miércoles, 22 de abril de 2020

Memorias Pandemia Parte IV

22. Se pone en evidencia que el pensamiento posmoderno de izquierdas en su deconstrucción infinita, anticapitalismo y ausencia de claves para reconstruir el mundo, no es el mejor frente de comprensión para estos tiempos, ya que en su lucha eterna, descuida otros campos, sobre-esencializa la realidad social, la maldad, el sistema, paralizando y bloqueando nuevas conexiones y una suerte de confianza, conversación más amplia e imaginación reconstructiva claves todas para co-crear la realidad. De acuerdo a las perspectivas tan predecibles y tibias que ofrece, engorda a los míticos, fanáticos, a la derecha conservadora y de paso deja vía libre a los poshumanistas, que se vuelcan en sus diseños a una mayor vigilancia, pérdida de libertades y control a través de las ciencias computacionales, las tecnologías y la genética.  El fatalismo de la izquierda anticapitalista y posmoderna, arrebata igualmente  las posibilidades que están en nuestra manos, cuerpos, pensamiento, sensibilidad e imaginación. Reificando la realidad social, omitiendo parte del pastel, las solidaridades que se vienen despertando por parte de la gente, las posibilidades de una participación más amplia y de un reconocimiento de la interconexión y lo global, la necesidad de un músculo social más fuerte del Estado, el hackeo a los modos de producción y a la economía global, el trabajo emocional y de reconexión como el ámbito familiar, un escenario fragmentado, un tiempo robado…

23.  Me siento como si estuviéramos realizando un examen y parcial final para pasar de curso... quizá el primero que tiene unas dimensiones globales...y del que depende las limitaciones o ampliaciones a futuro de nuestra salud, bienestar y libertades... el examen no admite únicas respuestas, soluciones simples, mágicas, fatalistas, visiones conspiranoicas, perspectivas dualistas y fragmentadas, blancas o negras, antropocéntricas, escépticas o meramente críticas o deconstructivas; es un examen duro que no se puede realizar individualmente y exige algo curioso, que nos formulemos entre todos, las preguntas y respuestas, conversemos más sobre lo que queremos cambiar, lo que nos gustaría hacer con nuestra vida, con la educación, la casa, la familia, la naturaleza, la economía, el ambiente, la política, el trabajo, la justicia, la vida cotidiana y lo que reconstruiríamos y nacería de nuevo. El examen sugiere que tengamos en cuenta a las futuras generaciones, la riqueza cultural y el poder de conexión que ofrece internet. El lienzo está en blanco y los artistas somos todos...se permite la copia y la inspiración, el hackeo, la infiltración, la Minga, la creatividad social, la imaginación política y la acción solidaria.

24. Ya tenemos las tecnologías que nos permiten conexiones globales, ahora tenemos que hacer mucho más, cada uno donde se encuentre por introducir una consciencia global en lo cotidiano: esto implica una danza hermosa, y muchas veces dolorosa: introducir prácticas integrales de vida, comportamientos más creativos, inclusivos, holísticos y solidarios, establecer nuevas conversaciones más constructivas sobre los bienes comunes y las libertades y donde tengamos como desafío reinventar las comunidades e instituciones sociales.

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