Este es un espacio para compartir experiencias en torno a la educación integral, las prácticas de bienestar, la exploración del juego, el cuerpo, la psique, el espíritu, la naturaleza y las pedagogías artísticas y ciudadanas.
Hace unos días se lanzó el Journal of Metamodern Theory and Praxis, Volume 1, Issue 1, una revista que recoge trabajos inspirados en el paradigma metamoderno, allí participo con un artículo en el que cuenta las motivaciones de la iniciativa que vengo co-creando llamada la universidad del futuro y donde expongo y amplío la conversación sobre categorías como la abundancia educativa, el maestro como intermediario, el currículo como viaje y las 9 aulas vivas. En este número se encuentran textos muy variados sobre filosofía, economía, poesía, manifiesto de metamodernismo negro, arte, pintura, fotografía, religión, sociología, educación,…
Nota: este mismo artículo en español fue publicado recientemente en el libro Horizontes expandidos de la Educación, la Tecnología y la Innovación. Editorial Aula Magna, 2024. McGraw-Hill Interamericana de España S.L.
Hace 7 días murió mi gata Violeta y 7 días después mi Tío Fernando, dos noticias muy estremecedoras y aunque habita una nostalgia profunda, también me recuerdan la gratitud de los momentos vividos, la finitud de toda vida, las transformaciones que se ciernen en estos momentos de fragilidad, la oportunidad de saldar cuentas y mejorar y estrechar las relaciones familiares y especialmente algo que ha venido rondando por mi mente, la urgencia de reconstruir como familia y cultura otra ritualidad para despedir a nuestros seres queridos, ya que la que tenemos por ley y tradición, es muy fría, tiene un tono triste, masivas (públicas), industriales y carente de brillo y espíritu y dificulta la posibilidad de vestir a quienes descansan con canto, flores, alimento, música, fiesta, historias y relatos. Con la alegría que recibimos la vida, así podríamos también despedirla.
Les cuento que mi Tío Nando me quería mucho, él me acompañó muchas veces a verme jugar fútbol cuando yo jugaba en la selección de la Universidad Nacional y en la 1C del Once Caldas, le encantaba tanto verlo como jugarlo. Recuerdo verlo a él en el equipo de la Fundición Fonseca en la Rochela como delantero patiar esa zurda con una potencia tremenda y hacer unos goles desde lejos con mucha comba.
Compartíamos mutuamente el gusto por la fiesta, la música, la percusión, el groove y la alegría en los encuentros. Fernando era la alegría de las fiestas en la familia paterna, con su buena selección de salsa, boleros, música caribeña y colombiana...recuerdo que muchas veces llevaba los Bongós, maracas y guacharaca para que los tocáramos... un día memorable, en una celebración del cumple de la abuelita Rosa, me uní con la guitarra e improvisamos a muchas voces la guajira Guantanamera.
Una de la pachangas que más recuerdo eran las que se hacían en la terraza donde la abuelita (quien paso por contar que era su consentido), las rumbas de fin de año en Santagüeda, en las ferias y una especial que junto a mi primo Leo en diciembre nos hicimos en las calles de la ciudad Manizales, yendo y viniendo y tomando con amigos. Ese día nos amanecimos cantando en el cable y una fiesta inolvidable y que admiré por haber aguantado todo el voltaje.
Nando disfrutaba mucho la vida social, una vez lo acompañé al centro de la ciudad a hacer unas vueltas y saludaba hasta el perro de la esquina, era toda una aventura y deriva que podía cambiar de repente y resultar tomando pintadito y buñuelo. Era un hombre no tan amante de la disciplina del trabajo como sí de la conversación, la vida social y la guachafita.
Tio Nando, gratitud por todo el amor brindado y por tu ser y tu lugar en la familia. Todos ahí parecemos jugar y brillar con un arquetipo singular como lo hace cada jugador en un equipo. Aún cuando en todos nosotros habitan luces y sombras, este es el momento para aprender a ver cómo viven y se equilibran ambas en nosotros y cómo transformarlas en caldo de cultivo para nuestras propias transformaciones y metanoias.
Siento que en estos momentos especiales donde lloramos, nos conmovemos, nos permiten ver y sentir la vida de modo diferente. Qué privilegio es reír y llorar, nacer y morir. Hoy no se admite la arrogancia, la frialdad, la crueldad, la distancia, el chisme tendencioso, las posturas inamovibles sino que entramos en otro registro y percepción de más apertura, vitalidad y reconciliación. Hoy quiero trabajar todas nuestras confrontaciones, asperezas y saldarlas de una vez por todas. Te invito a que tú también lo hagas y te des la oportunidad de perdón, limpiar el resentimiento y permitirnos los nuevos comienzos...para que cuando muramos nosotros (recordemos que como dice el Héctor Lavoe, "todo tiene su final") podamos morir tranquilos, sin penas, aflicciones, deudas pendientes y poder ser recordados con alegría, belleza y por la humanidad y trato que nos dimos a nosotros mismos y a los demás.
Ya no podemos ser los mismos que éramos antes de estos sucesos, esto nos advierte muchas cosas que a mí me dan ganas de trabajar por cultivar otras ritualidades en la educación, la conversación y la vida cotidiana, ser vida y fuente de inspiración, seguir tejiendo redes de aprendizaje en la udelfuturo, profundizar en mi ser inmanente y trascendente, ser micelio, laguna, montaña, ser amplio y generoso y de amor incondicional, cumplir nuestros sueños más amados y dejar una semilla que pueda ser sembrada por todos los que vienen.
Te seguiré recordando en cada fiesta, cultivando todo el amor que me has dado a mi y a toda la familia.
Violeta o Chepes de ché bebé fue una gata muy libre y salvaje, recorría a diario los techos de Teusaquillo, con amigos, conocidos y novios que invitaba a casa, con predilección por los de color negro y tomar el sol en el cénit del día. Inventé con ella un ritual cuando me despertaba e iba a la ducha y era que me acompañaba, me estiraba un tapete rojo invisible, caminaba con garbo y al salir esperaba que le regara con mi pie algunas gotitas de agua sobre su espalda ...ella en muchas ocasiones susurraba sonidos de felicidad. Esta acción la repetimos infinitas veces y después ella se disponía a comer. Muchas veces comprendí que le gustaba que la acompañáramos a comer mientras la consentíamos. Era también una gatita muy mimada y muy comprensiva y en los momentos en que estaba uno con dolencias y enfermo, se enroscaba sobre el cuerpo y se convertía en una compresa de sanación, ronroneaba melodías de placidez y sus ronquidos eran expresión de plenitud. Le enseñé también "la cuevita" que consistía en hacerle una carpa con la cobija para que entrara y se calentara...dormía plena. Las últimas veces ya viejita se nos cayó por un agujero de la casa contigua a la nuestra y nos tocó pedir rescate a los bomberos...fueron horas y horas para lograr llegar a una casa abandonada y un reto, pasada la media noche, para meterla al guacal.
Violeta llegó a casa en una cajita cuando Iara María estaba en el colegio en primaria, y se le presentó en el bosque, una flaquita negra hermosa, nosotros no queríamos pero al verla nos enamoró. Una gatita que no tuvo hijos, pero aborto muy pequeña varios en Choachí...cuando la llevábamos a la finca se escondía debajo de la cama los primeros días y después de varios días salía muy sutilmente a explorar el entorno. Un día me trajo de regalo un ratón, otras veces mariposas grandes, yo intentaba ser receptivo y comprender estos regalos, en los últimos meses, se volvió incontinente y al principio lo vimos mal, no volvió a dormir con nosotros, se iba uno o dos días, pero ya en las últimas semanas supongo que era una forma de comunicarnos lo mal que se estaba sintiendo.
Desde hace por los menos 3 años ya no comía pepitas duras sino blanditas, riñones de pollo, corazones y su plato preferido, la trucha y la pechuga picada chiquito ya que sus dientes y sus encías hacía que le molestara tremendamente comer.
Aprendí muchas cosas compartiendo 13 años juntos, una era la importancia de tomar el sol, hacer la pausa y la siesta, la música la escuchaba con atención y parecía gustarle cuando cantaba, tocaba guitarra y cavaquinho,...fue en general una gata muy saludable, para lo callejera que fue, recuerdo una vecina que le enviaba alimento por una cuerda a los gatos del barrio y para ella muchas veces fue la despensa de alimento.
Otra anécdota que recuerdo fue cuando estaba en un árbol afuera de la casa y si no fuera por los maullidos y la cohorte de gatos esperándola abajo - ya que estaba en celo - que notamos su presencia y salimos al rescate con comida y ahuyentado a los gatos que la esperaban con ansia loca.
Violeta, gracias por tu compañía, por tu belleza, tu calidez y todo tu amor para toda la tribu de la familia. Dos días antes, en el día de los muertos, nos disfrazamos un alebrije, una dragona y un mago, y su último día vimos un pájaro naranja asombroso en la ramita de un arbusto y dos de los gatos negros que no había vuelto a ver salieron al encuentro para despedirte. Gratitud por todo tu amor.
Este es un blog creado por Andrés Fonseca. Artista multidisciplinar, investigador y Pedagogo. Magíster en Educación de la UPN. Profesor de la Maestría en Arte, Educación y Cultura UPN. Educador artista inspirador de la Universidad del futuro, patafísico dj cocinero y jardinero del amor https://www.youtube.com/@AndresFonseca