lunes, 8 de junio de 2020

Sobre el Racismo

La lucha contra el racismo es hoy urgente, forma parte de la desantropocentrización y un problema a abordar de una manera sistémica relacional y contundente. Los currículos educativos actuales podrían hacer mucho frente a esta problemática que está directamente relacionada con la desigualdad, la exclusión y la discriminación movilizados por nuestros prejuicios más usos del poder.

El racismo parte de la condición de deshumanización extrema de otro ser humano… tiene que ver con la idea y sesgo de superioridad, con pensar que se pueden señalar ciertas características físicas como indicadores de lo apropiado, lo bueno y lo superior… la identidad de la persona racista parte de una generalización errada y de una visión limitada y empobrecida de los demás… tanto en el racismo, como en el especismo, opera la discriminación y la exclusión,…y está en un primer plano la lucha entre nosotros y ellos… los campos de concentración, la brutalidad policial, las guerras religiosas, el terrorismo, la xenofobia y los etnocidios, tienen como denominador común el etnocentrismo… y cuando este está armado y enojado, representa un peligro para toda la sociedad.

Audre Lorde - Libro Aquí La hermana, la extranjera

bell hooks 

Como el racismo es una cuestión tan actual (a pesar de que el concepto de raza en el ámbito de la ciencia parece ya en desuso) y en un tiempo de alza de neofascismos, migraciones masivas, biopolítica y tanatopolítica, parece que no es fácil hablar de esto sin caer en peleas  y polarizaciones…es un problema que se necesita abordar de múltiples perspectivas y desde una visión integral.

Será el racismo solo un problema de salud mental, casos de sociópatas y psicópatas o de gente loca por el poder y el status ? Será un problema de sesgos y prejuicios que se manifiestan al realizar distinciones acerca de propiedades físicas de las personas, discriminando ya sea por el color de la piel, la raza, nación, la identidad sexual, la clase, la religión? ¿Será tal vez un problema arraigado en una visión cultural donde predomina, la separación, la codicia, el control, el egoísmo, el narcisismo y la adicción al poder? Será una función del legado histórico de violencia colonial, de injusticias y discriminación sistémica, de la fuerza de las instituciones que radicalizan las brechas y las desigualdades sociales?

El problema del racismo parece ser entre 2 bandos, blancos y negros, pero abordado de una más general es una patología que emerge de la identidad etnocéntrica, en la cual mi tribu y mi grupo es lo único verdadero...es decir, donde defender a mi grupo es mi único propósito. Esta identidad se ve muy claramente en los policías, ejércitos, fanáticos religiosos, políticos dogmáticos, barras de fútbol, activistas, familias conservadoras y personas clasistas.

El racismo, los abusos sexuales, el extractivismo, el patriarcado, el consumismo, la transfobia, la extinción de animales, son quizá la materialización y la puesta en marcha de la lógica extrema y patológica del antropocentrismo, de poder disponer del otro para mi propio beneficio, para definir mi superioridad, mi status, mi poder de control sobre los otros, las cosas y las situaciones, hasta los casos extremos y psicopatías, de incluso sentir placer por el sufrimiento de los demás. La fuente de un egocentrismo y etnocentrismo exacerbado parecen ser la marca de estas identidades alienadas.

Como frenar o trascender entonces esta alienación? Cómo transformar nuestros prejuicios raciales, nuestra idea de superioridad y dominio sobre los demás? Sabiendo que el racismo es un problema sistémico y complejo, cuáles son las piezas y totalidades que se vienen excluyendo de todo el juego que necesitan ser de nuevo integradas? Aquí algunas claves que se pueden practicar en contextos educativos.
·       Reconocer nuestros privilegios sociales, hablar sobre ellos, como una forma de compasión que abra la mente y despierta el corazón a otras personas cuyas circunstancias son diferentes a las nuestras…
·       Conversar sobre cómo el racismo se ha inculcado en la familia y en la escuela desde que somos niños.
·       Creación de juegos de rol donde se otorguen unos privilegios a algunos estudiantes y se reste poder e igualdad a otros. Invertir roles y ver y conversar cómo se sienten… qué pasa en este ejercicio.
·       Procurar que las conversaciones nos permitan ver nuestros puntos ciegos, sesgos ocultos, los prejuicios y falsas ideas sobre la identidad, hablar en iguales proporciones de nuestras potencialidades y vulnerabilidades.
·       Traer a colación en las conversaciones, historias de vida en donde nos hemos sentido más que otros y cuando otros han hecho mal uso de su poder vulnerando nuestra dignidad…observar diversas formas de micro-agresión y micro-racismo.
·       Ya que los sesgos son difíciles de ver, la fragilidad blanca, como lo enuncia en su libro la activista Robin DiAngelo (la reacción defensiva de los blancos cuando una persona racializada les dice que son racistas) podemos aprender a verlos, cuando abrimos espacio para que otras personas nos los señalen.
·       Crear prácticas pedagógicas donde se valore la diversidad y la multiculturalidad como ventajas y riqueza y no como algo peligroso y riesgoso.
·       Restablecer prácticas cotidianas que animen a la conexión entre las personas, los territorios y culturas[1]:

En tiempos de racismo y sexismo brutal, en las prácticas pedagógicas y conversaciones, podemos observar con curiosidad los sesgos internos y las estructuras tácitas y sesgos internos personales y los sesgos del sistema social… todos podemos empezar a reconocer nuestros sesgos, empezar por los de género y raza, sería una manera de hacer frente ante tanta desigualdad y discriminación. Una herramienta didáctica podría ser la construcción de micro-historias acerca de los sesgos de género y de raza y compartirlos en grupo e identificar como nuestro rol actual, nuestros comportamientos han generado algún tipo de discriminación y violencia… paralelamente se pueden introducir noticias, experiencias personales y sociales para poner casos reales y poder generar conversaciones que transparenten estos patrones ocultos.

“Sabemos que no es tan fácil hablar sobre estas experiencias de discriminación, ni tampoco fácil escucharlos. El dolor se mantiene en privado. En muchos contextos se viene aprendiendo a expresar con cuidado y amor el dolor, el sufrimiento, los traumas, como una opción de curación y trascendencia. Todos tenemos sufrimiento en común, pero existen diferencias reales en los tipos de lesiones y la gravedad del sufrimiento que han vivido las personas. Debemos reconocer el sufrimiento debido a las circunstancias de la vida y el sufrimiento infringido por discriminación y persecución. Estos últimos vienen por ser alguien transgénero, líder social, activista ambiental, negro, judío, musulmán, latino, mujer, cristiano. Al comunicarnos con nuestra historia compartida de sufrimiento podemos apreciar nuestra humanidad imperfecta pero preciosa. Y desde este punto de conexión profunda, elevamos nuestras posibilidades de un futuro compartido más feliz”.
(Compassionate Conversations, Diane Hamilton, 2020)



[1] Los rituales, el arte, la comunidad, la familia, la sexualidad, el humor, el asombro, los cuidados, la conexión con lo natural, la dignidad, el trabajo con sentido y consciencia global, las economías solidarias y del bien común y todas las fuerzas de la intimidad erótica, podrán remendar tal situación, expresión de la fragmentación, a través de otras experiencias (otro cableado) donde habite y se sienta la fuerza de la integración, el encuentro, la resonancia, la sanación, la simbiosis, la empatía y la solidaridad.

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