martes, 5 de febrero de 2019

Infiltrarse en el odio

Es posible hablar de algo serio, con humor? Es posible que dos se conviertan en uno? Cómo sería infiltrarse en el odio? Es el amor la alquimia de lo distante en el encuentro? qué seríamos el uno sin el otro?  La última peli de Spike Lee es entretenida, nos habla del racismo y así por ratos caiga en clichés, se nos presenta como un koan a ser resuelto, un reto para las mentes impulsivas que siempre quieren juzgar, exteriorizar la responsabilidad, buscando ponerse de un lado o del otro. Son los años 70, el poder de los blancos, está representado por la ideología higienista, neonazi, raza aria, enfermiza y psicópata; el poder de los negros, su resistencia muestra solidaridad, sensibilidad y defensa de su dignidad, no obstante, por momentos se desliza un odio radical también hacia lo blanco, a los policías, cayendo en actitudes que poco a poco sucumben al mismo juego, pero con el uso de otros medios.
Lo que para mi es genial de la película, es cómo el director mezcla el drama y la comedia, el pasado, en el presente y como va infiltrando una visión no-dual,  una mediación en donde un polo se disuelve en el otro, evocando que todos somos uno y lo que inició con un odio radical puede encontrar el puente para el amor. Una crítica directa a los fake news, al odio avivado por Trump y a los extremismos.


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