En este 3 episodio, enmarcado en la serie de diálogos sobre la educación - que hace parte del experimento que estamos co-creando, como Universidad del Futuro - conversamos con Ángela Niebles-Gutierrez (profesora de la Universidad Austral de Chile, investigadora y practicante de Biodanza), acerca de las ritualidades y expediciones en la educación. En este viaje del pensamiento y de la amistad, se describen parte de sus trayectorias vitales, sus comunidades de aprendizaje y actuales experiencias y expediciones ecobiogeopedagógicas (que hacen parte de sus susurros de su tesis doctoral)...el diálogo asimismo oscila, en las relaciones sexo-género, el viaje interior y por el territorio, las espiritualidades y la ancestralidad.
martes, 26 de abril de 2022
sábado, 23 de abril de 2022
Sobre los Rituales
martes, 19 de abril de 2022
Conversaciones sobre Educación Integral (Ep. 2)
En este 2 episodio, de los diálogos sobre la educación, en el contexto de la Universidad del Futuro, se abre un hilo de conversación con Fernando Baena (escritor, filósofo, meditador, psicoterapeuta integral), en torno a la educación integral y el valor de lo espiritual para la formación y despertar de las personas. En este diálogo, también se profundiza en algunas dinámicas del presente existencial y político, las meta-crisis educativas, el valor de la transmisión intergeneracional, las redes y comunidades de aprendizaje, el valor de la meditación y de algunas pro-topías en la educación.
Bienvenidos a seguir tejiendo visiones, energías, convergencias, pensamientos, paradojas, didácticas y reimaginando constructivamente la educación entre todos y en todos los niveles.
A propósito de la tecnocracia en educación
De una manera general, definimos la tecnocracia en la educación, como la orientación filosófica moderna, en su versión extrema, patológica y distorsionada, que tiene el poder de infiltrarse, condicionar y fragmentar los objetos clásicos de la pedagogía, tales como el profesor, ambiente, método, conocimiento, estudiante, tecnología, enseñanza y aprendizaje. En su momento, esta visión, en su expresión sana y constructiva, fue vanguardia y animó el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la esfera pública, la democratización del conocimiento, la creación de utopías, la potenciación del individuo en cuanto a su capacidad de autoreflexividad y mayor consciencia, pero que observada a la luz de hoy, y en su expresión materialista y recientemente, en su re-encarnación poshumanista, es incapaz de abordar las demandas y complejas tareas de nuestro tiempo y las meta-crisis que habitamos en nuestro tiempo.
El paradigma tecnocrático, tiene una amplia historia y recorrido en las prácticas docentes, las metodologías y modalidades de aprendizaje que se viven en las instituciones educativas y ha sido ampliamente difundido y financiado por los gobiernos en los últimos años, las corporaciones financieras e investigado por académicos a lo largo y ancho del planeta; esta visión suele dar un énfasis y prioridad a las estadísticas, los logros, la competencia, la excelencia académica, las pruebas estandarizadas, la educación para el trabajo y un énfasis severo en los temas la calidad de la educación y ha estado impregnando fuertemente las políticas públicas educativas nacionales e internacionales y el diseño de currículos. Es común en enfoque centrar su interés en reformas permanentes de arriba a abajo vinculadas por expertos y asesores, junto con el predominio de estrategias de control cada vez más intensivas y severas para los profesores, vinculadas con una mayor recarga de trabajo y disciplinamiento docente.
Uno de los tantos asuntos que hizo visible la pandemia, fue mostrarnos que esta visión tecnocrática de la educación, no era algo que suponíamos se encontraba en vías de extinción, sino por el contrario, la vimos merodearse con libertad y brío, como una suerte de dragón que estaba como decimos coloquialmente, “vivito y coleando”; en efecto, esta cosmovisión sigue siendo ampliamente aceptada por dirigentes educativos, economistas y políticos - e incluso naturalizada por los profesores - y resulta siendo una expresión recurrente del solucionismo tecnológico que opera como una respuesta habitual y reduccionista para resolver problemas educativos sistémicos y complejos.
En cuanto a la relación con el saber, se asocia la visión tecnocrática con la transmisión lineal del saber, la división clara y distinta de los campos del saber, la distancia entre profesores y estudiantes, la vinculación predominantemente de contenidos eurocéntricos y el reconocimiento del conocimiento como un bien escaso y descontextualizado de las historias, los cuerpos y los territorios; también es común en este paradigma educativo, el predominio de la abstracción, lo objetivo, la prioridad en la matemática y la lecto-escritura, el acceso pasivo a la información, estrategias como la actualización permanente de los docentes, la priorización de pruebas estandarizadas y una visión limitada de las potencialidades del estudiante, de sus saberes adquiridos en otros espacios por fuera de la escuela, así como también, la disolución de los mitos y ausencia de meta-relatos religiosos.
Podríamos resumir que la visión tecnocrática en educación, contiene una epistemología, ontología y pragmática de carácter burocrático e instrumental acerca de la formación, la experiencia de los aprendizajes, una visión fragmentada del ser humano, la evaluación y el uso de las tecnologías y que se ha introducido sin mucha crítica como mantra y solución para todos los problemas.
Para terminar esta reflexión (que reconocemos amerita no solo mayor conocimiento y comprensión, sino también un movimiento de desobediencia civil, que implica, no solo luchar contra ella, sino la invención de nuevas narrativas, cosmovisiones y prácticas), compartimos otras características a modo de síntesis de cómo se expresa esta visión tecnocrática en la vida educativa:
• Reducción de los programas, planes de estudio y asignaturas que tienen que ver con la formación humana, artística y social y en general con el pensamiento crítico social y holístico.
• Instrumentalización creciente y deterioro no solo del ejercicio de la docencia, sino también disminuciones y decrecimientos de las otras dos funciones sustantivas de la universidad: la investigación y la extensión social.
• Concepción del aula y la escolarización como una fábrica para producir mano de obra asalariada y un entorno masivo para la alfabetización tecno-industrial. Esta arquitectura centralizada respecto a la transmisión del conocimiento ha sido víctima de una gran inercia y ha conllevado una lentitud inmensa para su propia transformación.
• Dos realidades muy contra intuitivas para los procesos de aprendizaje, son por un lado, que las aulas están conformadas por personas de la misma edad y por espacios-tiempos rígidos, uniformes y fragmentados y por el otro, cada vez se presencian grupos más grandes, junto con una precarización laboral de los profesores, evidenciada en mayores horas de clase, menor tiempo de contratación y en eventuales casos, reducciones en el salario.
• Énfasis en la copia de modelos de educación extranjeros, adquisición de conocimientos provenientes solo del mundo occidental, con un enfoque eurocéntrico del saber (y con una gran ausencia de la participación de la mujeres), donde también se resultan omitiendo y minimizando las producciones de conocimiento, sabiduría e innovación social que se ha producido en el Sur-Global.
• El maestro al transmitir de maneras magistrales lo que sabe, sin implicar muchas veces su mundo emocional, sus ignorancias y su sombra y en general la integración de sus experiencias de vida, genera una relación distante, fría y muchas veces de dependencia con los estudiantes.
• En vez de poner al servicio las tecnologías para reducir el tiempo que los profesores dedican a actividades administrativas y repetitivas (y más bien enfocar los medios digitales para fomentar la inteligencia colectiva), se suelen usar como instrumentos de control y vigilancia, indicadores de registro y calidad y para nutrir estadísticas que evidencien logros y crecimiento; sabemos que estos procesos son además de agotadores para los profesores, bastante ilusorios y sin sentido y muchas veces son sentidas por estos como prácticas de control.
• Introducción de la educación híbrida y de las tecnologías de la información como mecanismo para maximizar beneficios, minimizando el número de profesores de planta (y de tiempo completo) vinculados a los programas académicos. En síntesis, una lógica capitalista de producir más con menos.
• Aprendizajes y prácticas pedagógicas enfocadas en pruebas estandarizadas. Estas no pueden ser el foco de la educación y en este enfoque muchas veces se encuentran sobre-estimadas socavando los procesos de formación humana, crítica y social y la posibilidad de emprender proyectos en escalas más grandes que conecten a las generaciones con toda la sociedad.
• La evaluación se reduce a calificación, preguntas de múltiple respuesta y a exámenes que buscan centrarse en habilidades técnicas (memorísticas) y centradas exclusivamente en la inteligencia cognitiva. La evaluación es un proceso en la pedagogía mucho más complejo, un aprendizaje individual y colectivo sobre la experiencia e incluye no solo la inteligencia cognitiva, sino diversidad de expresiones e inteligencias tales como la moral, la estética, ecológica, espiritual, interpersonal y habilidades para el siglo XXI, como resolución de problemas, desarrollo emocional, pensamiento sistémico, innovación, pensamiento crítico…entre otras.
• Una educación centrada en habilidades técnicas, para el trabajo mecánico e industrial y para aceptar el statu quo; valoración de roles tradicionales y personas que buscan en sus estilos de vida acomodarse fácilmente a las institucionalidades conservadoras de la sociedad. Por el contrario. Necesitamos formar gente despierta y curiosa, nuevos arquitectos unificadores, artistas soñadores, comunicadores sociales, deportistas integrales, ingenieros regenerativos de la vida, hackers juguetones, médicos que prevengan las enfermedades, economistas solidarios.
• Precocidad en los aprendizajes de los estudiantes, específicamente el deseo de acelerar el desarrollo de los niños. Donde siente más este vértigo es en la educación inicial, sobretodo en el acceso formal a la matemática y la lecto-escritura.
• Los maestros al no comprender las lógicas de los aprendizajes de los niños y las experiencias de desarrollo integral, cuando los niños se aburren y se dispersan, muchas veces en ambientes que invitan al silencio, la obediencia, la abstracción, la seriedad (ausencia de juego) y el sedentarismo, tienden a ser etiquetados, medicalizados a los que se resisten a esto, diagnosticándolos muchas veces como con problemas de déficit de atención.
• Una visión limitada de la educación virtual que se enfoca en proporcionarle a los estudiantes contenidos multimedia que los condenan a quedarse mirando solitariamente las pantallas y por otro lado, el uso de tecnologías novedosas servidas en recipientes viejos. Esta visión de la mediación virtual es bastante obsoleta e incluso perjudicial para el desarrollo de los estudiantes y de la sociedad. El desafío de la educación virtual pasa por la creación de una comunidad de aprendizaje (enamorar a todos a aprender a aprender), ofrecer ambientes para redescubrirnos mutuamente, para imaginar de nuevo la vida colectiva, para sorprendernos y cuidar la diversidad de los territorios, para que la sociedad sea más sabia y abierta y para procurar espacios de intercambio intergeneracional más ricos en interacciones, inclusivos y distribuidos.
domingo, 17 de abril de 2022
RE-construcción de la educación en clave de consciencia global
Necesitamos urgentemente un gran consenso social sobre lo que implica un cambio profundo en la educación. Veamos por qué. Es un lugar común escuchar hablar a educadores, políticos y líderes acerca de la importancia de la educación en tres frentes: para transformar la conciencia de las personas, fomentar una sociedad sostenible y resolver los grandes problemas de nuestro tiempo. No obstante, para transformar de maneras profundas la educación, no son suficientes las buenas intenciones, ni tampoco solo transformaciones en nuevos temas, conocimientos, discursos, asignaturas, cátedras, metodologías y pedagogías; somos conscientes que requerimos además de mejores diálogos como sociedad y una organización de la sociedad civil robustecida, un pensamiento sistémico (metamoderno) que nos permita observar todo el ecosistema de aprendizaje donde nos desenvolvemos.
Una primera idea respecto al cambio educativo, es que necesitamos volver a imaginar la educación en todos los niveles y entre todos, yendo más allá de la escolarización, como se suele reducir habitualmente… intuimos que después de la deconstrucción, viene una reconstrucción radical, es decir, volver a soñar y prototipar las nuevas propuestas, narrativas, iniciativas, institucionalidades, conversarlas entre amigos…ir hacia una nueva integridad, más arriesgada y sensata, que incluye la magia e inocencia de los niños, la experimentación de la juventud y la prudencia, temple y sabiduría del adulto.
Inicialmente, una idea crucial que necesitamos poner esfuerzo, atención y financiación, es la de construir en todos los territorios una cultura del aprendizaje desde la primera infancia hasta la tercera edad (en donde aprender sea algo muy sexy y atractivo) y que tenga como intencionalidad hacer sentir vivos, curiosos y conectados a las personas y que a su vez tal actitud de asombro e intercambio colectivo constante, permita activar la inteligencia colectiva de toda la sociedad.
También, es cada día más evidente la desconexión personal y social, la pérdida de atención y confianza en las instituciones, la fragilidad de los vínculos sociales, tiempos turbulentos en donde emergen con mayor fuerza los traumas históricos (y personales) ocultos; en este panorama de caos y al tiempo de emergencia, es donde se hace fundamental el despliegue de nuevas narrativas, de una integración más profunda de lo que ha sido excluido en la educación, empezando por la entrada del cuerpo, la alfabetización emocional, el auto-conocimiento, la vivencia del arte y lo sagrado (a partir de integrar las visiones, prácticas y psico-tecnologías de las espiritualidades de todo el mundo), la reflexión sobre el género, el amor, el erotismo, la muerte y lo que significa estar vivos, la importancia de las economías y ecologías solidarias y del bien común, con el fin de reinventar las ritualidades cotidianas y también la apertura al aprendizaje sobre los conocimientos amplios de la gran historia (un enfoque genuinamente transdisciplinar, de cosmología, biología, psicología, ciencias sociales y arte)… síntesis de las mutaciones cosmológicas (Swimme), socio-culturales (Gebser, Freinacht), psico-espirituales (Wilber, Fowler, Commons) y de las diversas formas en la historia de organización social (Lent, Harari, Stockes) que permita a los estudiantes y nuevas generaciones ubicarse mejor en los grandes patrones de conocimientos y paradigmas (como arquitectos unificadores y co-creadores) y en nutrir una meta-narrativa inspiradora e integradora que ofrezca dirección, sentido y propósito a la existencia y al cambio social y cultural en curso.
Una idea fundamental para la transformación de los sistemas educativos, es mejorar los servicios básicos de atención integral y ampliar los derechos sociales que proporcionan salud y bienestar a toda la población, tales como la calidad de los vecindarios, los espacios de encuentro, la ampliación de espacios para el arte y la cultura, el fortalecimiento de las economías locales y de una red de entidades locales (bibliotecas, museos, salas de cine, galerías, casa de la cultura, espacios para el arte, laboratorios ciudadanos y redes de apoyo), que apoyen y hagan sostenibles los aprendizajes de toda la sociedad.
También precisamos urgentemente contribuir a que las familias tengan mayor educación, mejor acceso a información de relevancia sobre el desarrollo, apego seguro, la crianza de los hijos y mayor tiempo libre para el enriquecimiento cultural. Aquí es donde la Renta Básica Universal podría ser de utilidad social, combinada con el despliegue de otro conjunto de políticas orientadas a la dignidad de toda la población. Sumado a esto, es clave configurar escenarios públicos abiertos para el juego, el arte, el intercambio intergeneracional (entre niños, jóvenes, etnias, clases sociales, clases creativas y personas mayores), fomentando dinámicas de proyectos de aprendizaje a escala real (local y global) donde converjan diversidad de públicos y redes de ciencia ciudadana (evitando la conformación etárea tradicional de estudiantes organizados por edades y cursos).
Es sugerente para que esta transformación educativa sea de más largo alcance, que cuando un estudiante salga de bachillerato o de la universidad, no solo tenga claridad respecto a sus intereses personales, el reconocimiento de sus talentos, oportunidades laborales, sino también que participe eventualmente en una iniciativa ciudadana o movimiento social. Contribuir a esta conexión con el campo social, desde edades tempranas, significaría involucrar a los jóvenes en una parte del micelio de transformación cultural. Para hacerlo real, el Estado financia y podría organizar pasantías a modo de residencias para brindar elementos de decisión sobre el movimiento ciudadano o una organización emergente en la que los jóvenes pongan sus destrezas, capacidades y conocimientos. En el caso específico de Colombia, que entra en un tiempo de implementación de los acuerdos de Paz, los bachilleres o profesionales recién graduados podrían participar en una estrategia en las escuelas, barrios e instituciones educativas para democratizar aprendizajes, visiones y prácticas para el fortalecimiento de la paz con distintos tipos de población.
Esta política contribuiría a fortalecer la identidad profesional y a potenciar la esfera institucional emergente. Asimismo, estas propuestas, ayudarían a mejorar la educación, la democracia, el fortalecimiento de los bienes comunes, la crianza compartida y a la par, se fomentaría un ambiente seguro de aprendizaje de estilo más participativo, co-creativo e innovador en las escuelas y en las ciudades.
Finalmente, parte del trabajo de los activistas por la educación integral, de orientación metamoderna, es decir, activistas en pro de pedagogías y didácticas con consciencia global, es trabajar por una educación abierta, libre y empoderadora de las comunidades. El gran desafío de la educación es la creación de comunidades regenerativas, donde florezcan las personas, se potencien las conexiones con lo vivo y donde se susciten las conversaciones para traer el futuro más bello, armonioso y sostenible a nuestras vidas y comportamientos cotidianos.
sábado, 9 de abril de 2022
Conversaciones sobre el Diálogo en la educación y la cultura (Ep. 1)
lunes, 4 de abril de 2022
Sobre la comprensión simplificada y distorsionada
Me ha sorprendido muchísimo observar respecto a las diversas coyunturas actuales (el origen de la pandemia, en circunstancias de violencias de género, respecto a tensiones en el conflicto colombiano y recientemente en la actual invasión de Rusia hacia Ucrania), cómo se reafirman y posicionan las visiones de mundo que simplifican la realidad. Esta situación ha avivado mucho la curiosidad de preguntarme por el auge de las interpretaciones planas y dualistas y cómo estas resultan facilitando actitudes rígidas y estáticas que promueven de formas sutiles (y no tan sutiles), la polarización, la desconfianza, la violencia y por ende, la defensa del statu quo.
A lo mejor, este reduccionismo en la comprensión de los problemas actuales, puede surgir de viejos hábitos de pensamiento, la ignorancia, el fanatismo ideológico, experiencias traumáticas, precaria educación y en ciertos momentos, por mera pereza; a su vez, tal situación y actitud de ver solo dos dimensiones y de comprender el mundo sin matices, se ve reflejado desde posiciones de líderes de movimientos sociales, teóricos de la conspiración, partidos políticos, ciudadanos, religiones míticas, identidades académicas y culturas juveniles y se infiltra en amplios sectores de derecha y a la izquierda, incluso en personas afines al progresismo y a las teorías posmodernas y poscoloniales.
Después de señalar en algunas publicaciones anteriores que se encuentran en este blog, sobre la preocupación del aumento de la polarización, el tribalismo y el etnocentrismo en la sociedad (donde nadie escucha, sino que afirma sus posiciones unilaterales y las sostiene con hostilidad; y de percibir la actitud de personas en asumir la invasión de Rusia a Ucrania, las elecciones presidenciales en Colombia y en general los conflictos complejos, como si se tratara de un partido de fútbol, reducidos a la cuestión de ¿con qué equipo estás?), es necesario reflexionar colectivamente sobre esta situación, dado que conlleva muchos peligros y amenazas para el cambio cultural y sobre los consensos respecto a las prioridades para implementar los acuerdos de Paz en nuestra vidas y en la sociedad.
Un concepto que resume esta simplicidad o simplificación en el ámbito de la política, es el campismo, que se refiere a una forma de estupidez política que consiste en pensar que solo hay un Enemigo. Para la derecha, el comunismo, los revolucionarios y cualquier valor de cambio; para el ambientalista, el industrialismo, para el feligrés religioso, el ateo, para el feminista, el patriarcado, para la izquierda, el capitalismo, el imperialismo americano, occidente, el neoliberalismo. El campismo es genuinamente ideológico y oscila entre dos posiciones, su denominador común es una batalla de nosotros vs ellos, en donde un grupo domina sobre otro, uno es el bueno y el otro es el malo, esta distorsión alimenta formas de fantasías sociales y posverdades, jerarquías nocivas y deshumanización, propias de traumas históricos como el racismo, el sexismo y el especismo e impide asumir respuestas colectivas de más largo alcance, más creativas y transformadoras.
En cuanto a los líderes sociales, activistas y agentes educativos, algunas prácticas para reducir este clima tenso y hostil de polarización y distorsión mental, podemos empezar introduciendo mejores habilidades para el juego, la comunicación y la co-creación; más conversaciones con mayor profundidad, ritmos más lentos e incluyendo diversos puntos de vista, mezclando diversidad de visiones (como las teorías sistémicas e integrales) experiencias de la vida personal (saber propio) y fuentes provenientes de las artes, las ciencias y de las tradiciones de sabiduría perenne de todo el mundo. También podríamos inventar nuevas redes sociales orientadas a la conversación, al servicio social-comunitario, orientadas al diseño colaborativo y co-creativo como los laboratorios ciudadanos, redes de apoyo, micelios de pensamiento sobre el futuro, espacios educativos en línea y hackathones. Otra práctica que me ha sido útil en las prácticas pedagógicas y reveladora de conexiones, es integrar las verdades personales, relacionales y objetivas en la conversación y creación de conocimiento, así como también profundizando en el mundo interior, a través de los procesos de autoconocimiento (incluyendo los sesgos, prejuicios, traumas y sombra) y en las cualidades y destrezas transformadoras que vienen siendo sintetizados en los últimos años como Objetivos para el Desarrollo Interior.
Por otro lado y un asunto que no es menor, parece ser que necesitamos repensar nuestros usos de las redes sociales, dado que los algoritmos y el diseño de las redes sociales son cómplices en el estado del mundo actual de polarización (pérdida de libertades y crisis de la democracia) y en la pobreza y fragilidad de nuestros intercambios, asunto que puede estar asociado, entre otras cosas, en el alza de problemas de salud mental en el mundo. "La guerra narrativa, el declive institucional y el ubicuo pero opaco mundo de las redes sociales se han combinado para erosionar la calidad de nuestra esfera pública".
También es necesario darnos cuenta que en las conversaciones que estamos animando, no se trata solo de expresar lo que nos interesa y los puntos de vista, sino también, para que sea más fecunda y generativa la comunicación, es crucial la forma de escuchar, la empatía, el propósito, la emocionalidad y expresión corporal, la coherencia, lo que las palabras y pensamientos producen en uno y en los demás y en lo que un diálogo puede hacer emerger para ayudar a conectar y a crear más empatía, confianza y cooperación en la sociedad.
El auge del populismo y del etnocentrismo, no se va resolver luchando fuertemente con un Enemigo, esto quizá lo acentúa más... reinventemos y posicionemos entonces el kosmocentrismo, las visiones amplias e interdependientes, que nacen en las artes y filosofías metamodernas, las síntesis de conocimiento, practiquemos las conversaciones compasivas desde la casa, los amigos y la ciudadanía, en donde involucremos la pasión, la intuición, la transdisciplinariedad, el pensamiento sistémico, ofrendemos el silencio en rituales de inteligencia compartida y fortalezcamos las habilidades de receptividad y confianza que pueden estar alimentadas por el arte, la contemplación, el canto, la danza, la conexión con el mundo vivo y natural, el diálogo, la meditación y el juego.
viernes, 1 de abril de 2022
Problemáticas de la vida y la sociedad en contextos virtuales
En mi trayectoria como investigador, educador y ciudadano, me ha interesado indagar e involucrar en mis proyectos el uso creativo de tecnologías, reconociendo el potencial estético y pedagógico de las redes, las expresiones de ciencia abierta y ciudadana, la cultura de código abierto, la transmedialidad, el pensamiento de diseño (hackathones) y el poder de la inteligencia colectiva, entre muchas otras cualidades de la revolución digital.
Pasadas ya dos décadas de inmersión en la cultura digital y de uso masivo de la web (lo que podríamos llamar su infancia), ha llegado el momento de hacer un análisis más matizado y concienzudo, que junte mayores perspectivas, eso sí, sin perder de vista la riqueza y virtudes, pero sí señalando algunos problemas y atascamientos respecto al uso de las redes sociales y de las tecnologías de la información y la comunicación.
En el 2013 publicamos un libro llamado Ciberciudadanías: cultura política y creatividad social, un trabajo en alianza entre dos grupos de investigación de universidades públicas colombianas (la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad del Valle), donde explorábamos la interfaz entre educación y movimientos sociales, artísticos y culturales que realizaban apropiación social de tecnologías y como fruto de este estudio, surgió un libro, alianzas con activistas, nuevas reflexiones y didacticas y hace 15 años este blog, que he mantenido como una especie de diario sobre mis experiencias, proyectos e intereses en ámbitos como el arte, la ciencia, la educación integral, el cine, la filosofía, la cultura digital y la política.
Ya que han sido mucho más elogiosas las publicaciones que he realizado acerca de las potencialidades de lo tecnológico en la educación y la cultura y mucho más entusiasta de usarlas creativamente en las prácticas educativas e investigativas, quisiera enumerar algunas problemáticas actuales evidentes que percibo en las vidas mediatizas en el contexto personal, relacional y cómo afectan los sistemas en que habitamos, con el propósito de instar a una conversación más amplia, serena e informada. Si conoces otras situaciones en las vidas virtuales que nos atan y atascan y limitan nuestras libertades, me encantaría conocerlas.
Espero que esta lista de 20 problemáticas acerca de los usos de las redes y tecnologías, nos lleve a conversar no solo sobre lo peor, sino que a partir de estos puntos, nos permitan acentuar y enfocar la mirada sobre qué principios éticos y filosóficos, valores, prácticas, tecnologías y formas de organización, pueden ayudarnos a navegar por la cultura digital de mejor maneras, que nos enriquezcan, nos conecten de maneras más profundas con los otros y con las problemáticas de nuestro tiempo, que nutran nuestras vidas compartidas, incluso que aporten mayores sinergias para la comprensión y la transformación colectiva expresadas en nuevas formas de agencia y participación local/global:
• Ver a las personas y a la información en fragmentos.
• Identidad enfocada en manifestar los aspectos positivos de la experiencia
• Interrupción constante de la atención (voluntad) y distracción de nuestros propios objetivos (de lo que queremos aprender).
• Comunidades de personas con intereses y gustos similares que hace que se fortalezca la identidad tribal.
• Incapacidad de la mente de digerir tanta información (saturación de información y tránsito entre un tema y otro sin profundizar, tratado con mucha superficialidad).
• Desconexión de las necesidades de nuestros cuerpos y el valor de la importancia de las relaciones.
• Aceleración de nuestros ritmos cotidianos (escasez de tiempo)
• Automatización de muchos trabajos y precarización laboral (auto-explotación).
• Plataformas que modelan comportamientos con base en nuestra información.
• Cada vez parecemos comportarnos más como máquinas.
• A menudo la superficialidad en temas, el narcisismo y el cese de nuestras conversaciones profundas, multi-perspectivas y sentidas.
• Debilitamiento de la democracia, las relaciones de amistad y de los espacios culturales de intercambio.
• Polarización y mente tribal. Puntos de vista fijos y extremos y reacciones rápidas y muy emotivas. Y afirmaciones que prevalecen en espacios en línea tales como "Yo tengo razón, tú estás equivocado"
• Dificultad de escuchar puntos de vistas distintos.
• Ilusiones de falsa popularidad y éxito.
• Teorías falsas, desinformación y posverdad. (socavamiento de la verdad).
• Confundir el activismo político y el pensamiento crítico con el clicktivismo.
• Manifestación de la ira colectiva y descarga de emociones muchas veces utilizando un chivo expiatorio como objeto de acusación.
• Obsolescencia programada de artefactos tecnológicos y exceso de basura electrónica.
• Adicción a la pornografía, aumento de la envidia y comparación excesiva con la vida de los otros.