Les comparto una tentativa de comprensión global y multidimensional
acerca de los performances y discursos que expresaron ayer los candidatos en el
debate presidencial organizado en alianza entre Semana y
Teleantioquia. Para realizarlo, tuve en cuenta las visión integral que ofrece Jean Gebser en su libro Origen y Presente (2011).
PETRO (Integrador), incluyente, social,
multicultural, ecológico, defensor de lo público y de los derechos humanos y convencido
de tener a su alcance alternativas para afrontar las crisis locales y nacionales.
Sus propuestas aportan hacia la transición humana, hacia una paz efectiva en los territorios,
buscando la equidad, la justicia, la educación, las energías limpias, la participación
efectiva de los ciudadanos y la conciencia global.
FAJARDO. (Posmoderno). Es el profesor universitario
por excelencia; le pasa como aquellas personas (deconstructivas) que quieren
limpiar la huerta (el tema de la corrupción) pero sin saber con certeza lo que
posteriormente van a sembrar. Su
labilidad, deja el sabor de un candidato tibio que puede coquetear a su
conveniencia tanto con los liberales, como los conservadores, cautivo más por los
segundos.
LLERAS. (Moderno). Candidato egocéntrico,
autorreferencial y moderno. Su discurso
es frentero, sus ideas son plenamente modernas (reduccionistas) que se expresan
en el progreso material, el libre mercado, la judicialización de los problemas,
fortalecimiento de la autoridad y de un esquema de gobierno reaccionario y
policiaco. Su meta es hacer crecer y progresar el país a toda costa a expensas
de lo que haya que hacer.
DUQUE. (Mítico).
Es la cara amable y populista que muestra con mucha habilidad lo que la mayoría
quiere escuchar, pero que en su hábil retórica miente y engaña al país; maneja las
emocionalidades básicas de las personas, para formar batallones fortalecidos. La
impronta moral de la gente que lo acompaña, está implicada en muchos delitos de
lesa humanidad, genocidios, xenofobia, militarismo, monopolios cruentos y es la
expresión de la mano más vertical y dura; defensor a ultranza de las seguridad,
la familia, la norma y las convenciones; dios (en su versión mesiánica y
autoritaria), orden y fe en las tecnologías.
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