Contrastes sutiles entre lo analógico y lo digital, entre el resto y lo que falta. Sustracciones de lo real en lo inconmensurable.
jueves, 19 de junio de 2008
Alva Noto & Ryuichi Sakamoto
miércoles, 18 de junio de 2008
Entrar en las nervaduras del presente
"Un trabajo que incumbe a los pensadores ciberculturales y no sólo a sus teóricos, es seguir construyendo “cajas de herramientas”, propagar las señales que circundan el planeta, componer códigos abiertos que dejen espacios vacíos para ser articulados por la potencia del nosotros –y algo sumamente importante– que apoyen esta serie de dibujos metafóricos y conceptuales que pueden derivar en la hechura del wiki de la inteligencia compartida, en software libre del pensamiento.
Esto marcaría distancia con las investigaciones que leen la realidad sin implicación de las subjetividades, sin murmullo y sin red que las conecte. En épocas de enlaces y de hipervínculos, nos apremia entrar en las nervaduras del presente y esculpir ahí nuevos sentidos de realidad. Es el sentido de realidad humana el que nos conecta en un vínculo directo con el pensamiento y con la creación de mundo. A lo mejor, no tenemos mucho tiempo para lamentarnos, para huir del planeta, el capitalismo ha afinado sus estrategias de poder. En tiempos donde se abren tantos espacios para el discurrir de lo vital, tantas academias en donde se baila, el asunto está en electrizar el campo magnético en donde los relámpagos desplazan las inercias que repliegan la subjetividad estándar.
Este es el lugar, pensamos nosotros, en donde la pregunta por los usos sociales y estéticos de los repertorios tecnológicos adquiere su mayor consistencia, su pleno vigor político y existencial. Otras entradas, muy válidas por cierto, son ritmadas tácitamente; su procedencia emerge de las cuencas de las artes y del pensamiento filosófico y son aquí y ahora convocadas para componer una balsa en la cual atravesemos las fronteras y los límites en trance de una actitud decidida y abierta frente al mundo. De ahí para adelante podemos volvernos cada vez más específicos, hacer todas las notas de pie de página, contrastar hipótesis, hasta especular, pero eso sí, nunca echar a perder el horizonte de la composición de las subjetividades, desafío al que nos vemos remitidos hoy y en especial en el siglo que ya comienza".
Fragmento del artículo publicado en la Revista Nómadas N°28, IESCO-Universidad Central, Abril de 2008, Monográfico dedicado a las Ciberculturas: metáforas, prácticas sociales y colectivos en red. Andrés Fonseca.
jueves, 12 de junio de 2008
SER CIUDADANO
SER CIUDADANO PARA PAUL BARRY CLARKE CO-IMPLICA...
A. Participar en la dirección de la propia vida.
B. Tener conciencia de que se actúa en y para un mundo compartido con otros y que nuestras propias identidades se relacionan y se crean mutuamente.
C. Entender la diversidad como pluralidad.
D. Participar en una conversación -no en una tertulia- con el mundo.
E. Dialogar con la alteridad.
F. Ofrecer alternativas para que la ciudadanía no sea meramente formal o superficial.
G. Pensar fuerte el mundo para adquirir compromisos fuertes con él.
H. Tener una existencia compartida.
I. Ser político: ser partícipe en los asuntos públicos que nos conciernen.
J. Huir del mero egoísmo, del sectarismo.
K. Ser ciudadano activo, ampliando el espacio público y extendiendo el alcance de las actividades cívicas.
L. Educarnos en el ejercicio de la ciudadanía.
M. Ser sujeto social, es decir, ser sujeto activo partícipe en una democracia directa y de paso ejercer una democracia de proximidad.
N. Ser yo-ciudadano: cultivar el juicio reflexivo, vivir una existencia de múltiples tramas, enriqueciendo el ejercicio de la libertad.
O.Comprometerse con la suerte del mundo.
P. Procurar la mejora del yo, de los otros y del mundo.
Q. Ser capaces de pensar desde el punto de vista de los demás.
R. Pensar nómada, alejándonos de la tiranía de las categorías únicas
Ser ciudadano significa afrontar en todo momento decisiones políticas, y son políticas todas las decisiones que se refieren al mundo. Comprometerse con la suerte del mundo significa ser político; serlo consciente y consecuentemente significa ser ciudadano pleno.
PAUL BARRY CLARKE. SER CIUDADANO. MADRID. SEQUITUR. 1999
lunes, 9 de junio de 2008
Frente a la arquitectura dominante, el movimiento de las pasiones alegres
Abres tus alas al viento atómico
miércoles, 4 de junio de 2008
Política en la cibercultura
La confianza en las “nuevas cualidades” liberadoras del entorno cibernético como posibilidad de resistencia política y producción cultural, nos enfrenta a dos polos que tensionan la ficción del cyborg y exacerban su hibridez. Por una parte, las lógicas y marcas contextuales e históricas de los sujetos ligados a otros modos de producción como el fabril o el agrario en nuestra región y que entran en conflicto con la lógica de la producción inmaterial y las transformaciones mentales que las tecnologías de la información propician hoy. Este polo lo podemos denominar el de la memoria y las raíces. Y, de otra parte, las implicaciones de asumir una ecología cibercultural: lo otro, no es sólo humano, es lo viviente y lo animado. ¿Cómo se construyen proyectos en común en este entramado humano-máquina-organismos? Este polo lo podemos llamar el salto nómada al futuro. Salto que produce vértigo ante lo desconocido, ante la ruptura de los paradigmas ontológicos y epistemológicos en que nos hemos movido.
Este impulso del cyborg está más próximo al artista que al del “científico” obsesionado por la “cientificidad” de sus hallazgos. Pero este sujeto no es evidente, más bien como sugiere Guattari (1996:22) convendría hablar de “componentes de subjetivación” cada uno de los cuales trabaja por su propia cuenta, en posición de “terminal” respecto a procesos que implican colectivos humanos, conjuntos socio-económicos, máquinas informáticas en una tensión existencial realizada por medio de temporalidades humanas y no humanas (lo animal, lo ambiental, lo tecnológico), ligadas también a dimensiones institucionales y de clase social que aún regulan la dirección de los grupos humanos. Así la subjetividad se instaura en el cruce de múltiples componentes relativamente autónomos los unos de los otros y, en algunos casos, discordantes, subjetividad que a su vez se traduce en una política ligada acciones y alianzas contingentes de afinidades, más que a grandes proyectos nacionales.
martes, 3 de junio de 2008
Danza Ligera
"Hay quien dice que el problema de los ordenadores en África es que no hay suficientes. Pero es todo lo contrario, los ordenadores son portadores de los ideales de África, tienen que ver con la conectividad, con compartir, con el sentimiento de conversación global sobre grandes temas y pequeños detalles, la implacable densidad de la sobrecarga de información y, sobretodo, el deseo de implicarse y hablarlo todo - y esto es algo que se encuentra fácilmente en cualquier esquina de cualquier calle de África."
"Sólo quiero resaltar que la África Digital no sólo existe, sino que lo hace desde hace tiempo. Y la historia nos dará la razón porque todo el mundo, en cada momento del día, vive del arte de mezclar".
"La mezcla (el remix) es el lenguaje invisible de nuestro tiempo y el ser DJ es una de las formas de arte más importantes a finales del siglo XX. Las mezclas de un DJ son esculturas de estado de ánimo"
"Es a través de la mezcla en donde todo se conjuga. La reconfiguración de lo étnico, lo nacional, la identidad sexual y la voluntad humana es lo que conlleva a otra era de evolución social"
RAM_city
Revista Nómadas Nº28, Ciberculturas
A propósito de las ciberciudadanías
Concepto extraño en el momento de ligar, condensar, expresar una condición de hibridación contingente y perteneciente a nuestra época y a nuestro siglo, como lo es lo ciber, con una categoría moderna que se desprende de las relaciones de los hombres con su territorio, ciudad; cierta identidad estatal, cierta representación en la esfera pública; y en otros casos cierta libertad en la que autorizamos y cedemos al otros, al partido - verdadera identidad política del siglo, nuestras potencias; ciudadanía como un modo de ejercicio de política en sociedad civil, contemporánea a lo institucionalidad, la legalidad y cierta formalidad trascendente de la forma-Estado, a la constitución, al derecho y a los deberes . Aún por ser paradójica, el pensar desde esta categoría, nos ha de poner en un escenario bilingüe, ambivalente y no exento de problemas. Pero intuyo yo que más que ligar ambos términos con afanes de comprensión (lo ciber, con lo ciudadano) habríamos de pensar en las condiciones que están haciendo posible la activación de cierta pasión por el compartir, de comunicar sentidos de realidad que pasan por otros lugares, otras prácticas y pensamientos, sensaciones, afectos y virtualidades anónimas.
El poder de las Redes
Prácticas (ciber)ciudadanas
Preguntarnos por las prácticas ciudadanas, implica necesariamente pensar en los tipos de vínculos sociales que construimos, en la historicidad que nos constituye, en las relaciones, lugares, tiempos en donde nos hacemos. Implica a su vez preguntarnos por la ciudad que practicamos, reflexionar acerca de la ciudad imaginada, en el tipo de grupos, alianzas de amigos, colectivos y experiencias,...que nos hacen ser lo que somos, lo que pensamos y hacemos en comunidad y la comunidad que hacemos y pensamos; es decir en las maneras de compartir y de participar y también en las formas de enunciar y expresar.
De esta forma los espacios ya no son solo lugares sino representaciones y por tanto la ciudadanía, en tanto práctica y construcción, también es posible pensarla desde una representación (si se quiere simbólica) en tanto se está, en muchas ocasiones, en un espacio representado, en un espacio virtual, y en los que confluyen también lo real, pues los medios, las nuevas tecnologías de la comunicación y la información permiten la extensión de la ciudad, en su posibilidad de configuración de lugares de encuentro, de expresión, de significados entre sujetos, entre individualidades, entre subjetividades, (volátiles y flexibles y que existen en el instante del encuentro) que permiten un accionar, un estar en lo colectivo, en la creación, en la construcción de proyectos comunes.
ES EL TRABAJO HUMANO EL QUE PRODUCE RIQUEZA
El ciborg es materia de ficción y experiencia viva
"La realidad social son nuestras relaciones sociales vividas, nuestra construcción
política más importante, un mundo cambiante de ficción. Los movimientos
internacionales feministas han construido la ‘experiencia de las mujeres’ y, asimismo, han destapado o descubierto este objeto colectivo crucial. Tal experiencia es una ficción y un hecho político de gran importancia. La liberación se basa en la construcción de la conciencia, de la comprensión imaginativa de la opresión y, también, de lo posible. El ciborg es materia de ficción y experiencia viva que cambia lo que importa como experiencia de las mujeres a finales de este siglo. Se trata de una lucha a muerte, pero las fronteras entre ciencia ficción y realidad social son una ilusión óptica".
EL TENSIONAR COMO EXPERIENCIA INVESTIGATIVA
El proyecto de investigación en sus primeros encuentros, ha sido a nuestro parecer la ocasión fecunda para reconocernos como seres en cuestión, seres en la pregunta. Esta cualidad nos ha permitido entrar en una tensión para no salir de ella; por tal motivo, más que responder al interrogante que somos, al interrogante en cuanto investigación, hemos decidido resueltamente entrar y realizar esta travesía afectiva con el vigor necesario para escuchar y entrar en juego.
La tensión, pensamos, es la inclinación fortuita para que en el encuentro nos convirtamos en otros diferentes. Es por eso que decimos que sin tensión no hay ni pensamiento ni menos conversación. A lo mejor, este modo de ser en el mundo, sea nuestra condición como investigadores y aún más como experiencia en el mundo hoy.
Digámoslo así, tensionar ha sido la experiencia de nuestros primeros encuentros, sólo cuando existen diferencias en juego podemos hablar de tensión. Pero qué hemos tensionado. Primero al concepto que surge en nosotros, las intuiciones que nos allegan y se sedimentan lentamente. Segundo, al acumulado teórico del grupo de investigación en Educación y Cultura política, con las categorías y nuevas realidades que sugieren los contextos de las tecnologías de la información y la comunicación. De esta forma nos hemos inclinado a pensar y discutir categorías y experiencias como las de ciudad, nación, lo local, ciudadanía dentro de la dinámica y tránsito a sociedades posindustriales. Dicha idea, nos ha llevado a reflexionar acerca de lo que significan las tecnologías de la información y su incidencia en la construcción de nuevas sensibilidades. Situación que nos remite a la pregunta por la subjetividad y por las nuevas formas estéticas como formas vida y de experiencia cultural que a su vez evidencian diferentes tipos de relaciones de los sujetos jóvenes con lo social, lo cultural y lo político.
De esta manera ha surgido las preguntas en relación ciudad, tecnología, y las diferentes concepciones que de ciudad se han dado desde la modernidad hasta la contemporaneidad, es decir, cómo en su heterogeneidad estructural se ha transformado y al mismo tiempo mantiene viejas culturas, prácticas y estructuras sociales. También nos hemos preguntado por el concepto de apropiación social de las TIC y mirar en ellas ¿Qué caracteriza estas experiencias de apropiación colectiva, qué elemento político emerge de la misma?, o incluso, ¿hay en ellas una dimensión política?, ¿hay en ellas algo más allá de la dimensión privada, encaminadas al desarrollo social y a lo local?. Otra pregunta es por la cuestión de la ciudadanía, en cuanto experiencia hoy de actuar y vivir en la ciudad, asunto que nos ha remitido más bien a los componentes de subjetivación y a las subjetividades políticas, nociones que permiten y permitirían al trabajo de investigación ver la ciudadanía como una categoría dinámica y al tiempo dimensionar el accionar de los sujetos en la construcción de diferentes tipos de relaciones tanto con el estado, con lo social y con los otros.
Esas nuevas configuraciones, las diferentes relaciones que constituyen los sujetos y los colectivos dejan ver la idea de ciudadanía no sólo como una consecuencia de un tipo de relaciones o de estructuras predefinidas sino como una posibilidad, como un acontecimiento que se produce desde prácticas sociales y culturales. Ver de esta manera la ciudadanía, implicaría entenderla desde la relación del sujeto en la cotidianidad, con los otros, con el mundo, con la ciudad, con el Estado y consigo mismo. Pues éste sujeto se encuentra en un contexto en los que se plantean nuevas relaciones entre la cultura, las tecnologías y la naturaleza (cibercultura). Al mismo tiempo, en razón a este tipo de relaciones presentes en nuestros contextos, necesariamente hemos de comprender la política, no de forma a priori, sino como una construcción social, una respuesta al conflicto, donde la cultura es el campo de batalla, es decir, una política desde el acontecimiento.
Por último hemos conversado sobre el problema educativo orientándonos a pensar que en espacios no formales, tal mirada supone reflexionar en cómo las configuraciones de la ciudad dentro de los contextos de las tecnologías de la información inciden en nuevas maneras de aprender, en las formas de acceder a la ciudad, al mundo, a lo cultural y a lo político. Lo que nos interesa es experimentar esa transformación bullente que se está dando fuera de la escuela, donde sujetos individuales y colectivos están, en prácticas sociales concretas, redefiniendo el espacio de lo público, están configurando otros modos de interacción consigo mismos y con el mundo, que sin duda serán fundamentales luego para repensar la escuela, sus dispositivos y formatos, que ciertamente se parecen ser impermeables a dichos cambios.
LA VENTANA PARA DENTRO Y PARA FUERA
Los ojos hablan mirando, son las ventanas de lo que tenemos dentro. Las ventanas dejan entrar la luz y salir la vista. Sale un mundo y entra otro, a través de su transparencia entra el mundo completo.
Mi ventana está detrás de las calle quinta, que está detrás de las Torres del Parque, que están detrás de la carrera séptima que está detrás del hotel Tequendama, que está en medio de la ciudad de Bogotá, mucho antes de la línea del horizonte que siempre está más lejos.
Estoy detrás de mi misma, me rodeo a mi misma, soy mi primer círculo concéntrico.
El segundo círculo que me rodea es físico, calle, carrera, número, piso, sala, oficina. Objetos que me expresan, paisajes interiores que tranquilizan. En la oficina un computador, un aparato que es una ventana que mira hacia dentro, que deja ver pero no tocar.
Una terraza con materas, hojas, flores, hace de puente entre el afuera y yo. El tercer círculo. El paisaje abierto. Ambiente de ciudad. Casas seguidas unas de otras, o unas encima de otras, con ventanas que dejan entrever un pequeño y complicado mundo en su interior. ¿Qué pensaría un extraterrestre de este paisaje? ¿Creería que como cualquier otra especia terrícola, construimos madrigueras?
No siempre es igual lo que se ve. Un edificio es distinto cuando cambia el sol o le da el viento, cuando amanece o anochece, cuando el que lo mira está distraído, alegre o neutro. De todas maneras, existen los edificios, son altos, se creen muy grandes, pero cuando se los mira desde arriba son muy pequeños.
El cuarto círculo es el firmamento, el éter. Está en todas partes, arriba, abajo, al oriente y al occidente.
El quinto círculo de nuevo me encuentra a mi misma, de ir tan arriba, llegue aquí abajo.
Un círculo en medio de un círculo en medio de un círculo y muy en el fondo un vacío.
ENTRE TIC Y TECNOLOGIAS DE LA IMAGEN...DE LA APROPIACIÓN A LOS USOS SOCIALES
Algunas cuestiones que parece indispensable comprender son:
1) estamos ante un “repertorio tecnológico” esto es un conjunto crecientemente articulado de tecnologías, que comparten algunas características comunes y centrales;
2) uno de sus rasgos centrales es que son tecnologías de “coordinación de acciones” en tiempo real. La “comunicación” de contenidos, la circulación y gestión de “información”, la configuración de hipertextos, la naturaleza digital y binaria de las representaciones textuales, son atributos más o menos contingentes, respecto a la poderosa capacidad de coordinación de acciones, trabajo y experiencia humana, de máquinas con máquinas, de máquinas con hombres, de hombres con hombres, en tiempo real y de manera extendida.
3) La naturaleza de ese “tiempo real” considera a) no sólo el hecho de que se trata de tiempo inmediato y en presente continuo, sino b) de la promesa de hacer infinito (y ancho) el tiempo finito inmediato, un presente dilatado.
Esto, para desmarcarse de la idea demasiado restrictiva de “TIC” o el énfasis en aparatos concretos. Se trata de conjuntos de “posibilidades tecnológicas” que comparten algunas características, una de las más importantes es su condición de fuente de coordinaciones de acciones en tiempo real. Es respecto a lo anterior que tiene sentido empezar a ‘desnaturalizar’ la noción clave de TIC, que en mucho es deudora de las prescripciones de la empresa, de la mercadotecnia, del lenguaje de los gobiernos y los medios de comunicación, y de las esperanzas de control de las organizaciones de seguridad. La nomenclatura y noción “Tecnologías de Información y Comunicación”, que ha terminado por imponerse probablemente desde el campo intelectual y tecnoempresarial anglosajón, particularmente norteamericano, no deja de ser problemática. Basta ver, por ejemplo, la defensa conceptual que Renaud (1992) hace de su noción de Nuevas Tecnologías de la Imagen, refiriéndole a regímenes de lo visible en configuración, distintas formas de la imaginería en desarrollo y la emergencia de una discursividad numérica (digital) en que se articulan ciencia y técnica
Lo que se altera en virtud de este régimen de lo visible, es la producción social de los saberes, la producción social de las cosas y objetos, la producción social de la memoria, los procesos de creación, los procesos de comunicación. La noción de Tecnologías de Información y de la Imagen inscribe la máquina en el horizonte de las transformaciones de los regímenes discursivos, de representación y de expresión. Como puede apreciarse el énfasis de Renaud está puesto en el estatuto de la «imagen», no en la supuesta comunicabilidad expansiva y expandida que prometen este tipo de tecnologías, ni la circulación, archivado y procesamiento de información (data). Una parte importante del proyecto debe estar orientado a deconstruir, discutir y repensar los supuestos que entraña la naturalizada noción de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Se trata de evitar hacer de las “TIC” un tic, ya que la noción de tecnologías de la información parece todavía presa de la condición instrumental de la máquina: procesadora de datos e información.
Rheingold permite apreciar la centralidad de los “usos sociales” a la hora de pensar el devenir de estos “repertorios tecnológicos”. Es importante notar que las “variedades” o “diversas formas de apropiación” de esos repertorios tecnológicos es, de suyo, un atributo político. ¿Por qué y en qué sentido? Los usos sociales de esos repertorios tecnológicos tienden a ser más o menos regulados por diferentes instituciones e instancias sociales de poder: el mercado privado, las instituciones escolares, los gobiernos y burocracias públicas, las organizaciones policivas y de seguridad. En conjunto estos prescribirían un orden de usos más o menos convencionales de estos repertorios tecnológicos. La dimensión política de los procesos de “apropiación” de estos repertorios tecnológicos se manifiesta en las variedades de uso más conservadores, esto es, los que tienen mayor proximidad a las prescripciones convencionales y a los núcleos de valores canónicos dominantes; “rupturas radicales o resistencias alternativas” a esos valores, y usos “innovadores, inesperados y emergentes” respecto a esos valores convencionales. En ese sentido puede ser útil retomar la distinción establecida por R. Williams (1980) en términos de cuatro tipos de formaciones culturales: lo arcaico, lo residual, lo emergente y lo dominante. Hay usos sociales que “conservan” los valores dominantes. Hay usos que realizan y reactualizan valores residuales, esto es, valores largamente reprimidos por la cultura dominante, confinados al pasado, lo primitivo, lo no civilizado, lo no moderno, lo no racional, pero vivos, que pueden reaparecer intensamente de la mano de los repertorios tecnológicos. Hay usos que constituyen auténticas innovaciones sociales, no previstas por los diseñadores de estos repertorios, por sus mercadeadotes ni por las instituciones que movilizan los valores dominantes. En algunos casos estos usos se anticipan y movilizan –guían- al repertorio tecnológico. En resumen, hay usos sociales que se pliegan a los requisitos previstos por los poderes que diseñan el repertorio tecnológico. Hay usos sociales que resisten o invierten los términos previstos por el repertorio tecnológico. La idea esencial es que hay demandas sociales, movimientos que vienen de lo social, demandas de coordinaciones sociales, que no provienen de los repertorios tecnológicos, sino de la inventiva y magma social, las demandas de vínculos
Es de resaltar de cara al proyecto de investigación, en lo que respecta a los repertorios tecnológicos la presencia discursiva, de prácticas y usos donde se mezclan tiempos tradicionales, modernos y contemporáneos, además nos lleva a considerar tanto las maneras como predominan tecnologías de la información y la comunicación, en algunas experiencias, donde prevale la transmisión, organización y diseminación de datos, y también, experiencias donde predominan tecnologías de la imagen, como tecnologías discursivas, de expresión y representación. Nos interesan justamente las líneas de dis-continuidad entre unas y otras.
Respecto a la categorìa “apropiaciòn”, señalamos algunas inquietudes respecto a su semántica más próxima, en tanto esta refiere a aquello de “hacer propio, privado” algo. Apropiación podría resonar con otros términos como propiedad, posesión, atributo que hace alguien de algo que es común. En este caso, las políticas de masificación de TIC en nuestros países han estado acompañadas de este discurso de apropiación social, bajo el supuesto que cada quien, debe hacer privado, un “bien” de consumo. ¿Qué categoría deberíamos usar si entendemos que estas tecnologías han de ser para la creación colectiva y pública, para la expresión de memorias individuales y colectivas, para la cooperación? Por ahora, “usos sociales de los repertorios tecnológicos” nos parece que puede ser una salida (desde Rheingold, desde Certeau) y reconocemos en ella que esos usos tienen entonces un carácter político que se expresa desde las políticas de un capitalismo de la propiedad privada, y en el cual participan diferentes instancias y organismos públicos y privados, hasta políticas de resistencia donde se plantean otros modos de producción y de propiedad, donde hay una pregunta por “lo común”. Lo propio, va en detrimento de lo comùn dado que esto ùltimo empieza cuando lo aquello se diluye.
TRÁNSITOS Y TRANSICIONES
De nuevo hay mucho que pensar, pero una investigación de estos matices invita no sólo a pensar, a englobarnos en lo que pensamos, sino a pensar de otros modos, de tal forma que nos permita gozar la existencia compartida, componernos y hacernos red con las fragilidades que nos sostienen.
Una cuestión de importancia sustantiva, alude a pensar que el proyecto, el trayecto investigativo, puede aportarle a las comunidades o experiencias colectivas que realicen experiencias de apropiación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, herramientas para potenciar sus prácticas, brindándole a dichas comunidades, la posibilidad de narrar y escribir su experiencia. Pero cabe resaltar que también el aprendizaje es recíproco, dado que estamos trabajando en red y tal cuestión fluye en rizoma, se compone y altera ambas partes. No saldremos incólumes en el encuentro con el otro, a menos que vayamos a colonizar o a convertir en propio lo que es de todos y de nadie. Esta apuesta investigativa supone acechar por las legitimidades de lo común a través de la incorporación de las tecnologías.
Otro hallazgo particular que emergió en el entre de la conversación, se refiere a cómo en medio de un contexto de la incorporación de nuevas tecnologías, se van dando procesos alternos de apropiación de “viejas tecnologías” (léase periódicos comunitarios, radios comunitarias, canales locales, etc.) y cómo dichos usos atisban una relación entre las características de comunidades orales y los usos de las tecnologías, dándose entonces procesos sociales de apropiación a favor de la construcción de colectivos sociales.
Frente a las experiencias que elegiremos nos interesa la hibridación de lo tradicional y lo contemporáneo, las mixturas y apropiaciones. Nos interesa además en esa heterogeneidad, ese tránsito entre virtual-territorial, porque de alguna manera nos permite ver qué pasa en uno y otro escenario y en especial lo que pasa en el “intermedio”, en el flujo entre ambos.
Nos viene la pregunta también por las mutaciones del arte, o la experiencia de creación hoy, y sus posibilidades tanto en sus concepciones como en los dispositivos políticos que de este emergen. La pregunta proviene de la relación que establece hoy, la producción creativa en la red. Esta se viene convirtiendo en una ocasión histórica para la irrupción de lo estético, la configuración al tiempo nuevas interacciones, pues las tecnologías de la información y la comunicación permiten otros procesos de difusión (medios alternativos de distribución) y de producción (co-producción) y acercamiento a los otros y a lo otro. Así, el medio somos nosotros y la dimensión estética nos permitiría una comprensión de la dimensión expresiva, sensible y afectiva que creemos puede caracterizar una modalidad alternativa de cultura política y de relación “ciudadana” de los sujetos hoy.
Algunos interrogantes fueron los siguientes: es necesario profundizar, qué sería o cómo se ha transformado lo político en medio de las apropiaciones de las TIC, ¿Si su novedad o emergencia se constituye en un proceso de aceleración de los encuentros o intercambios?, ¿cuál es la transformación que se da en la configuración de movimientos políticos, si hay un cambio en realidad en la concepción de lo político, si se potencian las acciones y las reacciones a nivel político, o si las relaciones, en el nivel de las organizaciones políticas mediadas por las TIC, estarían cambiando sus niveles de jerarquía, es decir, si las relaciones de poder han podido pasar de relaciones verticales a relaciones horizontales, es decir, ¿lo político, efectivamente se configura de manera distinta? Y si es así ¿cómo se produce esta reconfiguración?
Preguntas por quién es hoy el joven, a qué obedece la clasificación de joven Si bien hoy, desde diversos trabajos de investigación, se ha superado la visión etárea que en un tiempo fue utilizada, y al mismo tiempo se ha dejado ver al sujeto joven como un adolescente (aquel que adolece de algo), para trasladarse a la conceptualización del joven desde sus prácticas culturales, es todavía una categoría problemática.
Nos interpelan preguntas acerca del tránsito y las trasformaciones de la ciudad, ¿cómo se ha venido configurando?, ¿cómo se desarrollan otras formas de ver la ciudad?, ¿cómo se constituyen los lazos comunicantes de la ciudad?, ¿cómo se configuran los territorios de la ciudad?, ¿qué los hace posibles?
Un asunto muy valioso para la investigación, que surge a su vez como pregunta, es la comprensión de las tecnologías entendidas más allá de la lógica instrumental, como aquellas que han posibilitado la construcción de nuevas narrativas que evidencian diferentes modos de pensar, sentir y actuar. Aun así, queda velando el interrogante, si las tecnologías pueden ser comprendidas como lenguajes, o formas discursivas, más allá de herramientas o medios, o si son una posibilidad de construcción de lo simbólico.
EL MOVIMIENTO Y LA RELACIÓN
No se puede comprender que hacen las manos sin relacionarlas con la cabeza, el corazón, los pies, los músculos, los huesos, la imaginación. No se puede pensar que las manos son simplemente la suma de los dedos y que no existe relación ni especificidad entre cada uno de ellos. Todo aquello que hemos creado los seres humanos es complejo, abigarrado, pleno de capas que se superponen, se trastocan, se mezclan unas con otras. En este sentido intentar leer una “realidad”, significa entenderla en toda su especificidad, relaciones y movimiento.
¿Qué queremos decir cuando hablamos de tensionar categorías?
Cuestionarlas, hurgar en su historia, detectar las buenas o malas relaciones que han tenido con otras disciplinas.
Contemporizarlas, descubrir los disfraces que han utilizado, ponerlas a respirar en el momento actual, jugar con ellas como si fuesen balones de fútbol-
Relacionarlas con otras categorías. Es problemático leer cualquier acontecimiento centrándose solo en una arista del poliedro. ¿Cómo comprender la cultura política actual, sin las ciudadanías, las ciberidentidades, las identidades no tan cibernéticas, las ciudades en los campos, las estéticas tradicionales modernas y posmodernas, las representaciones sobre los hombres, las mujeres, los y las jóvenes, los indígenas?
Usarlas como el horizonte teórico inicial, confrontarlas con las diferentes realidades vividas, o sufridas, por los jóvenes, las mujeres y los indígenas.
Enriquecerlas a lo largo del trabajo de interpretación, lo que también puede significar reinventarlas, cuestionarlas como horizonte teórico para entender las realidades contemporáneas.
El proceso de tensionar las categorías dentro de un proyecto como el que estamos trabajando amerita un gran trabajo de equipo, donde se discutan los núcleos problemáticos, se articulen y se apliquen de manera coherente con lo planteado por el grupo.
COMPOSICIÓN PLURAL DE AFECTOS
Investigar es tal vez la cuestión de decidir trasuntar por los umbrales del pensamiento, como abrir un espacio en el cual el nosotros acontece. Este rasgo, hace de tal vivencia, un cultivo inmanente de humanidad con el otro. El trance que hace investigación se ve intensificado por las experiencias límites en donde se revela en la mayoría de las veces un sentido errante que nos expone en la infinitud de lo finito. Esta decisión, de la que hablábamos anteriormente, nos coloca inexorablemente en una línea entre la vida y la muerte, la cual vibra en el instante en que ponemos algo en juego, algo en cuestión.
Investigar es además una composición plural de afectos singulares que tiene el poder de producir efectos, al tiempo que nos sumerge en lo desconocido, no con fines de su esclarecimiento, sino para percibir y experimentar en esa leve oscuridad centelleante, un magma, un oasis en el cual la vida se tonifica, se ve multiplicada. Cuando investigamos con los rasgos aludidos, creamos sentidos de realidad inéditos, modos de vida los cuales nos hacen no sólo esmeradamente distintos, sino proclives a la potenciación incesante de lo común.
Estas señales intempestivas que aquí fugazmente exponemos, son aquí y ahora, las que nos urge incubar sutilmente entre nosotros, nadie podrá dar legitimidad a la experiencia vivida en la investigación, si no decidimos inicialmente exponernos con todo lo que nos apasiona, con todo lo que somos y estamos deviniendo.
La tensión como experiencia investigativa o la investigación como la experiencia de la tensión
El proyecto de investigación en sus primeros encuentros, ha sido a nuestro parecer la ocasión fecunda para reconocernos como seres en cuestión, seres en la pregunta. Esta cualidad nos ha permitido entrar en una tensión para no salir de ella; por tal motivo, más que responder al interrogante que somos, al interrogante en cuanto investigación, hemos decidido resueltamente entrar y realizar esta travesía afectiva con el vigor necesario para escuchar y entrar en juego.
La tensión, pensamos, es la inclinación fortuita para que en el encuentro nos convirtamos en otros diferentes. Es por eso que decimos que sin tensión no hay ni pensamiento ni menos conversación. A lo mejor, este modo de ser en el mundo, sea nuestra condición como investigadores y aún más como experiencia en el mundo hoy.
Digámoslo así, tensionar ha sido la experiencia de nuestros primeros encuentros, sólo cuando existen diferencias en juego podemos hablar de tensión. Pero qué hemos tensionado. Primero al concepto que surge en nosotros, las intuiciones que nos allegan y se sedimentan lentamente. Segundo, al acumulado teórico del grupo de investigación en Educación y Cultura política, con las categorías y nuevas realidades que sugieren los contextos de las tecnologías de la información y la comunicación. De esta forma nos hemos inclinado a pensar y discutir categorías y experiencias como las de ciudad, nación, lo local, ciudadanía dentro de la dinámica y tránsito a sociedades posindustriales. Dicha idea, nos ha llevado a reflexionar acerca de lo que significan las tecnologías de la información y su incidencia en la construcción de nuevas sensibilidades. Situación que nos remite a la pregunta por la subjetividad y por las nuevas formas estéticas como formas vida y de experiencia cultural que a su vez evidencian diferentes tipos de relaciones de los sujetos jóvenes con lo social, lo cultural y lo político.
De esta manera han surgido las preguntas en relación ciudad, tecnología, y las diferentes concepciones que de ciudad se han dado desde la modernidad hasta la contemporaneidad, es decir, cómo en su heterogeneidad estructural se ha transformado y al mismo tiempo mantiene viejas culturas, prácticas y estructuras sociales. También nos hemos preguntado por el concepto de apropiación social de las TIC y mirar en ellas ¿Qué caracteriza estas experiencias de apropiación colectiva, qué elemento político emerge de la misma?, o incluso, ¿hay en ellas una dimensión política?, ¿hay en ellas algo más allá de la dimensión privada, encaminadas al desarrollo social y a lo local?. Otra pregunta es por la cuestión de la ciudadanía, en cuanto experiencia hoy de actuar y vivir en la ciudad, asunto que nos ha remitido más bien a los componentes de subjetivación y a las subjetividades políticas, nociones que permiten y permitirían al trabajo de investigación ver la ciudadanía como una categoría dinámica y al tiempo dimensionar el accionar de los sujetos en la construcción de diferentes tipos de relaciones tanto con el estado, con lo social y con los otros.
Esas nuevas configuraciones, las diferentes relaciones que constituyen los sujetos y los colectivos dejan ver la idea de ciudadanía no sólo como una consecuencia de un tipo de relaciones o de estructuras predefinidas sino como una posibilidad, como un acontecimiento que se produce desde prácticas sociales y culturales. Ver de esta manera la ciudadanía, implicaría entenderla desde la relación del sujeto en la cotidianidad, con los otros, con el mundo, con la ciudad, con el Estado y consigo mismo. Pues éste sujeto se encuentra en un contexto en los que se plantean nuevas relaciones entre la cultura, las tecnologías y la naturaleza (cibercultura). Al mismo tiempo, en razón a este tipo de relaciones presentes en nuestros contextos, necesariamente hemos de comprender la política, no de forma a priori, sino como una construcción social, una respuesta al conflicto, donde la cultura es el campo de batalla, es decir, una política desde el acontecimiento.
Por último hemos conversado sobre el problema educativo orientándonos a pensar que en espacios no formales, tal mirada supone reflexionar en cómo las configuraciones de la ciudad dentro de los contextos de las tecnologías de la información inciden en nuevas maneras de aprender, en las formas de acceder a la ciudad, al mundo, a lo cultural y a lo político. Lo que nos interesa es experimentar esa transformación bullente que se está dando fuera de la escuela, donde sujetos individuales y colectivos están, en prácticas sociales concretas, redefiniendo el espacio de lo público, están configurando otros modos de interacción consigo mismos y con el mundo, que sin duda serán fundamentales luego para repensar la escuela, sus dispositivos y formatos, que ciertamente se parecen ser impermeables a dichos cambios
CÓMO PENSAMOS EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Hemos reconocido hasta el momento en el trabajo de investigación diversas perspectivas para pensar el proceso de creación de conocimiento. Hoy mencionaremos la composición plural de afectos, la tensión como experiencia investigativa y una última que apunta a la circularidad del movimiento y la relación en la investigación. Es importante decir que aunado a los momentos del proyecto, la pregunta por la investigación como experiencia compartida no ha de dejar de interpelarnos, dado que el viaje que iniciamos connota una red de afectaciones y de trayectorias a modo de work in progress.
PRO(TRA)YECTO DE INVESTIGACIÓN
Cultura Política, Ciudad y Ciberciudadanías es un proyecto de investigación del grupo Educación y cultura política de la Universidad Pedagógica Nacional y del grupo de Educación Popular de la Universidad del Valle, ambos clasificados en categoría A por Conciencias, y que a su vez está inscrito en el programa de Doctorado Interinstitucional en Educación (suscrito entre la Universidad Pedagógica, la Universidad Valle y la Universidad Distrital). Como grupo nos proponemos avanzar en el conocimiento de la dimensión política inscrita en el proceso cultural y educativo de apropiación social de las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, concebidas como ciberculturas, desde sujetos colectivos en contextos sociales fuera de la educación formal y en el escenario histórico contemporáneo.
Ponemos el acento en el pro(tra)yecto en cuanto a la intersección o quizá zona de vecindad de dos planos que necesariamente se han de cruzar, por la razón de una combinación entre el acontecimiento y lo que se despliega horizontalmente como configuración.
Hablar de trayecto en el proyecto y viceversa, coimplica vitalmente y no es asunto de palabras, es más bien la distancia entre las palabras o mejor su acento. Sugerir este modo de ser en el espacio nos concita a cuestionar la gigantomaquia de los grandes proyectos sobre los cuales están ancladas categorías como ciudad, sujeto, ciudadanía, cultura política hasta la investigación social misma. Y a la par, incorporarnos cómo la incertidumbre, la contingencia, la fluidez, lo imprevisible que envuelve a la investigación contemporánea en estos campos emergentes, nos impone pensar en la doble dimensión de la investigación: como proyecto, largo plazo, de bases sólidas, fuertemente ancladas, y el trayecto, que está abierto a la imprevisibilidad, al acontecimiento.
El proyecto plantea las complejas dimensiones de lo tecnológico en el cruce con lo político, lo estético, lo social y cultural, buscando reconocer la manera como el ciberespacio y sus lenguajes, propician formas de construcción de sentido de lo público, de los bienes colectivos, expresión y autonomía del sujeto individual y colectivo, construcción de ciudadanía, entre otras.
Como objetivo general nos planteamos identificar y analizar escenarios de formación diferentes a la escuela, donde reconocemos se están también constituyendo procesos de cultura política y de ejercicio de ciudadanía, donde sujetos y comunidades fijan el sentido educativo de las tecnologías mediante la configuración de proyectos de creación y políticas de uso, superando así la reducción de la alfabetización tecnológica a la mera operatividad
Es por ello que pensar la ciudadanía, la ciudad y la cultura política, en entornos emergentes y en horizonte de complejidad, nos impone como condición como investigadores tensionar estas nociones y las experiencias que allí se suscitan y también comprender lo que está aconteciendo actualmente en la sociedad contemporánea, las transformaciones tecno-socio-políticas en tiempos de globalización. Tales requisitos nos plantean incorporar una perspectiva crítica para poder comprender qué está pasando en las redes electrónicas como un nuevo espacio de interacción social y cultural.
Se trata en todo caso de pensar, desde la cultura, cómo se están transformando los modos de ser ciudadano, las subjetividades y la ciudad en el escenario tecnológico contemporáneo y sus implicaciones educativas.
En cuanto a la metodología que emplearemos, huelga decir que ha de estar a la altura de la complejidad y del acontecimiento a investigar, cuestión que exige de parte nuestra una perspectiva crítica, cultural, social, histórica y política. Dicha perspectiva también nos expone a re-pensar las tecnologías tanto como actores en la construcción de conocimiento (desde la perspectiva del actor-red), así como la invención de herramientas y espacios culturales de investigación.
Los momentos o etapas en donde se despliega la investigación son los siguientes: primero, la revisión y análisis documental. Esta tiene como propósito contar con una visión mucho más afinada de la situación de la apropiación social de las TIC en el país y en América Latina. A partir de la revisión de estas experiencias se elegirán 6 estudios de caso para analizar en profundidad. Segundo, realizaremos el trabajo de campo “real y virtual, el cual se refiere a la inmersión en profundidad en las seis experiencias seleccionadas y la realización de talleres expresivos sobre narrativas de ciberciudadanas - “storytelling” aprovechando el entorno digital para la sistematización de dichas experiencias. Tercero, efectuaremos el análisis y categorización de la información que consiste en un trabajo de triangulación de la información desde las diferentes experiencias fuente, los investigadores, y los métodos empleados. Como último, elaboraremos un informe cualitativo y un producto multimedial. El primer informe, consiste en la creación del informe final de la investigación, en la modalidad de informe impreso y el diseño de story board para su versión hipertextual. A su vez, crearemos un hipertexto que recoja tanto la investigación como las diversas experiencias (como relatos hipermediales) construidas desde las diversas experiencias a modo de hiperhistorias.