jueves, 11 de abril de 2019

Ciudadanía global y Tecnologías

Aún cuando he sido muy optimista respecto al mundo de las tecnologías, frente a sus posibilidades de aprendizaje conjunto, creación de ciencia ciudadana y la relación entre arte y medios digitales para  su apropiación creativa con diferentes públicos, hoy percibo que estamos expuestos a mucha información que no alcanzamos a digerir y  procesar. Sabemos mucho de las noticias del mundo, pero hay poca presencia, diálogos fecundos e intercambio de tiempo y silencio. Estamos en una aldea global pero son pocos los ciudadanos globales. Ser ciudadano global no es solo replicar información o vender productos, es crear una comunidad, un espacio de experimentación y de pensamiento, iniciar acciones colectivas de participación y seducción que contribuyan a mejorar las condiciones de vida y la salud e integridad de todas las personas. Ante tanta exposición de noticias, hay otro asunto y es que parecen ser más las que hablan de cosas traumáticas y desoladoras y pocas de las soluciones a los problemas que nos aquejan. Confundimos el pensar críticamente con develar información alternativa, como si ofreciendo este acceso ya fuera suficiente para las transformaciones que nos esperan. Otra de las situaciones alarmantes es que las tecnologías se convirtieron también en sustitutos del alma, interrumpiendo la atención, generaron un cortocircuito frente a los propósitos más profundos. Así que podemos dar el paso para estrenarnos el carnet de ciudadanía global, estableciendo compromisos de integración de tantas cosas sueltas, que parecen islas y que resultan que son solo el reflejo de nuestra desconexión, de nuestra incapacidad para realizar la componenda, de trazar la novedad en cada presente.

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