. La sexualidad llegaba poco a poco brindándome solaz y el poder conectar con el poder de la intimidad, a descubrir mi sensualidad...la escritura ha venido estando presente en forma de un diario, dia-logos, fue mi primera entrega, una estela de ensayo y poesía de tintes posmodernas, muy enrevesada cuando el objetivo era buscar claridades, grafías enredadas y fantasías mentales y paralelo a estos despertares, surgió después de la adolescencia el poder de los colectivos, parches y combos de arte y pensamiento en la ciudad de Manizales, performances y encuentros barriales y ciudadanos como Ciudad Foro, Magma, Pensamiento sin Fronteras, Jornadas Juveniles Latinoamericanas, Diseminario, Polifonias, Grupo de Pensamiento Ambiental, donde aprendimos el poder de escucharnos, de nutrirnos, soñar y de resonar juntos en la amistad, en los encuentros y desencuentros. Luego el poder de emprender liderazgos y acciones ciudadanas entre amigos continuaron en Bogotá con Sembrando Barrio y Fosa orbital y algunos blogs donde vengo compartiendo conocimientos y reflexiones y en el que sigo proponiéndome, instante tras instante, estar al acecho de la creación colectiva y la invención de si mismo. También, he usado mal el poder en algunas situaciones, hice daño a los demás... mentí, usé mal el lenguaje y las palabras venenosas, que descalificaban a los demás y tuve épocas de autodestrucción y de mengua del poder...también, los espacios laborales en contextos educativos que es donde en su mayoría se ha perfilado mi vida, me llevaron a expandir las potencialidades, la confianza y la creatividad. No obstante, el poder de saber y una intensa ambición por la erudición, me habían llevado en un momento de mi vida a cierta pedantería y a malos usos del conocimiento...hoy me doy cuenta que el nihilismo, el pensamiento débil y la deconstrucción, que llegaron como modas filosóficas posmodernas, y que acunaron en los grupos de ciencias humanas, no eran más que formas mentales muy pesimistas y en algunos casos impregnados de exceso de narcisismo...hasta que la visita de Hugo Zemelman, el pensador chileno, nos puso erguidos de nuevo, nos ofreció un nuevo paisaje para el pensar situadamente, una consciencia política y epistémica más desafiante, encarnada y potente...ahora bien, en realidad, hasta hace unos años estoy realmente aprendiendo a escuchar más amplia y profundamente, a ser más humilde y sereno, me gusta mucho hablar y mi forma de usar la ira, cuando desemboca en agresión, se expresa a través del endurecimiento y el sarcasmo, la indiferencia y la violencia simbólica. Creo que tengo la ira en mi sombra.., y mis límites y fuerza para establecer posiciones fuertes a veces es débil...respecto a violaciones de la dignidad y vejaciones por el poder, un día fui víctima de un abuso a la libertad de expresión y pensamiento,.. fui golpeado en la cara por cabezas rapadas en el parque de los Hippies por estar hablando con amigos de política y criticando las injusticias del país en tiempos del uribismo. El poder de arriesgar y experimentar, siempre ha sido un patrón en las acciones y en las formas de relacionarme con el mundo...siento que ya no me interesa compararme con los demás, no me gusta juzgar y poco miedo me da equivocarme. Disfruto dibujar porque allí experimento la Libertad de la forma y el color, la creación libre que abandona la figuración y la mímesis y donde prefiero viajar hacia paisajes vivos, totalidades, camino a la unidad, la ambigüedad y la transparencia del alma; también me expreso cantando y contando cuentos, me encantan las soluciones imaginarias....es necesario mencionar que mi familia siempre ha estado ahí para alentarme y apoyarme, y dándome ejemplo de solidaridad, empuje, servicio social y humanidad...creo profundamente en el poder de la colaboración y los encuentros. Fui hace más de 10 años dj, vj y locutor de radio en la Universidad Nacional, donde presentábamos a músicos locales y una selección de música diversa de muchos géneros y lugares del mundo. Mi encuentro con el cine, es vivo y apasionado, tuve una vez un cine-club en la UPN, (espero pronto abrir otro) además me gusta hacer vídeos, recuerdo entre otros, un proyecto artístico en donde viajamos con Fosa Orbital a varias ciudades de Colombia para presentar un remix sonoro de la película el hombre con la cámara” de Dziga Vertov, de mis obras preferidas del cine mudo...la creación, como se ha planteado en esta historia de mi identidad, ha sido transversal y muy presente en toda mi vida. Y quiero que siga alimentando todo mi ser. Me gusta escuchar música nueva y ver frecuentemente cine... mis géneros musicales preferidos son el jazz, el dub, el son cubano, la música infantil, la salsa, el blues, la música colombiana, el hip hop, la música experimental, grooves tropicales y afrobeat...) tocar guitarra, conocer, viajar, leer y tomar fotos son parte de mis pasiones favoritas, La vida me ha llevado a ser una persona cada vez más tranquila, con alta autoestima y he llegado muy naturalmente a ser un facilitador para la activación de los potenciales de las personas y de proyectos en la alianza entre el arte, la educación y la innovación social....cada vez veo una posibilidad más clara y sincera en mostrarme vulnerable (especialmente a los hombres que tanto nos cuesta), de profundizar en el interior de las personas e intimar con su ser total y la consciencia. Aunque tengo mis alergias y adicciones, y mis debilidades, estoy en un camino de intimar con las emociones y vivir más plenamente. Soy de los que piensa que la amistad representa un gran tesoro y gran regalo para nutrir el alma y activar los poderes. A los 30 me enamoré profundamente y viajé por el caribe colombiano con Mari y Iara, a casas de artistas y músicos. Empecé a lograr unas libertades que me llevaron a fortalecer y enraizar cada día y de maneras más profundas mi ser. Estuve cercano a experiencias Urbano-ancestrales como el caminar, sembrar, los rituales y círculos de palabra, la música y la danza, el pensamiento dulce, la gratitud, la contemplación, la construcción de tejido humano y de territorio. Trabaje en el MEN aportando en la construcción de las bases curriculares para la educación infantil en Colombia, y también viaje a territorios indígenas donde acompañé comunidades en el Bajo Baudó, Silvia- Cauca, Pueblo Zenú y también en jardines reconociendo experiencias innovadoras de educación infantil. Fui profesor de arte 10 años en la UPN en el programa de educación infantil, donde aprendí muchísimo. Fue una experiencia maravillosa e inolvidable. Aún siguen creciendo los maíces que me regalo mamá Pascuala, una líder hermosa del Pueblo Misak que conocí en uno de los viajes. Patricia, la mamá de mi pareja, hace unos días preparó un deliciosos ajiaco familiar con la cosecha de Maíz que brotó en la montaña compartida. Faltándome un año para los cuarenta, creo en el poder de la bondad, el cuidado, la familia, el asombro, la tragedia, el conflicto y la dificultad, el poder de la creación, la música, la improvisación, la generosidad, la escucha, el arte, el amor sincero, en compartir mi poder con otros...en inspirar y ser ejemplo. Ya no me basta solo con ser bueno y especial en algo, mostrarle a otros mis hazañas y logros, sino que el reto está en seguir cocreando espacios con otros, ganar fama comunitaria, fortalecer la amistad, la música, la expresión y los encuentros. Somos una red interconectada. Así que cuido hoy en día mucho más mis relaciones. Quiero potenciar y echar andar mi empresa personal. Ahora mi poder de ser puente y mediador para la consciencia, la sanación y el bienestar emocional a través del arte, ha sido una práctica vital y un desafío que he estado procurando en todas mis relaciones. He estado intentando conscientemente al escribir esta pequeña historia, integrar aspectos de mi vida, del poder, del impulso a crear, movilizar la voluntad, un relato que es semilla y cosecha, que aspira a nutrir la vida, que la erotize, y muestre las apertura del ser, los flujos y reflujos, los hilos y nudos de un saber propio, el trayecto de un camino emocionante por el poder y el desempoderamiento. Sigo nadando y haciendo yoga para tonificar y tener en forma el cuerpo físico. Sigo cocinando platos nuevos. Me encanta cocinar. Ambas son para mi formas de presencia plena y de recarga de energía, para sentirme vital y contento. Sigo escribiendo para ver con claridad y sabiduría. Sigo sacando las sombras de la oscuridad. Las prácticas espirituales me siguen aportando conexión, empatía, gratitud y presencia. Han forjado un hombre cada vez más sincero, generoso, suave, despierto y tranquilo. La verdad es que no quiero convencer a nadie, defender ideas o causas políticas, creo que viene menguando en mi el hiperfanatismo. Opto por un activismo integral. Me gusta honrar la dignidad de los demás y reconocer a todos por su gracia y sus sueños. La meditación, las ofrendas, los ayunos, los silencios y las prácticas sutiles han coloreado mucho mi vida y mejorado mis relaciones con mi familia, los otros y el cosmos. Pero también de vez en cuando colapso, naufrago, me pongo ansioso, me bajoneo y habitando el otro lado, vuelvo a ser más consciente de permanentemente estar cultivando estados que fortalezcan la vida, la salud y el bienestar. Y seguir enfrentando con coraje y ecuanimidad lo difícil, sembrando posibilidades y esperanza en la accionar cotidiano para el bienestar y la libertad de todos. Cuando me siento enojado, muchas veces callo, entierro mi ira en un pozo frío y profundo y en ese crisol de emociones no expresadas se cocina y se saltea en sus jugos amargos el sarcasmo. Esto me permite no mostrarme vulnerable, poner un muro de hormigón frente al otro, agredir, ocultar mi ira, llevarla a la sombra... y habitando una tensa calma ataco y me desconecto. El sarcasmo es una forma sutil y agresiva de retirar el amor. Es un plato venenoso. He empezado a practicar diciendo lo que me molesta a tiempo, comunicando con precisión... saldando todo dialogando, tratar que no queden cabos sueltos. Porque es bastante infructuoso dejar que el tiempo cure los problemas, en su mayoría los empeora...ya quedan las salsas fermentadas del dolor en el cuerpo batiéndose silenciosamente y en cualquier momento que recordemos ese dolor vuelve y se expresa el tormento, la ira y la agresividad



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