martes, 14 de noviembre de 2023

Explorando la exuberancia de lo natural

Junto a las etnografías húmedas, que hace unos años hacía en baños turcos, actualmente me maravilla mucho hacer paseos para acercarme a las formas de vida que pasan a menudo imperceptibles, manifestaciones de la vida, las pequeñas relaciones, la simbiopoiesis entre insectos, flores, troncos, raíces, micelios, telarañas,... escuchar el canto de las aves, sentarme a meditar sobre grandes piedras... contemplar la danza de las nubes, ver el cambio de las formas, la luz, sombras y los colores del entorno, descubrir la geometría de la naturaleza y entablar conversaciones creativas con la exuberancia de lo no-humano.







En estas caminatas, respiro, pauso, desenfoco, cambio de perspectiva, me siento, abrazo, saco esquejes de algunas plantas que se me ofrecen en el bosque, contemplo y cuando compenetro con la atmósfera del lugar tomo algunas fotografías y otras veces me aventuro (casi siempre de noche) a dejar fluir poemas. Otra experiencia que disfruto es ver crecer lo que he sembrado (en el orden de las fotos está la flor de la Achira, la hoja de  Pera, Aguacate, Cayena, Alcaparro y Panameña) asombrarme como un niño por cualquier forma nueva, color, flor, insecto residente en una hoja, variación mínima, un elogio a lo que el escritor George Perec llamaba lo infraordinario y cómo puedo llegar a descubrir aspectos mi identidad acercandome a estas historias intrincadaa de amor en libertad.















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