lunes, 9 de septiembre de 2019

Sobre las conversaciones

La Paz y el sufrimiento requieren además de justicia social - el surgimiento de otras institucionalidades y cerrar la brecha de desigualdades - nuevos estilos de vida que afronten las problemáticas con sensibilidad, apertura, cordura, libre pensamiento y acciones colectivas; la Paz y el sufrimiento precisan de una escucha más profunda y de más flujo de conversaciones transparentes, sinceras e inspiradoras. El problema habitual es que muchas conversaciones son confirmaciones de lo que ya sabemos, ya sea para legitimar un status o rol social (lo he percibido mas en hombres que en mujeres), una experticia sobre un tema o un dominio de una idea o de una persona sobre otra; existen otras que parecen conversaciones sordas, en donde mientras el otro habla estamos pensando sin escuchar como afirmar nuestra propia posición; hay otras que parecen a un round de luchas interminables, que polarizan, que amplifican el deseo de ganar, de salir victoriosos, una verdad imponiéndose sobre otras, genuinas batallas ideológicas. En estas “cada uno de los participantes intenta justificar su posición establecida a priori, en vez de intentar aprender algo o adoptar una perspectiva distinta”...las hay conversaciones magistrales, que además de informar sobre hechos, nos cuentan historias, narrativas y la relevancia que tienen para la vida. Las ancestrales, que se dan en círculos de palabra, en donde primero se busca un asiento que permita presenciar, limpiar la palabra, escuchar, mambear y tejer pensamiento; precisa serenidad, tiempos largos, hablar de corazón a corazón, pensamiento dulce, respeto y gratitud, sin enjuiciamiento y con propósito de aclarar la visión de todos y contribuir a la sanación. También hay conversaciones para divertirse y reírse juntos, hay conversaciones para vender productos, los mercados ahora son historias y conversaciones emplazadas en nichos de mercado y con audiencias más activas....también hay conversaciones telepáticas, mas sutiles y transpersonales, donde un círculo escucha atentamente, las personas se vuelven sinceras acerca de sus sentimientos, problemas y afectos y construyen una oreja imaginaria donde resuenan las preguntas y certezas, donde la atención colectiva y el deseo de trascendencia crea un loop de realimentación sanadora para todos, un contenedor amplio que acelera la consciencia sobre lo que nos resistíamos a mirar. Y también tenemos las conversaciones en sueños, donde empatamos lo que en la vigilia se nos escapa y las románticas en donde las palabras son elixir burbujeante, nidos de calefacción y éxtasis compartidos.

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