jueves, 11 de diciembre de 2025

Manifiesto del 1er Festival de la Universidad del Futuro

Vamos caminando como adultos que encarnan la infancia y la adolescencia.

Encendemos el fuego para asentarnos en la magia compartida:

somos fuego andante de la creación,

latido del corazón hermanado con la selva y el concreto,

con lo urbano y lo ancestral,

con el presente que arde y el futuro que asoma.

Caminamos juntos.

Nos acompañamos en la alegría del compartir.

Nos afirmamos en la apertura, en la posibilidad

y también en la pérdida.

Nos orienta aquello que refulge en el horizonte como misterio,

misterio vivo de creación y destrucción.


Alzamos nuestros cantos en la niebla de la noche

para permanecer cuerdos entre quienes aún sueñan,

entre quienes aún juegan en el horizonte abierto

de la infancia eterna.


Imaginamos colaboraciones fortuitas,

encuentros que se abren paso en la conquista del tiempo.

Somos la aurora del ser,

plasmada como petroglifo en la dureza de las rocas,

rocas que, sin embargo, se disuelven en el silencio.


No somos proyecto,

porque los trayectos nos intersectan en el infinito.

En la jungla del amor bebemos del día y de la noche,

como animales salvajes que recuerdan

la antigua libertad del espíritu.


Y así avanzamos,

con los pies encendidos y el corazón despierto,

abiertos al misterio que nos convoca.


Que este encuentro sea fogata y camino,

semilla y constelación.

Que lo que aquí nace nos recuerde

que estamos vivos

y que aún es posible crear mundos

donde la alegría sea una forma de sabiduría.

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viernes, 5 de diciembre de 2025

Matrices de pensamiento en disputa

Hoy quiero compartir una reflexión inspirada en las Matrices de pensamiento de Alcira Argumedo. Su texto me puso a pensar en cómo las sociedades organizan el sentido, cómo imaginan el futuro y qué fuerzas simbólicas están en disputa en este momento histórico.

Lo interesante es que, al leerla, no pensé en las visiones de mundo con las que suelo sentir afinidad. Más bien ocurrió lo contrario: empecé a ver cómo están reapareciendo imaginarios que creíamos superados, pero que hoy definen gran parte de las guerras culturales en el mundo.

La marcha de la humanidad” – David Alfaro Siqueiros

Y ahí es donde la lectura de Argumedo se vuelve muy lúcida. Para ella, las matrices de pensamiento no son etapas evolutivas ni niveles de conciencia. Son estrategias históricas: proyectos político-culturales que compiten por el sentido común. Y cuando uno mira la política reciente, eso salta a la vista.

Figuras como Bukele, Trump, Milei o, en Colombia, el candidato presidencial Abelardo de la Espriella, no proponen realmente un futuro nuevo. Lo que hacen es reactivar una matriz muy antigua: la del héroe que viene a poner orden, la del dirigente que suele tener muy claro al enemigo, la de la fuerza como camino hacia la salvación. Y esa narrativa funciona porque aparece justo donde hay miedo, precariedad, incertidumbre.

También me di cuenta de algo incómodo: creíamos que nuestras visiones de mundo —más inclusivas, más plurales— eran compartidas por mucha gente. Pero el panorama muestra algo distinto. Hay matrices de pensamiento muy vivas que apuestan por el orden, la autoridad, la contundencia, el racismo, clasismo y la violencia. Y también hay otras que buscan sostener la vida, la comunidad, la empatía y la dignidad.

Lo que me interesa es esa tensión. Porque ahí se revela la profundidad del momento histórico que estamos viviendo. Esto no es simplemente una pelea entre derechas e izquierdas. Es una disputa entre formas de interpretar el mundo, de entender la libertad, de imaginar el porvenir. Cada matriz responde a una herida social distinta.

Y aquí viene la pregunta con la que quiero cerrar: ¿Qué matriz de pensamiento estamos alimentando cada día, con nuestros miedos, con nuestras decisiones y con nuestras conversaciones?

Porque, al final, la disputa política es una disputa por el sentido mismo. Y ese sentido no se impone por fuerza ni se gana humillando al adversario: se construye ampliando la imaginación colectiva y entendiendo con profundidad las diversas visiones de mundo que hoy compiten por orientar nuestro futuro.


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martes, 2 de diciembre de 2025

Curso Narrativa Sonoras para la Paz

El curso Narrativas Sonoras para la Paz para víctimas del conflicto armado en Colombia, diseñado por el CEPAZ de la UPN y la Unidad de Víctimas, nació como un espacio para aprender a contar historias para dignificar sus experiencias y trayectorias y encontrar una escucha y reconocimiento más profundo. Muy pronto descubrimos que lo más importante no era el guion, ni la grabación, ni el producto final. Lo que realmente transformó a quienes participaron fue el encuentro mismo: ese acto sencillo y profundo de sentarse a hablar, de reconocerse en otro, de descubrir que el dolor era un territorio compartido.



Cada sesión abrió un umbral donde las palabras circulaban con cuidado y donde las historias, al hacerse audibles, encontraban una forma de reparación. Las voces se convirtieron en puente y en abrazo. Compartir experiencias, escuchar sin juicio, reconocer trayectorias semejantes: todo ello fue tejiendo una red que disminuyó el aislamiento y fortaleció emocionalmente a las víctimas. Allí comprendimos que, en procesos como este, el vínculo humano es el principal dispositivo pedagógico.

Con el paso de las semanas, la asistencia comenzó a disminuir. La vida, con sus urgencias y dificultades, fue exigiendo a algunos participantes priorizar otros espacios. Quizá la duración extensa, quizá factores externos: la causa nunca fue del todo clara. Pero la experiencia dejó una lección: un formato más concentrado, intensivo y coherente con las dinámicas de quienes participan podría mantener viva la energía colectiva y favorecer la continuidad del proceso.

En las sesiones, se hizo evidente que las narrativas más potentes surgían cuando las voces se entrelazaban. Los proyectos individuales, aunque valiosos, mostraron límites frente a la fuerza de lo colectivo. Por eso, en la reflexión final del curso, emergió con claridad la necesidad de promover la creación compartida: productos sonoros hechos entre varias manos y varias miradas, donde cada rol se rota, se aprende y se enseña. La inclusión de estudiantes universitarios fue vista como una oportunidad para crear un encuentro donde saberes distintos se nutren mutuamente y la horizontalidad se vuelve posible.

Uno de los logros del curso fue su diversidad metodológica. Se trabajó con el cuerpo, con la memoria sensorial, con la música, las imágenes, los relatos del territorio y el fotobordado. Se exploró la voz en todas sus formas: como instrumento, como testimonio, como espacio de creación. Esta pluralidad de lenguajes permitió que cada persona encontrara un camino propio para narrarse y para narrar al mundo. Esa diversidad fue, sin duda, una de las mayores fortalezas del proceso.

El tránsito por Narrativas Sonoras para la Paz dejó, además, aprendizajes proyectados hacia el futuro. Es necesario diseñar un recorrido formativo donde el proceso sea tan importante como el producto; incorporar momentos de cosecha colectiva —bitácoras, círculos de cierre, pequeñas piezas grupales— que permitan sedimentar lo vivido; y ofrecer herramientas prácticas para que los participantes continúen explorando la narración sonora más allá del curso. También será valioso proponer micro-producciones semanales que mantengan la motivación y roles rotativos dentro de cada grupo, de modo que todos puedan experimentar diferentes posiciones creativas sin presión.

Finalmente, la memoria de lo vivido fue bellamente compartida en una mesa de radio y se enlazará a los podcasts universitarios (como pázala voz, la pedagógica radio y la página de la unidad de víctimas) y ojalá también con otros espacios culturales para que estas voces sigan circulando, fortaleciendo la construcción de paz desde la palabra y el sonido.

En síntesis, Narrativas Sonoras para la Paz fue un curso donde la voz se hizo territorio, la escucha se volvió cuidado y la creación se transformó en una práctica de memoria y de encuentro. Una experiencia que invita a seguir caminando, escuchando y narrando juntos.

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