Un problema interesante de meditar hoy, es el
que se refiere a los FANATISMOS DE LAS IDEAS: demasiado apegados estamos a lo
que sabemos, a lo que somos, a lo que hemos estudiado (una generación emplazada
en la idea vanidosa del yo), a las verdades parciales de las disciplinas, al
confort de la ciudad… A lo mejor, necesitamos trascender e integrar otros
elementos que han estado al margen de nuestra conciencia. La
izquierda, cuyas aspiraciones no se reducían solo a la igualdad de
derechos, sino a la transformación social, se ha quedado estancada en lo
racional y es arrogante con todos los que no son como ellos, está aún en lucha
con todo y se apoya en vanas teleologías románticas de lo social; los
maestros, estancados en dar razones, que se las creen saber todas,
absuelven la posibilidad del cambio y transformación; la
economía, se ha quedado sin su complemento: la escala local, la
solidaridad y la riqueza comunitaria, la que la dota de dignidad y de bienestar
a toda la humanidad; la salud, es
bastante superficial, solo evidencia cuadros clínicos físicos, que resultan
obviando la unidad ontológica del ser humano y su mediación en la curación; la
política se ha quedado sin suelo, sin comunidades de práctica y con una
fragmentación extendida partidista; la educación superior no logra trascender
el enfoque posmoderno, con grandes discursos, en contextos de reflexión
extremadamente dualistas, condenados a la subversión y a la deconstrucción,
pero carente de experiencia, del sentido de la belleza y de un sentido profundo
de totalidad y de integridad;
Para
ir más allá de este mundo fragmentado, podemos intentar una unión más amorosa,
duradera y sostenible con todo, sentarnos a mirar con nuevos ojos el mundo
relacional, los problemas globales complejos; con una escucha profunda, desde
una apertura más amplia (nivel de conciencia más receptivo), hackeando los
prejuicios, yendo más allá de nosotros mismos, con la creatividad,
responsabilidad y libertad más amplia que podamos y diseñando prototipos
sociales en donde se experimente la plenitud, las virtudes y la mejoría en las
relaciones que tenemos con nuestros semejantes, la madre tierra, el alma y las
futuras generaciones.
La
crítica es a las ideas fanáticas en cuanto tal…vengan de la religión, la
política, la izquierda, la derecha…. realmente, estoy profundamente agradecido
con los logros de la izquierda: la justicia social, el pluralismo,
la inclusión, el cuidado del ambiente y de los derechos… Lo que quiero subrayar
es que he notado en muchos amigos y líderes que se enuncian aún desde allí (y
muchos están en la academia) su fanatismo y estrechez mental, son poco
compasivos y les cuesta dialogar con personas que piensan distinto y a menudo
demuestran ser muy radicales. Lo que resultan haciendo muchas veces, en vez de
tejer unidad, es generar brechas entre todos, distancias que parecen
insalvables y aún cuando se dicen post-estructuralistas y quieren el cambio
social, siguen legitimando visiones estructuralistas que poco espacio dejan
para la transformación de los hábitos y del mundo interior de las personas.