martes, 26 de marzo de 2013

Jean Renoir y la educación

El río de Jean Renoir, encarna la sabiduría de todo un pueblo, a través de prácticas y rituales que nos encantan por su profundo sustrato material y por la cantidad de referencias entre éste y la espiritualidad. Aquí todo es poesía concreta y lectura de lugares que animan por su presencia viva, en donde convive el arte con lo más mundano. Allí todo es magia, por que todo es transformado: unas escaleras, un hombre encantando una serpiente, la composición de una mandala por dos hermosas mujeres y los cantos en balsas, que realizan los hombres para hacer libre su trabajo artesanal.


Lo que sucede en el río es artesanía en su estado más armónico, el equilibrio entre el bien y el mal se realiza en rituales en donde toda su cotidianidad es expuesta en su forma más profunda y vital:

Lo cotidiano, donde nos construimos y en donde sembramos la esperanza. La materia, la que transformamos como transformándonos a nosotros mismos.

Los mejores film, activan en nosotros la sensibilidad y a partir de ella, son capaces de sustraer el tiempo invocando sus coordenadas más potenciales, para que se amplifique la creación. El cine  introduce en nuestros cuerpos, un clima y una temperatura en donde el pensamiento expande sus ricos aromas y donde la humanidad es puesta en entredicho, haciendo justicia divina a lo real y considerando que todo es tan artificial como la construcción de un plano.

Otro asunto que llama la atención es la apertura en muchos momentos del film, de lo que el director Raoul Ruiz, denomina planos holísticos. En estos hay una ambivalencia, al tiempo que una concreción de una utopía marcada por la duda y la intriga reveladora. Este tipo de planos, al tiempo que resumen y condensan una obra cinematográfica, tienen la capacidad de incorporar elementos que hacen que tejamos en distintos eventos, en lugares específicos, formas de intervención práctica de la realidad.

Allí es donde sospechamos que el cine explora todas sus potencias políticas y también donde quizá encontremos que se hace más relevante la experimentación como forma contemporánea de educación.

Las preguntas que fluyen por el río serían entonces: qué podríamos aprender de un río, de sus contornos geográficos y de gente común y corriente, que aún no ha perdido del todo su derecho a la espiritualidad. Qué aprendemos de la materia, tan abundante y tan rica en sustrato creativo-espiritual.
Haciendo con las manos, con el pensamiento y con el corazón sería la lección que nos da el film el Río de Renoir, todo un poeta de las imágenes y un compositor de mundos que guardan misterio.


Por una educación sensible, espiritual y artesanal.

1.  Entrevista Satish Kumar Education  Ver Aquí. 
2. The Small School artículo de Satish Kumar. Leer Aquí.

No hay comentarios: