Estos son algunos acordes sueltos a cerca de algo que venimos pensando y trabando y quizá avistando: la era de la jovialidad. Son 21 pensamientos aforísticos acerca de la necesidad de tejer otra climatología de los espacios comunes, existenciales y políticos que habitamos.
1. La era de la jovialidad en que vivimos, necesita urgentemente otra condición climatológica global.
2. La virtualidad que se empieza sentir por el mundo, se cruza en gestos y miradas, en toda posibilidad de viaje sin motivos y en toda alegría compartida.
3. Nada hay más virtual que la alegría cuando estamos juntos y nada más universal que las sonrisas que enamoran.
4. La materia de la pasión y por ende la virtualidad, no se encuentra en las tecnologías, ni en la educación, ni en la ciencia, ni en la interdisciplinariedad, sino en los corazones que arden de deseos y vida, y están repletos de unas micropartículas compuestas de otra materia en donde residen reservas comunes de humanidad.
5. Así que se nos antoja decir que la crisis de humanidad que vivimos comienza a gestarse y a encontrar sus oportunidades, en los acompañamientos a nuestros nacimientos; en el acto de buscar las reservas en lo común; y en la activación de esas moléculas que en su abundancia nos aclimatan para los cambios.
6. Es posible imaginar que este cambio de clima ya viene mostrando sus primeros augurios, sus primeras fórmulas de juego. El clima puede cambiarse instalando lugares que perfumen el corazón y la vida de los viandantes: a los que estamos aquí y ahora en el planeta.
7. La atmósfera tiene latentemente todos los nutrientes para hacerse lluvia, arcoiris, efecto cósmico de la bienaventuranza. Pero hemos aprendido que la atmósfera por sí sola no se autofecunda y existe la necesidad de polinizarla.
8. Nuestros lugares necesitan, pues, otra climatología, que sea tan fecunda como los seres que habitan entre estos mundos.
9. La falta no es de recursos sino de mantenimiento de atmósferas de clima cálido, de comunidades y políticas climatológicas que expandan el rumor de lo salvaje y el potencial de la alegría.
10. No necesitamos hablar más, sino tocar hasta que la atmósfera empiece a entregar su rocío; necesitamos que la magia de las personas comience a desprender más bioluminiscencia, a gastar más energía. Después le dejaremos a las flores iniciar su acto de propagación.
11. Es fácil que nuestras energías se saturen pero difícil que la atmósfera lo haga. Al hacerse cada vez más densificada por nuestra fragilidad, se diversifica y genera unas lógicas singulares de autocreación.
12. Mantener esta atmósfera está actualmente muy adornada, pero hay una seguridad que se contamina de todo aquello que se mantiene erguido, creativo en acechanza y búsqueda de un movimiento de lo interno más expandido y sostenido en el tiempo.
13. La era de la jovialidad se está cruzando con sus propios actores y cauces, se hace red; transplanta lógicas que no le pertenecen y traduce la energía en potencial polinizador, que es su acto performativo.
14. La complejidad en la que se ubica este planteamiento, como lo ven, es accionado por la simplicidad y la belleza de quien anda trasuntando las vertientes más enriquecidas. Es decir de quien habita un clima nutritivo.
15. La deuda que tenemos ahora, en los albores del siglo XXI, ya no es externa, como afirma la política, los medios y nuestras instituciones, sino que es una deuda con la vitalidad y con el saber y espíritu compartido. Estamos eso sí en deuda y somos al tiempo rehenes de esa externalidad.
16. La crisis por tanto no es financiera, ni una crisis de capital, como se afirma en muchas partes, lo que sucede es que ahora no sólo revalorizamos el poder del capital sino que imaginamos y otorgamos un sentido a todo aquello que nos enriquece. No estamos entonces presos del capital, sino que transgredimos todas sus acrobacias en intentos para el porvenir de otras encarnaciones. Una crisis, que actualmente opera y es efectuada por una ocultación de una atmósfera cercana y potencial.
17. La vida en el planeta surgió sobre todo por unas condiciones atmósfericas adecuadas y precisas. Quizá un salto pos-humano o más humano que lo humano, vendrá igual de atmósferas más expandidas, abiertas y tropicales.
18. Este cambio de atmósfera trae previo una transformación global del ecosistema humano, social y natural.
19. La especie humana se ha dado cuenta muy tardíamente, que puede - en las condiciones actuales de existencia y a partir del tiempo histórico recorrido - cambiar (sinónimo de cuidar y cultivar) radicalmente el paisaje y su atmósfera.
20. Esta radicalidad está ligada con la velocidad como puede obtenerse ese cambio, cómo se pueden acortar las distancias y acrecentar las experiencias: ++++la disposición de tiempo. El problema es que hemos dejado a que las empresas, las instituciones y la política absorban y hagan con esa misma lógica esperpentos superpotentes.
21. La velocidad que estamos viviendo y que estamos construyendo reside en animar nuevas lógicas de vecindad, para un cambio climatológico global a partir de la jovialidad.
viernes, 24 de febrero de 2012
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