sábado, 1 de mayo de 2021

Ingreso Básico Universal

 A propósito del Día Internacional del Trabajo:

INGRESO BÁSICO UNIVERSAL YA


 

In the Aisles (Thomas Stuber) y la Camarista (Lila Áviles), son dos películas minimalistas lanzadas en el 2018 y contundentes al mostrar los dramas de la desigualdad laboral y de la alienación existencial; ambas son rodadas en espacios cerrados y aún cuando tienen por contexto países bastante diferentes, Alemania y México, prima un común denominador, hacen visible lo invisible: trabajos anónimos precarizados y almas alienadas, que entran en lo que el antropólogo anarquista David Graeber, llama en su libro, trabajos de mierda, donde las funciones son monótonas y repetitivas, ejemplificando claramente las desigualdades sociales y el conjunto de vidas explotadas y sin derechos sociales y culturales y que por la necesidad de supervivencia, tienen que laborar sin descanso en ocupaciones sin reconocimiento, malos pagos, vidas endeudadas, empleos que no articulan los potenciales humanos, las riquezas y los sueños, y paulatinamente van horadando las relaciones, aumentando la desconexión, trayendo como consecuencia una exposición intensa a la soledad y al declive de la salud mental.

 

Paradójicamente muchas de estas labores precarizadas que muestran las dos películas, ofrecen a menudo el sostén y el confort para personas con mayores privilegios y estabilidad material. En el fondo, el mensaje es claro, nos están invitando a generar empatía y compasión por los protagonistas y sus realidades, a que conversemos e ideemos soluciones reales, a exigir derechos universales que vayan reduciendo la amplia precarización laboral y redistribuyendo mejor las riquezas y bienes comunes de la humanidad.

 

Viendo y sintiendo estas realidades laborales precarias y siendo conscientes que en medio de la pandemia se han agravado, es cuando con mayor premura necesitamos la herramienta de un INGRESO BASICO UNIVERSAL, un derecho de ingreso básico a cada ser humano, un derecho de nacimiento (iniciando por los sectores más necesitados económicamente) y anexo a ella una Reforma Tributaria que no grave impuestos a la ciudadanía, sino una renta máxima, que cobre impuestos a la acumulación de riquezas, a las organizaciones nacionales e internacionales que explotan bienes comunes, hacen daño ecológico y se enriquecen masivamente de actividades digitales...

 

El asunto ha de seguir creciendo y nos vemos necesitamos a que estas alternativas además de ser apropiadas por la ciudadanía, lleguen al congreso y a la política pública, para empezar muy pronto a ser discutidas e implementadas. Sabemos que los educadores, trabajadores sociales, políticos y activistas ciudadanos pueden hacer que esta información circule en capas más amplias de la población, que sea más común en nuestras conversaciones y acciones cotidianas y que sean una exigencia para futuros gobernantes.

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