viernes, 11 de noviembre de 2011

La activación de la esperanza política. Movilización ciudadana y estudiantil en Colombia.

Hace unos meses, se ha venido expandiendo en Colombia, una movilización estudiantil histórica que ha unido a muchos sectores y ha convocado pluralidad de formas de acción colectiva para manifestar inconformismos y malestares sociales crónicos que ha vivido el país durante los últimos años. Inicialmente, lo que comenzó como protesta contra la reforma a la ley 30 de educación (propuesta liderada por el gobierno nacional), que afecta entre otros, el presupuesto de las universidades públicas, la calidad de la educación superior y la autonomía de las instituciones, se torna aquí y ahora (y esto ha sido visible en las formas de organización y de protesta del movimiento) como el despliegue de una vitalidad ciudadana y un espíritu revolucionante sin precedentes, en donde se evidencia la implicación colectiva respecto a problemáticas comunes junto con la restitución del derecho a la resistencia creativa que viene siendo ejercida en espacios públicos mediante performance ciudadanos y acciones donde ha estado muy presente la creatividad social y popular.

Al participar de esta movilización, me he acordado de un libro que leí hace unos años y en el quizá podríamos comprender ciertos distanciamientos - que hoy observamos en la movilización social estudiantil - frente a las formas de pensamiento y acción de la izquierda clásica del siglo XX heredera de cierto cansancio, escepticismo, la culpa y el resentimiento y formas de lucha violentas. Este libro publicado por la editorial Pre-textos en el año 2002 es la Política de la alegría de Pere Saborit. En este texto, el autor nos da a pensar cómo una posible alternativa a la política y a las pedagógicas del aburrimiento, mas allá de la ideología radical y cerrada, mártir y discursiva, tendría que hacerse cargo de afirmar la vida en toda sus contingencias y en todos sus momentos: una especie de afirmación de la alegría y de empezar a realizar experimentos sociales donde se ponga a prueba valores como la hospitalidad, la colaboración y la comunidad.


Una lectura del contexto de movilizaciones globales que se vienen activando en el siglo XXI (15M, movimiento V de vivienda, Occupy Wall Street, Movilización estudiantil en chile, movimientos feministas, hackers, okupas y autogestionados) y de algunos libros como el mencionado de Saborit, el Futuro y sus enemigos de Daniel Innerarity, El ángel de la historia de Hugo Zemelman, introducen pistas muy valiosas frente al rediseño de la política que viene, que a lo mejor, pasaría por una recuperación de la confianza, del lenguaje y de la amistad. Nos urgen trabajar más en actos y creaciones colectivas que afirmen y expandan nuestra condición singular, viva y resplandeciente. El siglo XXI será tal vez del afirmacionismo (Badiou), el de la conciencia planetaria y la reactivación de los bienes comunes, de nuestros compromisos y despliegue con otros de novedosas prácticas (ciber)ciudadanas; quizá, en un contexto que creíamos sin proyectos, de fin de la historia y de los grandes discursos, empiezan a surgir y a renacer la esperanza política a través de actos, proyectos, manifestaciones que vehiculizan valores como creación colectiva, confianza, alegría, amistad, vida, y que resulta gestando una potente alternativa de participación ciudadana para el siglo que comienza.

Los condimentos novedosos en esta movilización están entre una mezcla de una intensa cultura de uso creativo de los medios digitales y redes sociales para la circulación de consignas, remezcla de videos con material reciclado y usando técnicas creativas (http://bit.ly/vwMnQd), diseño de carteles, pendones y gráfica popular alusivos a la movilización y por otra parte, la performatividad en espacios públicos mediante actos como el abrazatón, entre estudiantes y policías (http://bit.ly/sWmkAs) y la resonancia artística que han tenido las movilizaciones con la aparición de la danza, las máscaras, la música, los disfraces. Todo un carnaval y la resistencia como acto de celebración y expresión de la vida.

Podríamos exponer y sintetizar quizá cuatro claves que han introducido estas torsiones a las formas clásicas de protesta. La primera, el espíritu afirmativo, constructivista y alegre, inclusivo y abierto a favor de otra educación, más abierta y democrática; la segunda, la esperanza política que se amplifica a través de las redes sociales y mediante conversaciones en Internet; las coordinaciones en tiempo real y la filtración transmediáticas de contenidos realizados por los ciudadanos y activistas; y una última es la politización del malestar vía una actividad creativa, desde el arte, la resistencia simbólica y la creatividad social.
Esto en mi pensar, está desbordando la problemática concreta y puntual de la reforma a la ley y a la educación pública y está sirviendo como puente, plataforma, para el surgimiento de una fuerza viva, magmática y catalizadora de muchas problemáticas sociales comunes que pocas veces han tenido salida, que pocas veces se hacen visibles, como las desigualdades, las injusticias, la educación bancaria, los monopolios económicos e ideológicos, el pensamiento único, la uniformidad, las falacias del gobierno y la guerra.

Es una bella oportunidad para comprometernos de formas innovadoras y disruptivas, artísticas, culturales y performativas con la realidad que vivimos, con la educación que queremos. Es una bellas oportunidad para ejercer la ciudadanía activamente. Al igual que estoy de acuerdo que las leyes y en especial esta reforma a la ley 30 pueden afectar radicalmente el destino de la educación, también creo que el desafío que se insinúa hoy, en el presente histórico que vivimos, se da en distintas escalas espaciales, virtuales y temporales, con diferentes personas y colectivos, con el diseño de acciones y estrategias creativas y tomando las calles y la Internet como espacios públicos para la resistencia y la creación de otros mundos diferentes a los que se nos imponen.

Algunos extractos del video:
"es hora de que todos nos unamos" "si todos nos unimos ya hubiéramos resuelto muchos problemas".
"esta es nuestra forma de protestar y demostrar nuestra inconformidad"
"Lo que es con la educación es conmigo y contigo"
"el estado social de derecho está agonizando"
"esto no es una marcha estudiantil, es una marcha cívica"
“ámense ustedes muchachos, que la unión que le vale al ser humano es la amistad”.
"un planteamiento distinto, de desafío, del argumento, de la palabra, de la esperanza… se impone el deseo de la vida ante la amargura de la muerte"

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