Lo que empieza a surgir de toda esta
bruma que pesa actualmente sobre el planeta (países en guerra, corrupción,
privatización de la riqueza colectiva, violencia sexual, egocentrismo, cambio
climático, guerra religiosa, homofobia, segregación, imperialismo ejercido
desde trincheras de ultraderecha y ultraizquierda) y que se ha visto reflejado
en nuestros estados emocionales y en el devenir de nuestras relaciones, es la
necesidad apremiante de volver a pensar cuáles son los horizontes de esperanza
y de mayor responsabilidad, libertad e inspiración para el buen vivir,...
necesidad de volvernos a preguntar por las maneras más fluidas y creativas de
vivir. Momento crucial para elevar nuestro canto de amor a la tierra,
nuestra creatividad,... buen tiempo para sembrar en nuestra huerta que es el
kosmos, las semillas de la auto-realización…. para ser desde ya el
contenedor de lo más amplio, bello e infinito…momento propicio para el
despertar emocional que arrojan las crisis relacionales.. ampliación de la
conciencia, el reconocimiento más profundo de nuestras riquezas y
potencialidades, de refinar nuestra capacidad de respuesta y de imaginar nuevas
manera de amar. Momentos cruciales donde brilla el espíritu, la fuerza de la
autotrascendencia, la oportunidad para el crecimiento y la evolución,... donde
se ondeen otras banderas y se empiece a respirar otros aires, formas más
inclusivas de comportarnos y más sencillas y plenas de vivir. Llegó el momento,
del misticismo cotidiano, de ser uno con la realidad y así encontrar las
maneras de servirle al mundo, encontrar la música y las palabras y el aliento
que inspire a toda la humanidad.
Llegó la hora de ser más compasivos con
los viajes en los que cada uno se encuentra y desencuentra; cada quien, cada
persona, nos dice la perspectiva integral desarrollada y afinada en
las últimas décadas por Ken Wilber: interpreta su realidad de acuerdo
a las visiones de desarrollo (arcaica, mágica, mítica,
racional, integral y supraintegral); cada quien experimenta su vida con
mayor bienestar o malestar de acuerdo a las prácticas cotidianas que establezca
con su cuerpo, mente, espíritu y sombra (reinos) ; cada quien,
en las 24 horas que dura el día, oscila entre diversos estados de
conciencia, vigilia, sueño, sueño profundo y turiya (conciencia
pura) que nos ofrecen distintas posibilidades de conocimiento a través de
experiencias y cada quien posee múltiples inteligencias o
líneas de desarrollo (moral, emocional, espiritual,
interpersonal, estética, kinestésica, necesidades, identidad, cognitiva); cada
quien, según el eneagrama, encarna más enfáticamente un tipo de
personalidad (perfeccionista, mediador, ejecutivo, romántico) y
expresa una voz particular de acuerdo al género. El otro aspecto que nos alerta
la visión integral y que es importante para el diseño de nuevas políticas,
prácticas, formas de saber, comprender, educar y también de ejercer la ciudadanía,
es la relativa a que todo fenómeno emerge por la confluencia de dimensiones
internas y externas, figurada en el modelo AQAL de los 4 cuadrantes: I.
interiores individuales (la psique, pensamientos, emociones). II. interiores
colectivos (la cultura, símbolos, relaciones). III exteriores individuales
(biológico, conducta, lo que es visible) y exteriores colectivos (sistemas
sociales: economía, educación, tecnologías).
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