Somos piratas y
navegantes de una cultura que día a día muta, se acelera y se reinventa.
Imaginamos y esculpimos el tiempo, mediante atmósferas, metáforas y paisajes
cálidos para estar serenos y acechantes. Vivimos entre imágenes y sonidos que
animan a la vida a estar en potencia y despliegue. Habitamos distancias y
proximidades, pero ya no es la crítica la que nos impulsa. Somos sensibles a
los momentos de ocio y de fiesta en el que juntos podemos mezclarnos, al tiempo
que reconocemos la virtud de los encuentros alegres y amistosos en gestualidad
local/global.
Los fantasmas convergen en nuestras fiestas para otorgar al mundo fantástico que nos habita, un semblante creativo. En un momento como el que estamos viviendo de mutaciones en muchos niveles del cosmos y la existencia, pensamos que los tatuajes, las deudas y las bienaventuranzas, podemos hilarlas con imaginación y los vacíos montarlos sutilmente con la luminosidad que nos otorgan dispersas sabidurías planetarias.
Vivimos entre imágenes que no son tuya ni mías, ni copias ni originales, ni falsas ni verdaderas. Son imágenes quizá porque animan al ser humano a imaginar desde lo universal y cotidiano sus trayectos y nuevas gestas. La invitación y seducción, contiene un gesto para que empecemos a jugar, a escribir y crear, combinando la luz que nos habita, el pensamiento que encarnamos y los movimientos cotidianos, pequeñas piezas audiovisuales a modo de cartas, correspondencias anónimas dirigidas a cualquiera que esperan ser respondidas en el futuro.
Los fantasmas convergen en nuestras fiestas para otorgar al mundo fantástico que nos habita, un semblante creativo. En un momento como el que estamos viviendo de mutaciones en muchos niveles del cosmos y la existencia, pensamos que los tatuajes, las deudas y las bienaventuranzas, podemos hilarlas con imaginación y los vacíos montarlos sutilmente con la luminosidad que nos otorgan dispersas sabidurías planetarias.
Vivimos entre imágenes que no son tuya ni mías, ni copias ni originales, ni falsas ni verdaderas. Son imágenes quizá porque animan al ser humano a imaginar desde lo universal y cotidiano sus trayectos y nuevas gestas. La invitación y seducción, contiene un gesto para que empecemos a jugar, a escribir y crear, combinando la luz que nos habita, el pensamiento que encarnamos y los movimientos cotidianos, pequeñas piezas audiovisuales a modo de cartas, correspondencias anónimas dirigidas a cualquiera que esperan ser respondidas en el futuro.
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