En cada virtud, un vehículo para el alma y el puente que
conecta al ser humano con el planeta, una manera de restituir a la
globalización su fuerza transformadora y hacer que lo que inspiramos, amanezca
para todos. La sabiduría es inteligencia y virtud, información, prudencia y
silencio, la voz del tambor, con el coro de la improvisación,… es así como en
toda alma converge el canto y la danza, el cielo y la tierra, la luz y la
oscuridad, y en cada camino están las semillas para ir más allá de la dualidad,
más allá de nosotros mismos, como una práctica de libertad.
-….allí donde surge la paradoja, hay espacio para un amor sin
condición, para la libertad y la sabiduría, allí se acuna y crece el alma y el
poder de la inspiración, allí germinan las virtudes que son condición y
posibilidad para lo espiritual … allí donde hay separación, hoy hay canto,
rueda, comunión, círculo, misticismo natural, la flor de la amistad,
co-creación, co-presencia. Ahora bien, todo lo que nos habíamos negado en ver y
comprender, el presente es generoso y nos lo entrega envuelto en regalo, como
oportunidad, como don que cuidar y saber encontrar en medio de tanto ruido,
nuestra propia voz, el color, la danza, el canto, la conexión empática con los
otros, con lo natural, el swing, la sensualidad, el groove, el perdón, la
reconciliación, el autocuidado y la bondad. Al ir a la fuente, debemos ir con
suficiente humildad, con la escucha profunda de quien abre para el otro un
camino de libertad….
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