Ni el islamismo, ni el Cristianismo, ni ninguna religión es, en sí, fanática. El fanatismo surge y se establece en las psiques de las personas, debe ser nutrido a diario, una suerte de alienación y adiccion, en donde ciertas personas llevan al extremo algunos pasajes de los libros sagrados....llenan sus vacíos con consuelos, creencias y falso Eros. Cada forma y tradición religiosa es interpretada según el nivel de desarrollo y conciencia de las personas, es curioso en el Cristianismo como conviven la espiritualidad liberadora, integradora, mística, revolucionaria, con una línea más mítica, fanática y etnocentrista...en el Islam como conviven desde la belleza de la poesía amorosa sufí de Rumi, el corazón esotérico y místico del islam, con interpretaciones fanáticas, dogmáticas, egoístas y donde las personas se sacrifican literalmente. De lo anterior, habla la última película de los hermanos dardenne, con su cine social y cuasi documental, sobre la relación entre salud mental, juventud y el fanatismo, donde como es usual en la mayoría de sus películas, dejan abierto multiples preguntas y en el caso especifico de este film, como coptan los imanes radicales a los jóvenes, dándoles apego seguro, pertenencia y falsa trascendencia
Para complementar sobre este tema, les comparto una cita de un libro hermoso que leí hace unos años sobre el fanatismo escrito por Amos Oz....”El fanatismo es más viejo que el islam, que el cristianismo, que el judaísmo. Más viejo que cualquier Estado, gobierno o sistema político. Más viejo que cualquier ideología o credo del mundo... Desgraciadamente, el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana. Un fanático es una persona que de ningún modo cambia de opinión y de ningún modo permite que se cambie de tema. El desprecio general es uno de los componentes de cualquier fanatismo...Cuanto más complejos se van haciendo los problemas, más y más gente está hambrienta de respuestas muy simples. Una fórmula que lo cubra todo. Pero muy a menudo se trata de mensajes fanáticos...Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar....A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte...El fanático se desvive por uno....De una forma u otra, el fanático está más interesado en el otro que en sí mismo por la sencillísima razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo o ningún sí mismo en absoluto....El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en mi vida a un fanático con sentido del humor”