miércoles, 17 de julio de 2019

I Encuentro Hispanoamérica Integral

En junio estuve participando en el I Encuentro Hispanoamérica Integral que se realizó en Bogotá. Fue maravilloso encontrarme con 130 personas provenientes de diversos países de Latinoamérica, Europa y de Estados Unidos que compartían un lenguaje y brújula común, la visión integral desarrollada por Ken Wilber y su aplicación en diferentes ámbitos como la salud, la educación, el arte y la cultura, la arquitectura, la espiritualidad, el mundo organizacional, la psicoterapia, la medicina, la justicia y la política. Un encuentro entre personas radiantes, transdisciplinarias, investigadores, artistas, activistas, empresarios, trabajadores sociales, educadores, creadores, líderes espirituales, que muy bien encarnaban el trabajo interior, la complejidad de su visión, la apertura a compartir la vulnerabilidad y el entusiasmo de co-crear juntos el mundo.

Dentro de las diversas aplicaciones del sistema operativo integral que allí se presentaron, me encantó observar la sinceridad, el humor y los aspectos visionarios propuestos en la literatura, el trabajo con la sombra, la psicología del desarrollo adulto, las meditaciones relacionales, la creatividad organizacional y muchos círculos donde predominó la escucha profunda, la presencia plena y donde se entrelazaba la confianza, las visiones sistémicas y personas abiertas a darle la bienvenida a cada uno, como totalidad, con respeto y amor.

Conocí los avances que se vienen realizando desde la justicia consciente, una plataforma para visualizar a través de un test digital, las visiones de mundo, las diferentes modalidades de consciencia ligado a los colores de la dinámica espiral. También participé de un taller con Terry Patten, el co-creador del libro, Práctica Integral de Vida, donde orientó en una práctica con los 3 cuerpos, combinando, juego, movimiento, canto, respiración, masajes, meditación, oración…conexión con el mundo sutil y con la energía.

También se abordó el trabajo con la sombra, con los traumas (personales, familiares y culturales), la belleza y la tragedia de nuestro tiempo, la potencia del trabajo de limpieza, el trabajo con los dolores más profundos, los sufrimientos, los estados reactivos (contracciones) y del yo que no queremos ver, lo que odiamos y rechazamos de nosotros mismos. El taller sobre los traumas personales y culturales, lo realizó Doshin, un maestro Zen, lleno de dulzura y profundidad, con un humor vibrante, que viene trabajando la sombra, comprendidas como un auto-engaño, una mentira, evidenciados a través de las adicciones (con lo que estamos sobreidentificados y a lo que estamos apegados) y las alergias (lo que nos desagrada, lo que rechazamos, lo que odiamos) y a nivel cultural a través de los prejuicios, las guerras y los fanatismos. Hubo paneles donde se contaron los avatares del movimiento integral (Jeff Salzman, Terri O Fallon, Terry Patten, Roger Walsh, Pablo Reyes) y los desafíos a futuro. Grupos de trabajo que abordaron grandes koanes de nuestro tiempo y el propósito de acción colectiva, siempre inspirando el desarrollo y la co-evolución.

Me voy muy inspirado de este hermoso encuentro, con mayores herramientas para trabajar en la cotidianidad, para ser más generoso y sincero en los intercambios, así como también, con mayores preguntas respecto a las paradojas de nuestro tiempo, para seguir trabajando más conscientemente mis apegos y alergias y a la confluencia e integración de lo personal, lo profesional y lo cívico. Fue un evento en donde amplié  la red de amigos y de personas que son fuente de trabajo visionario, y liderazgo en sus comunidades, así como también tuve la fortuna de tener el acercamiento a otras fuentes, recursos e historias para seguir expandiendo la conciencia integral y la consciencia global en cualquier momento y en cualquier lugar. Gracias a todos por la apertura, la inteligencia sentida, la disposición a la escucha y la acogida de la belleza y de la vulnerabilidad.


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