miércoles, 23 de abril de 2014

Celebración Universal

Este es un tiempo de éxtasis, celebración universal, unidad radiante con el espíritu.

Nuestras huellas más bellas, se hicieron alegría, quedaron ambulantes. Nadie las hizo suyas, pero inspiraron muchas cosmologías, hoy manantiales de amor.



Por una relación altiva con el espíritu, soberana en cuanto a sus gestos y cósmica en sus nacimientos.

Nuestro primer nacimiento fue una textura abierta,  hoy somos canción de amor.

No fuerces interpretaciones que precarizan la voluntad. Mal nos acostumbramos en forjar hábitos que disminuyen nuestra capacidad de amar. La primera caricia por el bien común, consiste en practicar con alegría el arte de estar feliz con lo que hay y no seguir postergando nuestro gozo. Ejercita, por el contrario, un campo de afectos y de instantes, en donde tu buena siembra, amplifique la semilla, dadora de aliento y amor.

Ahora, como nos recuerdan las tradiciones, somos un territorio humeante en donde exhalan fuego las almas de buen corazón.

El aire que respiras, el viaje al que inspiras. 

En cada acción se despliega tu divinidad. Enredada en nuestro cuerpo como una serpiente, la sensualidad camina, nos hace brisa.



Cada acción despliega e imagina un universo.

El espíritu viaja enamorado, pero ese amor no tiene objeto, es infinito. Cada acto pone a flor de piel la sensualidad y la gracia.

Actúa con coraje, alegría y suavidad.

Conspirando aún más profundo cuando respiro. Mi aliento es tu fuerza, la voz del misterio.

Haz vibrar las cuerdas que componen la realidad. Le damos la suavidad y dureza a la realidad. La realidad es un tatuaje sin nombre. Haz todo con estilo y mantente radiante y de fiesta.

Nuestros derechos inquebrantables, no tienen límite.

Los médicos antiguos nos recuerdan que es más sano tratar la realidad como una urdimbre que está tendida en el universo y directamente tejida por nuestras voces y corazones.




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