El estilo paranoico de pensamiento, encarnado por los adalides de la posverdad, tanto negacionistas (Darío Acevedo, Alvaro Uribe, Trump, Maduro, Bolsonaro) y conspiracionistas (en su mayoría afines a la extrema izquierda o derecha, desencantados de las instituciones, los medios, la ciencia y escépticos de las relaciones interpersonales), nos mantienen distraídos de las verdades más profundas que acunan en nuestra historia personal y social, en nuestros intentos, en las verdades que emergen en las interacciones en comunidad, de lo que puede acontecer en nuestras conversaciones y lo que podemos hacer en este justo momento. Este estilo aunque con el propósito de la válida sospecha, quiere deconstruir y llevarnos a un escepticismo radical, generando en la mayoría de la ocasiones en las mentes individuales y colectivas profundizar en mayores niveles de desconfianza, asunto que inmuniza la posibilidad de transformaciones reales y debilita las capacidades para que surja algo nuevo, una creación singular, la auto-organización local, colectiva, global y solidaria. Este podría ser un ejemplo de cómo el antagonismo radical de los extremos en su odio y enemistad profunda, resultan utilizando las mismas tácticas y sosteniéndose recíprocamente. Como señala el historiador Richard Hofstadter, "el mismo estado de ánimo, pero con un villano diferente". Todo un círculo vicioso y abono para la guerra.
Las narrativas conspiranoicas, aunque parecen a primera vista como versiones alternativas o la otra cara de la información hegemónica y oficial, son bastante útiles para el statu quo. La mayoría de veces su lema y función es reducir la realidad a dos posiciones y polos (los modernos lo exhiben como una lucha entre ganadores vs perdedores); (los míticos o tradicionales entre pecadores vs santos), (los revolucionarios, vencer o morir, capitalismo vs comunismo), los posmodernos (coloniales vs decoloniales; opresores vs oprimidos; conocimiento local vs universal).
En el plano psicológico, estas matrices generalizantes fungen como meros artilugios fantasiosos, proyecciones de psiques ansiosas y desencantadas y expresión de la dificultad de mayores niveles integración: síntomas de fuerte alergia y polarización… por eso se piensa que estas narrativas, más que ideologías, las impulsa en muy buena medida la psicología y el miedo, con consecuencias insanas muchas veces como la depresión, el aislamiento, la división, el desempoderamiento personal y colectivo, que abre el terreno para 3 situaciones: que las cosas sigan igual; quedarnos psico-rígidos con el mismo sistema operativo y finalmente (dado que el mal y el bien se plantean de maneras absolutas) quedarnos frustrados en luchas interminables.
En el plano psicológico, estas matrices generalizantes fungen como meros artilugios fantasiosos, proyecciones de psiques ansiosas y desencantadas y expresión de la dificultad de mayores niveles integración: síntomas de fuerte alergia y polarización… por eso se piensa que estas narrativas, más que ideologías, las impulsa en muy buena medida la psicología y el miedo, con consecuencias insanas muchas veces como la depresión, el aislamiento, la división, el desempoderamiento personal y colectivo, que abre el terreno para 3 situaciones: que las cosas sigan igual; quedarnos psico-rígidos con el mismo sistema operativo y finalmente (dado que el mal y el bien se plantean de maneras absolutas) quedarnos frustrados en luchas interminables.
Las teorías conspiranoicas, además de tranquilizadoras y consoladoras, son consecuencia de la pérdida de confianza y el descrédito de la racionalidad científica y el renacimiento de la fe por las creencias religiosas, las ideas pre-racionales y mágicas como las ideas de la tierra plana, la homosexualidad como enfermedad, la curación de las enfermedades mediante el pensamiento positivo, la maldición de los negros y judíos, la inferioridad de los indígenas y si vamos más lejos, en el pregón que se decía en el siglo XIX que las mujeres intelectuales caerían en la locura,…en el siglo XX tal odio se ve reflejado para muchas personas de pensamiento crítico y orientación de izquierdas, en todo lo que venga de Estados Unidos, o suene a organización empresarial, ciencia, economía, dinero y capitalismo.
Aunque algunas teorías conspiranoicas han corroborado ser ciertas en la historia antigua y reciente y muchas reflejan un rasgo humano fundamental, la necesidad de contar historias, fabricar mitos y relatos, en momentos de pandemias como las actuales que estamos viviendo por el Covid 19, tienen la función de ofrecer soporte y coherencia ante el caos y la incertidumbre.
Instalo aquí una intuición personal: la mejor manera de dar coherencia en momentos de ambigüedad y de crisis, como pasa en las enfermedades y muertes de seres queridos, no es fortalecernos con dogmas y consuelos psicológicos, sino re-considerar lo más valioso, preguntarnos por lo esencial, por nuestras relaciones, por la sencillez y la vida en su conjunto; integrar nuestro más profundo propósito con la intención más creativa y compartirla en comunidades y redes más amplias, que permitan re-organizarnos mejor y de maneras más sabias, compasivas e inteligentes.
Instalo aquí una intuición personal: la mejor manera de dar coherencia en momentos de ambigüedad y de crisis, como pasa en las enfermedades y muertes de seres queridos, no es fortalecernos con dogmas y consuelos psicológicos, sino re-considerar lo más valioso, preguntarnos por lo esencial, por nuestras relaciones, por la sencillez y la vida en su conjunto; integrar nuestro más profundo propósito con la intención más creativa y compartirla en comunidades y redes más amplias, que permitan re-organizarnos mejor y de maneras más sabias, compasivas e inteligentes.
Comparto a continuación algunos trabajos representativos de investigadores que han ahondado en las teorías de la conspiración desde diferentes enfoques: en el campo de la historia (Richard Hofstadter y su texto pionero sobre la conspiración del año 1964); en la sociología (Ted Goerzel); en el periodismo (los trabajos de David Aaronovitch y Matthew D´Anconna); en el ámbito de la salud pública y las ciencias políticas (Brendan Nyhan quien investigó sobre el Zika y la fiebre amarilla 2018 en Brasil) y en la psicología (Robert Brotherton quien hizo su tesis doctoral sobre psicología y teorías conspirativas):
El artículo de Brendan Nyhan, The Effects of Corrective Information about Epidemics: Evidence from Zika and Yellow Fever in Brazil, examina la prevalencia y persistencia de las percepciones erróneas y las teorías de conspiración en Brasil e informa los resultados de experimentos prerregistrados que examinan la efectividad de los enfoques actuales para combatir las creencias falsas durante la epidemia de Zika y el posterior brote de fiebre amarilla en el país. Los resultados que se resumen en esta investigación, concluyen que "los esfuerzos para contrarrestar las percepciones erróneas sobre las enfermedades durante las epidemias y los brotes pueden no ser siempre efectivos y, en algunos casos, pueden socavar la comprensión pública de las epidemias…los intentos de refutar las percepciones erróneas y las teorías de conspiración con información correctiva en realidad redujeron la precisión de las creencias de las personas sobre las verdaderas causas y consecuencias de Zika".
Termina afirmando esta investigación "que en algunos casos, la mejor manera de vencer las percepciones erróneas puede ser evitar desafiarlas directamente…En su lugar, puede ser más efectivo buscar estrategias alternativas que no impliquen una desacreditación directa, como programas educativos para alentar a los padres y a los niños a comprometerse con la información de salud pública"
La conspiración y la negación son dos caras de la posverdad. La posverdad es la política del puro espectáculo. Es muy fácil caer allí, identifique su enemigo más acérrimo y llénelo de insultos, póngale imaginación y ya está en el juego. Todos pueden elegir las verdades como un buffet y también las falsedades. El problema no está en si nos mienten o no, es de sobra conocido las mentiras del sistema, así como también los diseños arbitrarios para la escasez, las tácticas descalificadoras, igualmente sabemos de lo nocivo que son las mentiras que nos echamos a nosotros mismos, la cuestión delicada en mi sentir, son nuestras reacciones emocionales y la parálisis y polarización que generan este tipo de discursos. En vez de hacernos progresar, dar un salto, cambiar comportamientos, paradigmas culturales e imaginar otra sociedad, no hacen volver atrás para consolarnos y ratificar lo que ya pensábamos.
Termina afirmando esta investigación "que en algunos casos, la mejor manera de vencer las percepciones erróneas puede ser evitar desafiarlas directamente…En su lugar, puede ser más efectivo buscar estrategias alternativas que no impliquen una desacreditación directa, como programas educativos para alentar a los padres y a los niños a comprometerse con la información de salud pública"
La conspiración y la negación son dos caras de la posverdad. La posverdad es la política del puro espectáculo. Es muy fácil caer allí, identifique su enemigo más acérrimo y llénelo de insultos, póngale imaginación y ya está en el juego. Todos pueden elegir las verdades como un buffet y también las falsedades. El problema no está en si nos mienten o no, es de sobra conocido las mentiras del sistema, así como también los diseños arbitrarios para la escasez, las tácticas descalificadoras, igualmente sabemos de lo nocivo que son las mentiras que nos echamos a nosotros mismos, la cuestión delicada en mi sentir, son nuestras reacciones emocionales y la parálisis y polarización que generan este tipo de discursos. En vez de hacernos progresar, dar un salto, cambiar comportamientos, paradigmas culturales e imaginar otra sociedad, no hacen volver atrás para consolarnos y ratificar lo que ya pensábamos.
Y para terminar, les comparto la Receta de la infusión paranoica:
1. Detecte enemigo o el polo más despreciado por usted.
2. Póngale toques de ira y miedo
3. Busque en Google con algunos tags que alimenten esta información y este estado de ánimo que confirma los prejuicios que usted ya tiene
4. Satúrese de esta información… no busque otras fuentes.
5. Antes de tomar, perciba cómo su alma empieza a teñirse de dos tonos: el que usted ama y el que usted odia.
6. Sírvase caliente y tómesela de un solo trago.
7. Compártala con todos sus amigos.
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