viernes, 1 de abril de 2016

Casa de Pensamiento Payacua

CASA DE PENSAMIENTO PAYACUA



Ayer estuvimos conociendo la Casa de Pensamiento Payacua, espacio que ofrece formación intercultural a primera infancia perteneciente de las comunidades indígenas NASA, Pasto, Eperara,  Embera, así como población afro y mestiza. El lugar está situado en la localidad de los Mártires, en el sector de Ricaurte (Bogotá-Colombia), caracterizado por ser un territorio industrial y además habitado por comunidades desplazadas por el conflicto armado y por familias que han llegado en búsqueda de alternativas laborales.

La llegada fue impactante, ya que actualmente están trabajando como saber armonizador la música y era perceptible escuchar y sentir en todos los espacios una atmósfera sonora festiva, plena de atención y disposición de los bebés y los niños por las melodías que el sabedor compartía. El sabedor representa la figura de un líder cultural tradicional indígena que junto con las maestras acompaña el proceso educativo. Su función no es enseñar, sino como lo sugiere la pedagoga Barbara Rogoff “ofrecer un aprendizaje por medio de la participación intensa en comunidad”[1].

Luego nos sentamos al lado de una Maloka especial para los niños, que además de estar diseñada con objetos reciclados, es actualmente el espacio donde comparten semanalmente sus creaciones con las familias. Allí nos dispusimos a conversar con Gloria Orobajo, (Directora de la Casa) quien nos dio la bienvenida y se dispuso con mucha pasión y generosidad a contarnos la historia del lugar, de los niños y culturas, así como los valores y principios que orientan las prácticas pedagógicas que allí se desarrollan.


Maloka infantil


TERRITORIO
Gloria expresó que el territorio tiene mucho por decir, que necesita ser escuchado y tejido, junto con la cultura y las historias de vida de todos los niños. Señaló en varias ocasiones de la conversación la importancia de observar los gestos y la corporeidad tan heterogénea de los niños que habitan estos espacios interculturales.  Comentó que las maestras universitarias no están preparadas cuando de educación intercultural se trata…..que en el cuerpo residían rasgos de la identidad de los niños y que existía una enorme oportunidad para las maestras de rescatar esa singularidad y diversidad para el trabajo pedagógico. Habló también del cuerpo como territorio.

CUERPO
Inició con una pregunta sobre qué es el cuerpo? Y nos invitó a compartir algunas experiencias – memorias vitales alrededor de nuestro cuerpo. Para ella un hallazgo importante que ha dejado la relación con comunidades ancestrales es que el cuerpo es memoria, colmado de historias de vida, de experiencias; para esta experiencia, la dimensión corporal connota tres funciones: el cuerpo como expresión; como fuerza motriz y como fuerza relacional. Se cierra el primer momento compartiendo dos dimensiones a trabajar con los niños respecto al cuerpo: la expresión y el autocuidado.

SEGUIMIENTO
Otra señal importante que expuso fue respecto al seguimiento al desarrollo de los niños, afirmando que deben cotejarse con información proveniente de múltiples fuentes y puntos de vista que ofrece la familia, los sabedores y los maestros. Y frente a este punto, mencionó la necesidad de recordar las tradiciones y saberes familiares, urbanos, populares y ancestrales acerca del cuerpo y el bienestar, es decir, sobre cómo curar, cómo mantener el cuerpo vital y cómo vivir mejor.


Espacio de tejido

APRENDIZAJES
Frente a los aprendizajes, la directora señaló que no trabajan por temas o contenidos sino por saberes armonizadores. Estos se refieren a saberes que son esenciales para la vida, que contribuyen al desarrollo integral de los niños y que tienen la característica de seguir nutriendo posteriormente la vida como adultos. Son saberes que no tienen por función ser explicados, sino que están integrados a experiencias sensibles mediante el aprendizaje en comunidad



Palo de lluvia y muñeca de madera (pachamama)

CALENDARIO LUNAR
Una herramienta pedagógica muy inspiradora de esta Casa de Pensamiento es el calendario lunar, que sirve para articular las prácticas y las planeaciones de acuerdo al ciclo lunar, buscando una conexión de los niños con la naturaleza y sus movimientos.

·       En luna nueva (que no se ve), se sientan las bases, la raíz. Es el momento para fortalecer el trabajo en comunidad con las familias
·       En la luna creciente, los procesos están encaminados a experiencias corporales y artísticas
·       En luna menguante: se trabaja la medicina y la revisión del cuerpo.
·       Y en la luna llena, las prácticas están orientadas al trabajo en/con el territorio.



Espacio para las plantas medicinales.


AMBIENTACIÓN
La Casa está abierta al diálogo de saberes entre lo urbano y lo ancestral, buscando que de esta mezcla surjan nutritivas experiencias para los niños. Se observa en la ambientación de los espacios, el trabajo con material reciclado y elementos de la naturaleza - a través de mandalas con piedras, telas y semillas - tejidos y expresiones artísticas y artesanales. Hay una muestra de instrumentos musicales, perchero con trajes y disfraces, telares y hamacas construidas de la mano de los sabedores. También se publicitan en los muros de la Casa el trabajo de los niños y existe un lugar muy curioso donde se mezcla la medicina natural (información acerca de los usos medicinales de las plantas) con el botiquín tradicional; también hay un espacio para la cocina, las reuniones de ámbito familiar y para las madres gestantes. Está en proceso la creación en la terraza de una huerta y están a la espera de los apoyos técnicos que ofrece el Jardín Botánico de Bogotá.



Componente pedagógico

El segundo elemento del componente pedagógico es lo que denominan el orden natural. Aquí se resaltan dos aspectos: la familia y los entornos naturales. En este último es muy importante las prácticas de cuidado, la exploración de escenarios de la ciudad y la prácticas que favorezcan la solidaridad entre las personas y la reciprocidad con la madre tierra.


huerta comunitaria en la terraza

El tercer elemento son los principios de la vida comunitaria, aquí se destacan la minga o trabajo comunitario a favor del bien común; las prácticas de cooperación y solidaridad (para fortalecer el vínculo) y el compartir la palabra de origen en comunidad. Gloria, termina diciendo que han llegado a la conclusión, que más importante que trabajar la identidad con los niños es fortalecer los vínculos y el clima relacional. Más que abordar los intereses individuales, observan lo que al compartir potencia su bienestar emocional y relacional. Como cierre de la conversación, nos comparte tres lanas de diferentes colores que representan los tres hilos orientadores del componente pedagógico (cuerpo – orden natural y vida comunitaria) para que realicemos una trenza y así concluyamos este bello encuentro.




[1] “los niños toman parte en las actividades de su comunidad involucrándose con otros niños o adultos en procesos rutinarios y tácitos, o también explícitos, de colaboración (tanto en presencia de los otros como en actividades socialmente estructuradas) y que a partir de tal proceso de participación se preparan para su ulterior participación en situaciones semejantes” http://pedagogiadialogante.com.co/documentos/articulos/Los%20tres%20planos%20de%20la%20actividad%20sociocultural%20Rogoff.pdf

1 comentario:

Nibeth Adriana Duarte dijo...

Hola, quedé muy interesada en la experiencia y me gustaría ir a visitar este jardín. Podrías darme alguna información mi correo es nibethduca@gmail.com