Por el aluvión de noticias que nos llegan en los últimos años, acerca de cuestiones tales como la discriminación hacia las mujeres, el machismo, la violencia de género y el abuso sexual, nos hace interrogarnos a todos sobre nuestra capacidad de comprensión y respuesta sobre estas problemáticas. Invito a todos los hombres a considerar el feminismo con mucho más respeto y creatividad, ya que por mucho tiempo o nos hemos hecho los locos, o hemos creído que es un asunto exclusivo de las mujeres, quizá para mantener las situaciones de dominación y confort, los comportamientos violentos y sexistas que necesitan desde ya empezar a transformarse. A las mujeres también una invitación a la apertura, al diálogo, la autonomía y a un trato más solidario.
Aquí va una lluvia de ideas para trabajar estas cuestiones : 1) hacer conciencia de los hábitos machistas que están soterrados en nuestras memorias personales, en los pensamientos y acciones y también arraigados
profundamente en los sistemas sociales y
culturales. 2) abordar en profundidad todas estas disfuncionalidades y
patologías del ser humano y no quedarnos sólo en los síntomas; 3) mejorar nuestras capacidades relacionales; apoyarnos mediante
comunidades y espacios de conexión que nos permitan descubrir juntos las potencialidades
que nos hacen seres humanos. 4) realizar comunicaciones más compasivas que no
solo señalen los problemas sino que también convoquen nuevas alianzas,
propuestas reales y cotidianas para la transformación individual y colectiva. 5)
integración de lo masculino y lo femenino; 6) comprensión de la importancia del trabajo de cuidados y crianza y de las
transformaciones en las leyes e instituciones sociales; 7) una invitación a los
educadores, hacer consciencia del papel tan importante que han jugado las mujeres
en el sostén de la vida en el planeta, la afirmación de luchas y resistencias
mediante el activismo social y los aportes a la contribución al
conocimiento y la sabiduría; 8) por último una inmensa gratitud a todas las mujeres, por su amor, fertilidad,
consciencia y compasión: a la madre tierra, al linaje ancestral, las abuelas,
madres, parteras, chamanas, brujas, sabias, hijas y parejas por tanto que nos han dado. Y también a todos los hombres que encarnan
la belleza, el cuidado, la dulzura y la reciprocidad en todas las relaciones.