miércoles, 6 de septiembre de 2023

Derivas Virtuales en el espacio vacío (LANET)

Comunicarnos mediante silencios, movimientos e imágenes es una sutileza muy importante al momento de aprender una lengua y de hacernos entender de los demás… la receptividad, la pausa, la atención del gesto y el cuerpo del otro, lo siento y percibo como un don muy precioso y virtudes que podemos cuidar con esmero. Lo que vengo experimentando en el círculo M.A.R  (Meditación-Acción-Reflexión, invitación de la plataforma LANET para su proyecto Derivas virtuales en el espacio vacío, beca ganadora de estrategias novedosas en Secretaría de Cultura en Bogotá 2023), es que se promueve el encadenamiento entre el Meditar, el Actuar y el Pensar, para que lo que hablamos, silenciamos y mostramos se haga más sincero, profundo y conectado con el instante donde surge todo…es como el ying-yang de la conversación y de la vida, hecha de silencio, movimiento y sonido… una suerte de tríada (fractal) de lo infinito. El aprendizaje de esta gramática del instante y de la libertad es sutil y bella y nos sirve para mejorar las relaciones con todo, ya que como lo hemos comprobado: el imperativo unívoco de la palabra, produce enredos innecesarios; la acción bailando sola, engendra el agotamiento  (burn-out) y el mero silencio, un vacío e indiferencia sin resonancia en donde es susceptible de hacer colapsar el sistema nervioso.



El otro aprendizaje que siento que se viene gestando es que hay una magia cuando practicamos con más libertad,…un ritual poderoso donde las sincronías del ritmo, la imagen y las neuronas espejo gozando en su conexión con la mímesis y acciones del otro… 

En este círculo M.A.R, se dieron momentos de interconexión hermosos  donde aparecieron los 4 elementos, lo fantasmal y onírico, las hallazgos fortuitos entre la luz de la vela y la imagen circular,… la imagen sinuosa y juguetona de las olas del mar encarnado en las manos de Iara y Nata con la navegación subacuática de Juanes y esto con el telón de fondo del teatro de objetos de Andrés… todas estas son constelaciones muy bellas y profundas…me recuerda el trabajo de Peter Greenaway fragmentando las pantallas…el cine de Lars Von Trier…. El juego de luces y sombras y el ritmo sincopado de la improvisación,… que crea no solo una sinfonía hermosa, sino nuevas formas de comunicarnos y enfiestarnos.

Empiezo a pensar que las personas que escuchan nuestros silencios están más cerca de nosotros que aquellos que solo quieren hablar. Por otro lado me hace pensar en la oración,… no como habitualmente se asocia con repetir palabras de otros, sino un acto de silencio profundo, una especie de receptividad absoluta, para que la palabra-acción palpitante que nazca, sea fresca, dulce, bondadosa y sabia. He notado que la persona que acuna silencio, tiene luego una palabra más atinada para conectar con los demás. Así es como percibo el ser maestro, como la persona que es capaz de abrir los silencios y pausas para que la belleza de las personas emerja y del artista que es capaz de hacer de su silencio obra de arte en la epifanía de lo cotidiano. 

Otra de las cosas que el ritual teleperformático me ha producido es obtener experimentos concretos que dan sentido a las lecturas recientes que vengo haciendo de las herramientas convivenciales de Iván Illich, la lógica 0.0 de las máquinas para educar y pensar a mano de Julián González y de seguir ensayando nuevas maneras de conectar nuestros mundos cotidianos con los digitales de maneras más exploratorias, experimentales y colaborativas, que ha sido para mi desde hace unos años una de las inclinaciones como profesor, artista y ciudadano.

Finalmente, estas derivas virtuales empiezan a ser una solución al ensimismamiento que produce a menudo la actitud de navegar con tanta intensidad en las actividades mentales y en perder el espacio (la casa, la biósfera y los objetos), el cuerpo y el silencio... me gusta que estas acciones performativas me permiten darme cuenta de otras maneras de conexión más integral, donde se crea magia, resonancia, confianza y libertad con otros en entornos online.  La convivencialidad es según Ilich, "la libertad individual realizada en la interdependencia, la que le da a las personas la oportunidad de enriquecer el ambiente con los frutos de su propia visión". 

Las derivas virtuales y el círculo M.A.R también son la solución al exceso de lenguaje oral y textual que está en las redes y que me ha permitido hacerme más atento al lenguaje corporal, al poder del ritual psico-tecnológico y de la imaginación colectiva que se produce cuando nos conectamos libremente a crear. "..."un mundo que ya no puede componerse mediante sumas porque está absolutamente lleno, sobrescrito y sobredeterminado, y agregar más es solo tinta en un océano" como señala Benjamin Bratton. La otra cuestión que me ha llegado estos días es que aunque la disciplina y la habituación corporal es clave en todo lo que aprendemos, cada día se hace para mí más clave desautomatizar las acciones cotidianas y volvernos más juguetones, creativos y diversos en todas las acciones que emprendamos...


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