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lunes, 29 de julio de 2019

Etnografías húmedas.

A menudo presto atención a conversaciones que se cocinan en las zonas húmedas. Allí he aprendido a realizar este tipo de etnografías calientes, a conocer a los hombres mayores, sus formas de pensar y reaccionar. Confieso que además de ir a hacer ejercicio y a nadar, el sauna ha sido un espacio de escucha para aprender sobre el ser humano y las formas cómo percibe el mundo. Aquí un fragmento:

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Estaban hoy 5 hombres dentro del sauna, casi todos mayores de 60 años. Uno de ellos, y quizá el más joven, lanzó una pregunta para azuzar la conversación: cuál es el error más grande que han cometido en la vida? Después de arrojar la cuestión, mira a todos con una sonrisa maliciosa y de una manera panorámica y con un tono dulce y respetuoso, pronuncia, quién comienza?: me atreví a empezar yo para romper el hielo y señalé que "aún cuando apenas voy para los 40 años, pienso que un gran problema es la arrogancia de no reconocer los errores y no aceptar los daños que a veces hacemos a otras personas. Quise ser lacónico y no ahondar más sobre un tema que se que da para una larga conversación, con el fin de escuchar más atentamente a todo el grupo que empezaba a erguirse, a elevar la cabeza al cielo y a respirar profundo. La persona que estaba a mi lado, ya más sudado y cogiéndose la panza, dice que para él su gran fallo fue tener amantes a escondidas; posteriormente el que estaba frente a mi, ya calvo y mandándose la mano a la cabeza, que parecía una bola de fuego, recordaba que hace unos años, cuando aún era empleado, saliendo de su trabajo manejó un carro borracho con los amigos y se accidentó y concluyó que su gran error fue su adicción al licor. Otro musitó, después de un largo suspiro, que el gran error fue entregar su vida exclusivamente al trabajo, y a tener y tener y un descuido total de cuerpo, de su familia y de sus  relaciones, decía con cierto tono de nostalgia alegre, que hasta hace unos pocos años atrás viene aprendiendo a disfrutar las cosas sencillas de la vida y a ser más consciente de la vida. Este hombre, que era uno de los mayores del grupo, continuó diciendo que lo echaron de la empresa, por la que dio su vida y le faltaba poco tiempo para pensionarse siendo víctima de un despido insólito e imprevisto. El último personaje  que faltaba por hablar, toma agua primero y viendo la inusual tesitura de la conversación - ya que muchos hombres mayores en estos espacios, suelen ser reiterativos en los temas: rajan de la política, de las coyunturas del país, algunos hablan como adolescentes y van a sacar músculos para coquetear con chicas jóvenes y otros, en un buen porcentaje, chicanean permanentemente de sus viajes y logros, son muy arribistas y clasistas – finaliza diciendo, que los 3 errores de su vida fueron la codicia, la promiscuidad y las mentiras que se echó  a sí mismo sobre el significado de vivir... "cuando uno tiene, uno quiere tener y tener, eso no parece tener límites y hace uno lo que sea compré casas, vehículos, restaurantes, mujeres... Hasta que un día, después de una carrera intensa como inversionista y con problemas de corazón, un familiar muy cercano murió repentinamente de cáncer y la vida dio un gran viraje y un replanteamiento radical".

Después de esta ronda, el ambiente se ponía cada vez más claro, los ojos de todos brillaban como nunca, una especie de sinceridad que muchos no habían compartido con nadie. Lo más curioso es que nadie se paraba de la silla, unos suspiraban, otros se encogían y algunos aprovechaban para realizar algunas posiciones de estiramiento. Al instalarse un silencio prolongado, repentinamente entra una joven muy bella con unas hierbas aromáticas en su mano, su cuerpo era todo una gran pregunta y se despide deseándonos un feliz día.

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jueves, 11 de abril de 2019

El mito de la Vejez

El miedo a envejecer es una problemática latente en las sociedades actuales y un asunto del que se habla poco, ya que en muchas ocasiones se asocia con el ocaso, la muerte, la dependencia y la pérdida de la juventud. A mi parecer, es un asunto que vale la pena abordarse, en un momento en el que el número de personas mayores crece exponencialmente. Tanto desde las familias, los medios, la publicidad y la cultura se promueve permanentemente el mito de la eterna juventud y junto a esta, una imagen de la vejez empobrecida y despotenciada. Las cirugías estéticas han crecido predominantemente en mujeres mayores; es usual ocultar las arrugas, las canas y cualquier aspecto asociado a lo viejo. Los hombres, acostumbrados a su virilidad y a silenciar sus emociones, muchos de ellos toman viagra, se encuentran deprimidos y algunos no saben cómo gestionar su tiempo libre. La psicología hasta hace muy pocos años empezó a reconocer el desarrollo en las edades mayores, no obstante, la fuerte negación, alimenta las depresiones y suicidios (provocados por el no sentirse útil, el condenarse al ostracismo en un ancianato, el despojo de poder, de empleo, de ingresos y de propósitos). Ahora bien, son escasos en los medios de comunicación, ejemplos de personas mayores activas, creativas y autorrealizadas y parece estar vigente la idea por todos lados de negar la edad. Son muy escasos también los espacios educativos y de intercambio para personas mayores y aún faltan propuestas de escenarios que fomenten la vecindad y la puesta en valor de su sabiduría. Un ejemplo de negación de la edad muy frecuente en nuestra cultura, se hace palpable al preguntar la edad considerándose algunas veces hasta ofensivo. Las consecuencias de no aceptar esta condición y reforzar esta dependencia van desde las cirugías, el aislamiento en ancianatos y la naturalización de la imagen que tememos. “El mito ha sustituido a la realidad”. Y como nos cuenta Friedan en el maravilloso libro la Fuente de la Edad...” toda forma de negación y rechazo de la edad acaba por hacer saltar la temida trampa que tratamos de evitar”. “ cúanto más negamos nuestra propia edad, más crédito damos a esa terrorífica aura que rodea a la vejez”.


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