jueves, 3 de diciembre de 2015

Espacios de Arte y Educación

En lo que se me han convertido los espacios de ARTE y EDUCACIÓN (y en qué nos hemos convertido): espacios de exploración del alma, el cuerpo, la mente y la psique, los talentos, las emociones, las potencias, dibujos de nuestros estados de desarrollo (diagramas de crecimiento), currículos integrales, círculos de sueños, diseño de espacios de acogida, ofrendas, pensamiento dulce, tejidos de dios, intercambios creativos, relación con la naturaleza, siembra, cine y animación, rondas, canto y baile, zoológicos fantásticos, mandalas corporales, arte contemporáneo, masajes, yoga, círculos de palabra, meditaciones colectivas, arte relacional, truekes de saberes y objetos, la vida en lo cotidiano, las ondas del universo, la alquimia de los saberes que nos llevan al buen vivir.

mandalas corporales 
                                                     
 Pintura colectiva + juego
 Masajes 
 Taller de forma y color
 Fotografía poética (resignificación objetos cotidianos)
 Círculos de sueños
 Maquetas espacios de arte para primera infancia
 Animación de canción infantil (Pixilación)
 Stop Motion
 Libro - álbum
 Libro - álbum
 Maquetas espacios literatura
 Arte corporal
 Arte corporal
 Veo veo que ves
 Pintando las emociones
 Huerta en la montaña compartida
 Insectópolis (creación de insectos con materiales naturales)
 Compartiendo el alimento
 Tejiendo ofrendas
 Gratiferia
 Economías alternativas
Gratiferia


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martes, 17 de noviembre de 2015

Canto de amor en tiempos de guerra

Cada época tiene sus clases y no podemos dejar que la lección que nos presenta este momento histórico se nos vuele. Necesitamos elevar un canto de amor, comprensión y una meditación global y no dejar que los medios de comunicación,  los extremos y la polarización de ciertos sectores obstruyan la verdadera liberación que podría producir un fenómeno tan destructor como la guerra y la venganza. El sufrimiento que se levanta en todo el planeta es bien complejo pero responde a un pasado colonial y de intromisiones en donde muchos países se disputan cruentamente las riquezas del territorio, un deseo de conquista y privatización de los bienes comunes. Las guerras preventivas, la legítima defensa, los falsos positivos, la ambición por monopolizar, son tal vez pretextos para invadir un territorio, para acabar con la libertad y la vida…. territorios en los que percibimos una siembra de mucho terror en las últimas décadas. Detrás de la guerra, viene el miedo, la desconfianza, la venganza, el terror, el dolor y una herida muy grande para todos. La violencia trae más violencia, no se puede apagar el incendio con más fuego. El deseo de apoderarse de las riquezas del país es algo que pasa en nuestro continente y que necesitamos comprender entre todos el sufrimiento, la causa de esta visión equívoca para saber qué tipo de acción podemos emprender para aliviarla. Necesitamos igualmente empezar a confiar y a cuidar aquellas cosas que nos hacen ricos y felices, cuidar nuestras riquezas y activar espacios en donde seamos una humanidad más respetuosa y amorosa. La sombra que nos cobija, puede llevarnos a iluminar unas nuevas prácticas y una nueva vida, que constituyan una ética global y una responsabilidad compartida como habitantes de la tierra, como familia universal. Tomar decisiones para concretar el tipo de vida que queremos vivir y lo que produce bienestar para todos.


No podemos dejar que los engendros que han dejado las últimas guerras de principios de siglo XX y con las que inicia el XXI se multipliquen más. El terrorismo, el fanatismo, las ideologías extremas, el extractivismo son muestra de que algo está fallando como seres humanos y como sociedad. Que el proyecto de empobrecer unas comunidades a costa del vigor de otras, de que el fin justifica los medios, que el esperpento de totalitarismo es algo que debe llegar pronto a su fin. Necesitamos empezar a construir una ética global, de cuidado, respeto, colaboración, empatía y telepatía,  tejidos de amor y de ciudadanía que permitan sentir y construir el territorio, activar la conciencia para el despertar de bienes comunes y de acciones que donde estemos mengüen tanto sufrimiento.

No es saludable tan pronto buscar culpables, cuando el espíritu que florece llama a un esclarecimiento de la visión. Que en la tierra se iluminen los corazones de todos para que hagamos lo que hagamos genere un bienestar colectivo y que perfume el origen de nuevas generaciones. La curación ante tanta maldad, vendrá cuando veamos con claridad de donde surge tanto sufrimiento, la semilla para la felicidad.

“Cuando una persona sufre menos, nosotros sufrimos menos… si alcanzamos un discernimiento colectivo, eso nos ayudará a ver el camino mutuamente benéfico que conduce a la cesación del sufrimiento, no solo para una única persona, sino para todos…También la violencia es una forma de sufrimiento. La violencia es una energía que quiere destruir, hacer daño a otra persona porque se atrevió a hacerte sufrir. El deseo de destruir está en todo el mundo. Existe en nuestra sociedad y en cada uno de nosotros. El terrorismo es  ese deseo llevado al extremo. En la base del terrorismo hay una percepción equivocada, violencia, ansiedad y desasosiego” (Thich Nhat Hanh)

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miércoles, 21 de octubre de 2015

Salida a la montaña compartida.

“Se viven momentos de alegría inolvidables, compartir la vida, las sonrisas, la variedad de climas, las ventanas del alma, el fuego sagrado de la amistad”


 Un acercamiento a la naturaleza para fortalecer nuestra conciencia de interdependencia con las tramas de la vida y afianzar los lazos de amistad que nos permiten descubrir en la experiencia, formas sostenibles de estar juntos, de aprender unos de otros y de vivir en comunidad.

Nos dimos cita en la estación tercer milenio a la 6:30 am para empezar nuestra travesía. Todo estaba listo para subir a la montaña, atravesar páramos y descubrir en la amplia gama de colores inmensidad de formas de vida. El cielo despejado, augurando un bonito día, el viento suave acompañando la mañana. A la subida contemplamos pequeñas cosas que aparecen en el entorno, unas hojas grandes de lulo con pintas violeta intenso, el cráneo de una vaca, el perfil de la montaña, el musgo flotante en las rocas y los sonidos de los pájaros.

Caminamos a una fuente donde discurre el agua para iniciar con una meditación colectiva. Al estar todos juntos conectados en un solo corazón y enraizados en la tierra, aparecieron dos ardillas, que nos acompañaron con su belleza nuestro canto. Fue un momento mágico. Hicimos un ejercicio en parejas de observar los ojos, las ventanas del alma. Después de esto, salimos a recoger leña para el almuerzo, cortando ramas de un árbol que yacía en el suelo.

Un momento especial para saludar a las vacas y caballos que vibraban de alegría. Posteriormente nos acercamos a las huertas para compartir las plántulas que cada uno había traído, yerbabuena, toronjil, fríjol, curuba, lechuga, acelgas, aguacate, sábila y flores, entre otras. Antes de sembrar y darle forma a la huerta, conversamos sobre las propiedades nutritivas y medicinales de las plantas y de la importancia en los procesos de formación con los niños y niñas de tener un vínculo directo con las cosas vivas,  con los bienes comunes que evolucionan y nos proveen salud y bienestar. La siembra es una buena oportunidad para retribuir a la tierra, acercarse con amor a la naturaleza, honrar nuestras relaciones y abrir un espacio para meditar lo que queremos sembrar y cosechar en nuestras vidas.




 Pasada la siembra cae del cielo un rocío que refresca todo lo sembrado y sale un sol que acompaña el tiempo de minga para la realización del almuerzo. Se hicieron 3 grupos, los guardianes del fuego, del alimento y del aseo. Los primeros prendieron un fuego hermoso, que logró sostener el delicioso sancocho que nos comimos. Como los de aseo tenían su actividad hasta el final, hicieron un círculo de palabra leyendo apartes de un libro de poesía indígena que llevaba. La conversación estuvo vital y profunda. Al finalizar la tarde, hicimos un cóctel de cierre y cada uno en una hoja plasmó con escritos y dibujos el valor de la experiencia compartida.

Como hallazgos fortuitos sucedieron los momentos de magia y de alegría, y constatamos que cuando la atención está despierta y estamos profudamente receptivos, la relación con la naturaleza puede ser un bálsamo para el cuerpo, las emociones y el alma. El milagro de la vida está en despertar a las conexiones vitales, a nuestro propósito y a incubar una libertad expansiva y amorosa.
Las pedagogías vivas introducen experiencias compartidas que logran mover las emociones a tal punto que la siembra de cada participante se agita en varias direcciones. Los rituales ofrecen una gran oportunidad para el crecimiento colectivo, para el tejido de una energía de amor que resuena en todos los corazones.





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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Eco Sembrando Barrio. (Bogotá - Colombia)

ECO SEMBRANDO BARRIO es una iniciativa ciudadana que nace de un grupo de amigos y amigas residentes en la localidad de Teusaquillo de Bogotá en el año 2012, con el fin de generar intercambios en los espacios públicos y explorar prácticas de bienestar, cuidado y construcción de riqueza comunitaria. Las jornadas que realiza en los espacios públicos, buscan generar espacios de participación ciudadana, de intercambio de saberes y expresiones artísticas que contribuyan a enriquecer la convivencia y el buen vivir de los habitantes de los barrios.

 Huerta itinerante Sembrando Barrio

 Ruedas de Música tradicional

Círculo de dibujo


Agricultura Urbana


Huerta de todos. (Teusaquillo)

"Para compartir en familia
Para sacar la alegría
Para cantarle a la vida
Para regar la semilla
Para sembrar en los barrios
Para ponernos de fiesta
Por el amor y la risa
Para ofrendarle a la tierra
Para cantarle bonito
Para endulzar los momentos
Sembrando amor con el viento
los corazones contentos"



página en Facebook... ECO SEMBRANDO BARRIO

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domingo, 10 de mayo de 2015

Carta de amor a la tierra

Querida madre de todas las cosas.




Querida madre tierra:
Me postro ante ti con el mayor de los respetos y la clara conciencia de que estás presente en mí y de que yo formo parte de ti. Tú me diste a luz y me proporcionaste todo lo que necesitaba para mi sustento y desarrollo. Mi madre, mi padre y todos mis ancestros son también tus hijos. Nosotros respiramos tu aire fresco, nosotros bebemos tu agua limpia, comemos tu nutriente alimento y apelamos, cuando estamos enfermos a tus remedios naturales.

Tu eres la madre de todos los seres. Te llamo con el nombre humano de madre, pero se que tu naturaleza es mucho más amplia y antigua que la humanidad. Nosotros no somos más que una joven especie de tus muchos hijos. El resto de millones de especies que viven – o han vivido – en la tierra son también tus hijos. Se muy bien que no eres una persona, pero también se que no eres menos que una persona. Eres un organismo vivo que respira en forma de planeta.

Cada especie tiene su propio lenguaje y tú, como nuestra madre, los entiendes todos. Por ello sé que, cuando te abro mi corazón y te ofrezco mi plegaria, puedes entenderme.

Donde quiera que haya suelo, agua, roca o aire sé, querida madre, que estás ahí, nutriéndome y dándome vida. Estás presente en todas las células de mi cuerpo. Mi cuerpo físico es tu cuerpo físico, y, como el sol y las estrellas están presente en ti, también lo están en mi. Tu no estás fuera de mí, y yo tampoco estoy fuera de ti. Tu eres mucho más que mi entorno. Tu eres yo.

Hago el voto de ser continuamente consciente de que siempre estás en mi y de que yo siempre estoy en ti. Me comprometo a ser consciente a que tu salud y bienestar son mi propia salud y bienestar. Se que necesito mantener esta conciencia viva en mi para que ambos estemos en paz y crezcamos felices, sanos y fuertes.

A veces me olvido. Me pierdo en confusiones y preocupaciones de la vida cotidiana, me olvido de que mi cuerpo es tu cuerpo; y a veces me olvido incluso de que tengo un cuerpo. Inconsciente de la presencia de mi cuerpo y del hermoso planeta que me rodea y me impregna, soy incapaz de reconocer  y celebrar el precioso regalo de la vida que me has dado. Mi deseo profundo, querida, Madre, consiste en despertar al milagro de la vida. Me comprometo a aprender a estar presente en cada momento, para mi, para mi vida y para ti. Se que mi consciencia es el mejor de los presentes que puedo brindarte, el más precioso de todos.

Thich Nhat Hanh

Un canto de amor a la tierra.

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