viernes, 29 de enero de 2021

Joyas del cine contemporáneo

The First Cow, es una película contemplativa, que nos recuerda el valor de la ternura y la amistad. Mediante un ambiente Wéstern, y en unas locaciones naturales maravillosas de Oregón (fotografía espléndida), introduce la historia de 2 personajes que intentan sobrevivir en un entorno hostil y lo hacen a través del mutuo cuidado, solidaridad y de unas masculinidades inactuales para lo que fue la vida a principios del siglo XIX. Es evidente en la película de Kelly Reichard, su crítica fina y frontal al capitalismo (colonialismo y extractivismo) que es evidente que precisa un tipo de personaje, y de individuo (persona separada, alienada de su entorno natural), desconectado, fuerte y pretencioso: que crece arduamente al precio de deteriorar a otros. Es curioso y tal vez paradójico, que a pesar de que los protagonistas, usufructúan la vaca ajena ( y la única del lugar) de una manera mesurada, como un capital, contrasta en el film fuertemente con la ambición de quienes trafican con pieles de animales para enriquecerse y domeñar culturas y paisajes para maximizar beneficios. El barco de carga, que pasa lentamente y a lo mejor repleto de madera, con la que inicia la película - metáfora de lo industrial y del capitalismo más voraz - y posteriormente los rastros de los huesos de una pareja que husmea un perro, representan quizá el plano holístico y la síntesis de esta gran obra maestra.

 

El director coreano Hong Sang-Son siempre me sorprende en su rodaje minimalista de las historias, el uso de la repetición, el humor amargo y el contexto siempre azaroso de relaciones humanas siempre en tensión y en paradoja. En su técnica, la dirección actoral siempre a tientas de la improvisación, el guión es poroso y abierto a las genialidades y singularidades de los actores; otra impronta de su cine, son los planos fijos, largas conversaciones y algunas veces el uso del zoom in/out para enfatizar en la acción sin necesidad de cortar la escena. En su última película, The Woman Who Ran, se trata de una mujer que visita a sus amigas dado que su esposo sale de viaje y como ella cuenta enfáticamente, en los cinco años que llevan nunca se han separado. En cada encuentro se van descifrando sutilmente aspectos de las amigas y es poco lo que resultamos sabiendo de la bella actriz principal, Kim Min-hee, donde por el contrario la tensión va creciendo. La aparición de los hombres en este film son tangenciales, y cuando lo hacen, son bastante intrusivos y dominantes. Hay una crítica al rol del hombre tradicional, y a las relaciones dominantes y temerosas propias del machismo. La pelicula es una búsqueda tácita de la identidad, el Amor...e inevitablemente hace reflexionar sobre las relaciones actuales en las que estamos comprometidos.

The Rider, es una película que nos lleva a contemplar e intimar con nuestros sueños truncados, el valor de reponernos de nuestras circunstancias dolorosas, el papel del hombre en un entorno varonil y conservador, la amistad y la reinvención de la identidad. Esta película es realizada por la directora Chloe Zhao, y aquí nos pone sobre la mesa un Wéstern sutil y realista, rodado en las tierras áridas de Dakota del Sur, y que brinda una lección de humanidad y humildad, que desde lo mínimo y lo cotidiano, desde las prácticas del cuidar y el acompañar, el hombre puede encontrar su coraje y valentía como guerrero en el rodeo que es la vida. La fotografía, el ritmo y la actuación (actores naturales) es algo por destacar en este film. Junto con otras grandes películas como The Wrestler, La danza de la realidad y Nuestro tiempo, hacen parte de una filmografía que aborda con profundidad las paradojas y contradicciones de la masculinidad. 


2 películas de estéticas y géneros muy distintas (Promising Young Woman y Queen of hearts) pero ambas tienen en común que son contemporáneas, realizadas por mujeres cineastas (Emerald Fennell y May el-Toukhy) y cabalgadas por dos grandes actrices (Carey Mulligan y Trine Dyrholm) y con un plus sensacional, que tienen el mérito de abrir conversaciones sobre una problemática tabú en la sociedad, como es el acoso sexual y por ende sobre las relaciones, el amor, el deseo y la sexualidad. Aún cuando es claro que para abordar el acoso sexual es específico en cada caso, es decir, un universo particular que hay que mirar con detalle y que no se puede generalizar, ambas pelis abren el telón para que como espectadores nos emancipemos y hagamos consciencia de estas grandes tragedias relacionadas con la sexualidad que vivimos como sociedad. La primera de aires más comerciales, a modo de thriller y comedia negra, ejemplifica con muchas aristas la complejidad y los estragos de la violación, muestra además, las múltiples evasiones frente al tema y la carencia de responsabilidad e hipocresía frente a quienes lo saben. 

La protagonista, de la joven prometedora, la actriz Carey Mulligan, realiza justicia a través de una serie de performances donde pone en aprietos a los hombres y quiere hacer visible el problema mediante actos que al final tienen un alto costo. En el día y en su casa, muestra una cara rosa y en la noche su ejecución, es un tanto oscura. Es el caso de las justicieras obsesionadas con el tema, muy sensibles al problema, pero que tienden hacer de mártires en la historia, muchas veces olvidándose de sí mismas y de sus relaciones. Podríamos decir - sin ser algo que se exprese visiblemente en la película - los costos de la venganza y la necesidad y urgencia de una justicia más esencial, sanadora (post-trágica) e integral. La segunda película, la Reina de corazones, es una obra dura y maravillosa, que evidencia el abuso de poder y acoso sexual de una mujer (la gran actriz danesa Trine Dyrholm) a su hijastro; es una trama que envuelve muchas paradojas e ironías de la vida, el deseo, la sexualidad, de una mujer exitosa, abogada y defensora de jóvenes víctimas de abusos sexuales, pero en su vida personal sucumbe a las injusticias, insatisfacciones y maldad. Muestra también, los secretos familiares... que todos podemos ser héroes en unas cosas y villanos en otras, los abusos de poder y la naturaleza salvaje en contraste con la civilizada.






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